Tumba vieja, inquilino nuevo
Desde hace ocho años el servicio de los cementerios municipales de Zúrich renta tumbas históricas a precios módicos y con un creciente éxito.
La única condición: respetar el cuidado de estos monumentos históricos.
Inhumaciones, sepulturas, cremaciones, tumbas individuales o familiares, urnas cinerarias o dispersión de las cenizas en el bosque o en el lago. Cómo y dónde llevar a cabo el último adiós no es una decisión fácil.
Y en tiempos en los que muchas familias quedan dispersas en el mundo, parece que crece el deseo de reunir a los suyos en la última morada.
Una tendencia que han sabido aprovechar los ocho viejos cementerios de la ciudad de Zúrich. En ellos, hasta finales de los años 90, las viejas tumbas de familia -convertidas ya en verdaderas reliquias históricas- terminaban siendo destruidas cuando los descendientes no cubrían más los gastos para su cuidado.
Amor por la ciudad, amor por el cementerio
Sin embargo, en 1997 la situación cambió: Desde entonces, el cementerio Sihlfeld (abierto en 1877) seleccionó alrededor de 370 sepulcros para declararlos patrimonio histórico.
La protección a los monumentos se extendió después a los cementerios comunales Enzelbühl (abierto en 1901), Fluntern (1887), Manegg (1897), Nordheim (1899), Oerlikon (1876) y Rehalp (1874).
Una de las figuras precursoras de esta iniciativa a favor de la conservación de los cementerios como espacio vivo y testimonio de la ciudad es la experta en monumentos funerales e historiadora del arte, Meinrad Huber.
“Cada cementerio es reflejo de la historia de la población y es referencia directa de cada estrato social”, comenta la propia Meinrad Huber a swissinfo.
Familiares repartidos en el mundo
Uno de los principales motivos del porqué una tumba no puede ser más utilizada a la manera tradicional es el desmembramiento familiar.
La clásica familia zuriquesa ya no existe. Sus integrantes se encuentran esparcidos por toda Suiza o, incluso, por todo el mundo.
“Y la gente se hace enterrar en el sitio en el que vivió, por lo que muchas tumbas de familia aquí han quedado abandonadas”, explica.
Ante esta situación, ahora es posible rentar las viejas tumbas, sin necesidad de grandes esfuerzos financieros ni burocráticos.
Una posibilidad, única en Suiza, que provoca, a su vez, un nuevo e interesante reacomodo en la última morada de los zuriqueses, sin más distinciones sociales.
Así es posible que hoy en día, en alguno de estos cementerios, una familia de artesanos al sepultar a algún pariente “se roce” con un antiguo industrial de la vieja Zúrich.
Un hecho que no ha todos puede gustar, pero no hay de qué temer por demasiada cercanía entre los difuntos. Los viejos sepulcros no son desenterrados y las nuevas sepulturas se realizan sobre las antiguas, para que los nuevos muertos descansen en el piso superior.
Esta técnica se realiza sin problema ya que las tumbas de hace cien años fueron excavadas a mucha profundidad.
Mármol de Carrera
Cambio de escenario. Narcisos, pensamientos y otras flores relucen con el sol de primavera en el cementerio de Enzelbühl, que ofrece una hermosa vista del lago de Zúrich y del ‘Üetliberg’.
Aquí yacen los restos de las familias Stockar, Göhner, Honold, Schindler y muchas otras más. Y aquí también se encuentran diversas tumbas que se pueden rentar como sepulcros familiares.
“La variedad es muy grande. Hay muchas tumbas que se pueden rentar. Un bello lugar se encuentra fácilmente”, explica Huber.
Como el sepulcro con una delicada escultura con decoraciones florales en mármol de Carrera que Meinrad Huber acaba de alquilar.
Esta tumba de familia es un verdadero monumento, que hace diez años hubiese sido removido y que hoy vale más de 100.000 francos.
Los nuevos “inquilinos” se encargarán de pagar una cuota que cubra los gastos para su limpieza, restauraciones eventuales, la nueva inscripción y la renta de la fosa.
Los costos del contrato de alquiler giran en torno a los 30 y 50 francos anuales por metro cuadrado. Con él también se incluye la manutención de las plantas y flores sobre la sepultura.
En este cementerio de Enzelbühl, con más de 100 años de antigüedad, otros bellos monumentos esperan a sus nuevos ocupantes; entre ellos, un gran ángel, un sepulcro modernista y una escultura femenina.
Y los interesados no faltan. La demanda va en aumento desde que el servicio de cementerios publica la oferta de las tumbas para alquilar.
Un interés de los vivos por los viejos sepulcros que llena de regocijo a la historiadora de arte y precursora de la original idea.
swissinfo, Brigitta Javurek
(Traducido por Patricia Islas)
Desde 1997 se alquilan tumbas históricas en Zúrich.
Los monumentos se pueden rentar sin aviso de defunción.
Los costos del contrato anual giran en torno a los 30 y 50 francos por m².
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