Más sospechas de lavado de dinero, pero menos cuantiosas
La Oficina Federal de Policía confirmó que Suiza registró más de 1.000 casos de sospecha de lavado de dinero, 30% más que el año previo, y casi siempre vinculados a la banca.
No obstante, el valor total de los activos involucrados, 847 millones de francos, se redujo a menos de la mitad de lo reportado un año antes. De hecho, se acercó a la media de los últimos 10 años.
La Oficina de Comunicación y Denuncia de Lavado de Dinero (MROS), responsable directa de dicha información, explicó el porqué del repunte en los casos de delitos financieros transferidos a la Justicia helvética.
“Las medidas en marcha para combatir el lavado de dinero están funcionando correctamente y el monitoreo se vuelve cada vez más eficiente”, afirmó Judith Voney, directora de MROS.
Y el Reporte Anual (28.04) de MROS explica largamente el porqué de la aparente contradicción.
“El incremento (en el número de sospechas) puede ser atribuido esencialmente a dos casos complejos que se verificaron dentro del sector bancario y que arrojaron como resultado numerosos reportes de actividades dudosas (conocidas como SARs) ligadas a negocios diversos”.
Y la estadística también se vio influenciada por la enmienda que experimentó el Acta contra el Lavado de Dinero hace dos años, que hizo más estrictas las reglas a cumplir por los intermediarios financieros para la identificación de operaciones sospechosas.
Bancos
Como en años previos, la vasta mayoría de casos sospechosos fue presentado por el sector bancario, especialmente en sus divisiones vinculadas con servicios de pago.
Los siete SARs más cuantiosos registrados en 2010 se acercaron a los 100 millones de francos suizos, pero sin alcanzar este monto, aclaró el reporte.
Y precisó que existió un gran banco, y otro banco extranjero con operaciones en Suiza, que fueron identificados por sospechas de mala gestión y recepción de sobornos.
Voney declinó ofrecer detalles sobre los nombres de los bancos en cuestión.
No obstante, pese al incremento en el volumen de casos reportados en 2010, destacó que el monto de activos involucrados se redujo de forma significativa, para cerrar por debajo de los 850 millones de francos. Muy lejos del “pico” de 2.230 millones de francos registrado en 2009.
De hecho, los 850 millones de francos se considera la media que ha registrado suiza durante la última década, salvo en los ejercicios 2008 y 2009 donde los montos se dispararon, precisó Voney a swissinfo.ch
Financiamiento al terrorismo
El número de SARS que involucran sospechas de financiamiento al terrorismo casi duplicó su nivel con respecto al 2009, al pasar de siete a 13 casos.
Un dato que MROS quita peso y relevancia al afirmar que tres casos en particular fueron generadores de 8 SARs, que a su vez involucraron múltiples relaciones de negocios.
“Tomando esto en cuenta, la situación en 2010 se mantiene más o menos en los mismos niveles del año previo”, detalla el informe anual.
De los 13 casos registrados, 10 se convirtieron en reportes enviados al Ministerio Público de Suiza para su investigación. Autoridad que a su vez sólo encontró evidencias claras de posible financiamiento al terrorismo en 6 de los 10 casos recibidos.
Y ninguna de las denuncias reveló conexión alguna con la lista de terroristas internacionales que poseen las autoridades helvéticas.
Por otra parte, MROS destaca que los SARS que envía al Ministerio Público tienen cada vez mayor calidad y se encuentran mejor fundamentados, lo que ayuda a una persecución eficaz de los delitos financieros.
Suiza, agregó MROS, posee un registro histórico de operaciones sospechosas desde 1998 que sirven como base para informaciones presentes y futuras.
‘Due diligence’
Por su parte, la nueva Presidenta de la Autoridad Federal de Supervisión de los Mercados Financieros (FINMA), Anne Héritier Lachat, encargada de la regular la actividad financiera helvética, había dicho a swissinfo. ch el mes pasado que la prevención de lavado de dinero funciona cada vez mejor en Suiza.
Y consultada sobre si los bancos helvéticos están respetando las normas o debidas diligencias (due diligence) en el manejo de fondos perteneciente a líderes del Norte de África -depuestos o en proceso de persecución-, afirmó que es demasiado temprano para ofrecer resultados sobre estas investigaciones.
“No tenemos ninguna razón fundamentada para pensar que el cumplimiento de las políticas de debida diligencia se ha debilitado durante los últimos años. Por el contrario: los reportes de los observadores sobre casos dudosos han aumentado”.
Lo cierto es que el tema del lavado de dinero acapara las primeras planas suizas aunque con enfoques diversos.
La semana pasada, en Zúrich, el banquero Oskar Holenweger, fue exonerado de cargos de blanqueo de capitales por una corte federal, colofón de un caso que inició en 2003 y estuvo ligado a un grupo energético suizo.
Y por otra parte, un tribunal local sancionó recientemente a la división financiera del servicio postal suizo (Swisspost) por no detectar una estafa de lavado de dinero realizada a través de su red financiera. Y esta es la primera vez que una institución financiera es sancionada por leyes cuya aplicación exige una minuciosa investigación sobre los orígenes de transferencias monetarias sospechosas. Y caso que mereció una apelación y cuyo veredicto está aún pendiente.
1.159 casos de sospecha de lavado de dinero fueron reportados en 2010 (+29,4% que en 2009).
Pero el monto total de los activos investigados se redujo de 2.230 millones en 2009 a sólo 847 millones en 2010 (-62%).
La industria bancaria está involucrada en 71% de los casos.
Los incidentes de sospecha de financiamiento al terrorismo pasaron de 7 a 13.
Un total de 82 reportes fueron registrados por intermediarios financieros en el contexto de “Personas Expuestas Políticamente” (PEP).
En 2008, los bancos suizos acordaron el establecimiento de reglas dirigidas a preservar la buena reputación de su industria.
Se comprometieron a verificar claramente la identidad de sus clientes y de los beneficiarios de las cuentas que administran.
Prometieron también no proveer ninguna asistencia para la fuga de capitales ni otorgar ayuda activa a la evasión de impuestos o cualquier otro acto que promueva el incumplimiento de los clientes con cualquier tipo de obligaciones o responsabilidades.
Fuente: Asociación Suiza de Banqueros (ASB).
Traducción: Andrea Ornelas
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