Los suizos rechazarían iniciativa anti alminares
Si ahora fueran las votaciones para pronunciarse en torno a la iniciativa que quiere prohibir la construcción de nuevos alminares en Suiza, la mayoría de la población estaría en contra de la propuesta.
Lo anterior, según los resultados de una encuesta realizada por el instituto gfs.bern, encargada por el ente público SRG SSR idée suisse.
El sondeo fue realizado entre el 9 y el 14 de noviembre de 2009. Se llamó por teléfono a 1.213 personas de distintas edades y perfiles socio-económicos de las tres regiones lingüísticas de Suiza. El margen de error es de +/- 2,9%.
En términos globales, el 53% de los encuestados votaría en contra de que se prohibiera la construcción de nuevos alminares en el país, si las votaciones se realizaran actualmente.
Un 44% de los encuestados se dijo convencido de su voto en ese sentido, mientras que un 9% dijo que se pronunciaría “más bien” contra la iniciativa.
Por el contrario, el 30% de los sondeados se mostraron en favor de la controvertida propuesta y un 7% del total estaría “más bien” en el mismo sentido.
Un 10% de los encuestados no supo qué contestar a la pregunta formulada.
La cita a las urnas el 29 de noviembre
El próximo 29 de noviembre, los suizos votarán una iniciativa que quiere prohibir la construcción de nuevos alminares. Sus promotores arguyen que luchan contra un símbolo político, mientras que sus adversarios temen una amenaza de cara a la paz confesional y la imagen de Suiza en el ámbito internacional.
Esta iniciativa popular proviene de la Unión Democrática del Centro (UDC/derecha conservadora) y de la Unión Democrática Federal (UDF/derecha religiosa). Provista de casi 115.000 firmas, fue presentada en la Cancillería Federal en julio de 2008.
Una cuestión de símbolo
Los autores de la iniciativa rechazan querer atacar la libertad de culto o, más precisamente, la religión musulmana. Para ellos, la prohibición de los minaretes no obliga a reconsiderar la práctica religiosa (no se trata de hecho de cerrar las mezquitas).
“Nosotros no atacamos en absoluto la práctica religiosa, ya que el alminar no es necesario para esta práctica”, explicó Oskar Freysinger, diputado de la UDC y miembro del comité de la iniciativa. “Aunque en nuestra opinión, el alminar es bien claramente el símbolo de un Islam político que intenta apaciblemente tener su lugar en Europa y en Suiza”.
“Es un poco como el velo de las mujeres que simboliza una cierta posición de la mujer y que es incompatible con nuestras leyes civiles”, comentó. “No procede, por lo tanto, aceptar nuevos alminares sin la garantía de la aceptación sin restricción de nuestro derecho civil por parte de los musulmanes”.
Para los adversarios de la iniciativa, no hay que ver un símbolo político en los alminares. “¿Es que los campanarios son un símbolo político del catolicismo? No lo creo”, declaró el diputado verde Antonio Hodgers. “Es solamente un elemento arquitectónico que da un simbolismo religioso a un edificio, que se trate de un campanario o de un alminar”.
Imagen de Suiza
Desde su lanzamiento, la iniciativa y las declaraciones sostenidas por los partidarios han creado agitación, incluso más allá de las fronteras nacionales. Así, la Organización de la Conferencia Islámica está preocupada.
Frente a estos remolinos, el Gobierno reaccionó inmediatamente, lo que es poco habitual. Por boca del entonces presidente de la Confederación, Pascal Couchepin, el Gobierno hizo saber que esta propuesta no procedía ni del Ejecutivo ni del Parlamento y pidió que fuera rechazada.
Los adversarios de la iniciativa siguen convencidos de que una prohibición de los alminares tendría consecuencias nefastas para Suiza. “Es evidente que tendría un impacto catastrófico en la imagen”, asegura Antonio Hodgers. “Suiza sería el único país occidental que lo haría”.
Pero hay algo más grave que el problema de imagen. “Los países musulmanes verían esta prohibición como una humillación. Esto convertiría a Suiza en blanco potencial de los movimientos islamistas terroristas”.
En opinión de Oskar Freysinger, estas amenazas no suponen un argumento. “En resumen, hay que arrodillarse para vivir en paz”, declara. “Es lo que Chamberlain y Daladier pensaron en Múnich en 1938. No creo que poner la otra mejilla en el dominio de la política internacional sea una buena solución. Y si las consecuencias son tales, es la prueba de que lo que nosotros hacemos para defendernos es legítimo”.
Iván Turmo, con información de Olivier Pauchard, swissinfo.ch
El 29 de noviembre, los suizos votan una iniciativa que quiere prohibir la construcción de nuevos alminares.
Esta iniciativa popular proviene de la Unión Democrática del Centro (UDC/derecha conservadora) y de la Unión Democrática Federal (UDF/derecha religiosa).
Existen actualmente cuatro alminares en Suiza: en Ginebra, Zúrich, Wangen (Solothurn) y Winterthur (Zúrich).
Un quinto alminar ha recibido la autorizaciónde construir en Langenthal (Berna).
Los alminares en Suiza son silenciosos. Decorativos y simbólicos, no se usan para llamar a los fieles al rezo.
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