Pedro Pablo Kuczynski y sus raíces suizas
¿Qué hará usted para resolver los conflictos sociales que genera la actividad minera en Perú?, una de las preguntas de swissinfo.ch a Pedro Pablo Kuczynski, candidato a la presidencia de Perú, con la mayoría de votos. Los resultados definitivos no se conocen todavía.
PPK, del partido Peruanos Por el KambioEnlace externo (liberal) a la presidencia del Perú–, recibió a swissinfo.ch en su casa de Lima en abril. Reproducimos esa conversación, centrada en sus orígenes helvéticos, pero también sobre su visión sobre uno de los problemas esenciales en Perú: la explotación minera.
swissinfo.ch: Cuénteme la historia de su familia en Suiza.
Pedro Pablo Kuczynski: Mi mamá nació en París y estudió en Ginebra y fue profesora en la Universidad de Ginebra. Mi abuela materna era francesa, pero de padre suizo – Baechli, de apellido – era originario de Schaffhausen. Tengo un montón de primos suizos, empezando por Eric Gabus que fue el número dos de Nestlé, y Jean-Luc Godard (el cineasta). Somos primos hermanos.
swissinfo.ch: ¿Cómo vino entonces su familia al Perú?
P.P.K: Mi mamá vino al casarse con mi papá. Él estaba en Berlín y cuando Hitler llegó al poder se fue al Insitut Pasteur de París, y de allí a Venezuela y a Perú.
swissinfo.ch: ¿Tiene aún contacto con su familia en Suiza?
P.P.K: Claro. Tengo un primo que vive en Tannay, al ladito de Coppet y de Ginebra. Y mantengo contacto con mis otros primos que viven en Suiza y en París.
swissinfo.ch: Usted estudió en Inglaterra y Estados Unidos, pero también fue al colegio en Suiza…
P.P.K: En el año 48, mi padre fue detenido por el gobierno militar [del general Manuel Odría] y nos fuimos con mi madre un año a Suiza. Allí estudie en el Collège de Vevey, que es la escuela pública.
swissinfo.ch: Durante muchos años, la situación política en Perú fue complicada. ¿Qué le motivó a entrar en la política?
P.P.K: Después de terminar mis estudios en Oxford y Princeton, entré en el Banco Mundial como asesor. Estuve casi seis años hasta que me llamó Fernando Schwab, el presidente del banco central y ministro de Exteriores de Fernando Belaúnde. Entonces regresé a Perú en 1966 para trabajar en el banco central.
Después vino el gobierno militar y tuvimos que irnos. Regresé en 79-80 cuando se logró sacar a los militares, apoyé a Belaunde en su campaña, y fui ministro de Energía y Minas en su gobierno.
También participé en 1990 en la campaña de Mario Vargas Llosa. Pero regresé definitivamente mucho después, en 2001, para ayudar a (Alejandro) Toledo en su campaña, y me he quedado.
De manera que mi entrada en la política se debe a una serie de cuestiones circunstanciales.
swissinfo.ch: ¿Qué necesita Perú para lograr más estabilidad política?
P.P.K: En primer lugar, desarrollar la economía, porque Perú todavía es un país muy pobre, aunque los ingresos han mejorado mucho. No olvidemos que desde los años 70 hasta el 2000 el ingreso per cápita no creció nada.
En ese periodo tuvimos varios episodios muy malos para la democracia. El régimen militar, el gobierno de Belaúnde con la crisis de la deuda de América Latina. Cuando llegó al poder Alan García empezó un programa de expansión crediticia del banco central y terminamos con la hiperinflación más alta registrada en el hemisferio occidental.
Llegó Alberto Fujimori, un tipo muy inteligente pero completamente inmoral, que continuó con la herencia de los militares de intervenir en la prensa, en los partidos políticos, etc. Logramos salir de todo eso a finales de 2000, pero ha costado mucho trabajo reconstruir todo.
En América Latina, el único país grande que tiene un sistema democrático es Chile. Y Colombia también.
swissinfo.ch: Suiza es un centro importante del comercio de las materias primas y sede de multinacionales mineras. ¿Qué hará usted para resolver los conflictos sociales que genera la actividad minera en Perú?
P.P.K: Glencore sigue en el país. Tiene una parte de Altamina (33,75%, una de las minas de cobre más grandes del mundo) y tiene Antapaccay (en el sur del país.)
Algunas empresas mineras tienen conflictos y todos ellos obedecen a lo mismo. Por una parte, la empresa no se sabe manejar localmente, apoyar, sin ceder demasiado, pero siendo ambientalmente responsable. Y la otra parte es que esos conflictos están pasando en zonas donde la agricultura y la minería están cerca.
¿Cómo se resuelve eso? Hay que hablar, hay que conocer. Hay otras minas que por el momento no tienen conflictos, que están en zonas donde hay poco conflicto. Por ejemplo, La Granja, que un día será la mina de cobre más grande en América Latina, que es una mina de $10 mil millones, esta en el norte de Cajamarca, allí no hay ningún conflicto. Es una cosa que hay que manejar con cuidado. Tengo un candidato a la vicepresidencia que es un experto en eso.
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