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Musulmanes en Suiza temen “Caza de brujas”

Oración en la mezquita de Ginebra. Keystone

Suiza vigila a islamistas residentes en su suelo. Algunos musulmanes temen una "caza de brujas". Otros relativizan la situación.

Se han detectado algunos grupos vinculados a redes internacionales, pero las autoridades no temen acciones directas en Suiza.

Desde el 11 de septiembre de 2001, Suiza también ha reforzado su vigilancia a los integristas musulmanes. Los resultados obtenidos hasta ahora muestran que el terrorismo internacional hace caso omiso de la neutralidad helvética.

La colaboración entre los servicios de inteligencia y las oficinas federales de la Policía y de los Refugiados ha permitido establecer la presencia de una media docena de grupos islamistas semiclandestinos cuyos efectivos en Suiza van, desde un puñado, hasta decenas de militantes.

Dominique Boillat, portavoz de la Oficina de Refugiados confirma las informaciones aparecidas el lunes en el diario de la Suiza francófona Le Temps, en el sentido de que el Hamas palestino, el Frente Islámico tunesino y el Frente de Salvación (argelino), entre otros, tienen antenas en Suiza.

No hay razón para el pánico

“Estas personas no representan un peligro para Suiza. Nuestro país no es blanco para ellos”, replica inmediatamente Rheinhard Schulze, director del Instituto de Estudios Islámicos de la Universidad de Berna.

“Se trata de una minoría, y nosotros tenemos los medios para controlarla”, añade Dominique Boillat.

Una prueba de ello son las detenciones de nueve sospechosos en la ciudad Bienne, en el marco de una investigación sobre los atentados en Ryad. En la ocasión se decomisaron documentos relacionados con el atentado contra la sinagoga en la isla tunesina de Djerba.

Cuidado con las amalgamas

El aumento de la vigilancia policial y la publicidad dada en la prensa despiertan en la comunidad musulmana temores de que se hagan algunas amalgamas entre el islam y el extremismo.

“Eso comienza a ser insoportable. Se va a confundir a una ínfima minoría con la gran mayoría de musulmanes”, declara a la agencia de prensa suiza (ATS) Hafid Ouardiri, portavoz de la fundación cultural islámica de Ginebra.

“Para nosotros no hay aumento del islamismo, sino más bien de la islamofobia”, añade Nadia Karmous, directora del institituo cultural musulmán de Suiza.

“Personalmente, nunca me he topado con extremistas, añade Hafid Ouardiri. Hay un sólo Islam, no hay Islam radical ni Islam fanático”.

Una realidad compleja

“No me sorprende que haya extremistas en Suiza, explica Ives Besson, especialista del Islam en la Universidad de Friburgo. Dado que los hay en toda Europa, no veo por qué podríamos ser una excepción”.

“Un moderado le dirá que su Islam es el único, pero un fanático le driía lo mismo. Es decir que asimilar todos los musulmanes a los extremistas es dar una respuesta demasiado simple a un asunto tan complejo”, precisa el experto en asuntos de Medio Oriente.

Una complejidad en la que insiste igualmente Ahmed Benani, especialista de los mundos árabe y musulmán contemporáneos, en la Universidad de Lausana.

“El Islam es hoy en día la segunda religión monoteista en Europa occidental. Es un Islam transplantado que se ha hecho europeo, con una adhesión menos marcada a la religión de los orígenes”, señala el catedrático.

En Suiza, los musulmanes provienen también de los Balcanes, África, Asia, Turquía y forman un mosaico de tendencias religiosas tan diversas como las de los cristianos y los judíos.

“Es verdad que entre ellos hay fanáticos de Dios, pero también hay laicos y ateos”, subraya Ahmed Benani. “Sin olvidar que, como los cristianos, los musulmanes de Europa, son apenas un 10% practicantes verdaderos”.

¿Caza de brujas?

“Comprendo que la comunidad musulmana esté inquieta. Tengo la impresión de que las autoridades fuerzan un poco el paso y eso contribuye a dar la impresión de que se ha lanzado una “cacería de brujas”, admite Rheinhard Schulze.

¿Cacería de brujas? El término irrita a Ahmed Benani, quien preferiría aplicarlo a ciertas prácticas introducidas después del 11 de septiembre en los países árabes como Siria o Jordania, donde se menosprecian los derechos humanos”.

“El clima en Europa es muy diferente”, señala el profesor de la Universidad de Lausana. “Suiza es un Estado de Derecho. Si los sospechosos son arrestados, serán sometidos a un proceso imparcial y hay bastantes asociaciones para representarlos y defenderlos”.

Oficialmente, en todo caso, Dominique Boillat quiere transmitir tranquilidad. “No hay ninguna voluntad de parte de las autoridades de lanzanr una cacería de brujas”, afirma el protavoz de la Oficina Federal de los Refugiados.


swissinfo y agencias

En Suiza hay unos 300.000 musulmanes. En gran parte son originarios de Turquía o de los Balcanes. Sólo 38.000 de entre ellos son de origen árabe.

Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Suiza, como otros países, ha reforzado la lucha contra los extremistas islámicos. Las autoridades han identificado a unos 6 grupos radicales que tienen antenas en Suiza. Cada uno de ellos tiene “entre un puñado y varias docenas de miembros”.

Algunos musulmanes temen que surja en Suiza una “verdadera caza de brujas”. Las autoridades y algunos buenos conocedores del Islam relativizan estos temores.

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