Ministros de UE abogan por suavizar sanciones a Siria de forma revocable si no cumple
Bruselas, 27 ene (EFE).- Diferentes ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) se mostraron este lunes proclives a suavizar las sanciones impuestas a Siria tras la caída del régimen de Bachar al Asad, pero de manera revocable si los nuevos líderes del país árabe no cumplen con las expectativas en inclusividad o derechos humanos.
La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Kaja Kallas, afirmó a su llegada a un Consejo de ministros comunitarios de Exteriores que espera hoy un acuerdo político para suavizar esas sanciones con un enfoque de “ir paso a paso”.
“Si ellos (los sirios) dan los pasos adecuados, nosotros también estamos dispuestos a darlos en nuestro nombre”, dijo sobre los nuevos líderes del país árabe.
Kallas dijo que los ministros acordarán una “hoja de ruta” para aliviar las sanciones, que permita contribuir a la reconstrucción del país.
Sobre la situación de los derechos humanos en Siria, Kallas subrayó que están “colaborando estrechamente con los actores regionales e internacionales para vigilar lo que ocurre”.
“También estamos dispuestos a abrir la embajada allí, la delegación de la UE al completo en Damasco, para tener realmente nuestros ojos y oídos sobre el terreno”, comentó.
Insistió en que “el futuro de Siria es frágil pero esperanzador” y abogó por “dejar espacio para dar los pasos adecuados”, si bien “por supuesto, también necesitamos ver los pasos correctos”.
El ministro francés, Jean-Noël Barrot, avanzó que las primeras medidas que serán suspendidas serán las que se aplican a los sectores de la energía, el transporte y las finanzas, “que actualmente obstaculizan la estabilización económica del país y el inicio del proceso de reconstrucción”.
“Esta suspensión de las sanciones debe compensarse con una transición política en la que participen todos los sirios y medidas decididas para garantizar la seguridad, y en particular una lucha sin cuartel contra cualquier forma de resurgimiento del terrorismo del Estado Islámico, así como la detección, control y destrucción de los arsenales de armas químicas de Bashar al Assad”, subrayó.
Por su parte, la ministra finlandesa, Elina Valtonen, animó al nuevo Gobierno sirio a ser «realmente inclusivo en todas sus decisiones y en la planificación del futuro”. “Ahora hay esperanza, la gente quiere realmente formar parte de la creación del futuro de su sociedad”, comentó, y recalcó la importancia de que “todos los grupos religiosos y también, por supuesto, todos los sexos de la sociedad, sean tenidos en cuenta”.
“Esto es algo que será un requisito previo para relajar las sanciones”, agregó.
El ministro neerlandés, Caspar Veldkamp, coincidió en la necesidad de que las nuevas autoridades sirias “trabajen de modo inclusivo, incluyendo a todas las comunidades que hacen la sociedad del país”, y se refirió en concreto tanto a los cristianos como a los kurdos.
Su homólogo irlandés, Simon Harris, pidió un mecanismo revocable para ir suspendiendo las sanciones a Siria, mientras que el chipriota, Constantinos Kombos, pidió que la UE sea “pragmática” y dé a Siria una “oportunidad de reincorporarse a la comunidad internacional”.
“Queremos asegurarnos de que la Unión Europea se siente a la mesa y podamos aprovechar nuestras contribuciones financieras en relación con lo que ocurrirá en Siria”, apuntó, y defendió además el “pleno respeto de Siria y de su soberanía”, lo que “incluye, por supuesto, excluir la influencia de otros actores”.
El ministro de Exteriores y canciller federal en funciones, Alexander Schallenberg, abogó por su parte por una suspensión parcial de las sanciones europeas contra Siria, sobre todo en el ámbito comercial y económico, con la condición de que no se produzcan retrocesos en cuestiones de derechos humanos.
«No hay cheque en blanco, no lo habrá en el futuro», enfatizó el ministro.
«Creo que no debemos cometer el error como en Afganistán. No deberíamos imponernos condiciones previas, con el resultado de que al final ningún Estado de la UE puede hablar con los talibanes. Todos los demás lo hacen menos nosotros, eso no tendría sentido, sólo nos estaríamos disparando en el pie», concluyó el ministro austríaco. EFE
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