Egipcios votan el sábado en un referendo para ampliar el poder de Al Sisi
Los egipcios están convocados a pronunciarse el sábado en un referéndum sobre una revisión constitucional que extenderá en dos años el actual mandato del presidente Abdel Fatah Al Sisi y le abrirá la puerta a un tercero, hasta 2030.
Las fechas del referendo, del 20 al 22 de abril, fueron anunciadas oficialmente el miércoles, tres días antes de la apertura de los puestos de votación, y pocos días antes del ramadán, previsto para inicios de mayo.
Ya en las últimas semanas las calles de El Cairo y otras grandes ciudades del país aparecieron ornamentadas con pancartas pidiendo el “sí” a la revisión de la Constitución de 2014, que hasta ahora limita a dos el número de mandatos presidenciales, de cuatro años cada uno.
El martes, el Parlamento egipcio aprobó con mayoría aplastante (531 de los 554 votos) las enmiendas constitucionales, incluida la que extiende el actual mandato.
La nueva normativa permitiría ampliar el actual mandato de Al Sisi de cuatro a seis años, haciendo de esa forma que termine en 2024. Pero el jefe de Estado podría presentarse en 2024 a un tercer mandato, con la posibilidad de permanecer en el poder hasta 2030.
Además, la revisión constitucional fortalecería el control del poder judicial por parte del poder ejecutivo, e institucionalizaría el rol político de las Fuerzas Armadas, pilar del régimen.
– Creación de un Senado –
Otra de las reformas prevé también el restablecimiento de un Parlamento de dos Cámaras, con la creación de un Senado.
Esa cámara había sido eliminada por la Constitución de 2012, luego de la revuelta que precipitó la caída del gobierno de Hosni Mubarak.
De prosperar las enmiendas, se instaurará una cuota de 25% de mujeres en el parlamento, y el presidente podrá nombrar uno o varios vicepresidentes.
En un documento publicado el jueves, el centro de análisis de seguridad Soufan apuntó que las reformas constitucionales “van a reforzar el control de Al Sisi sobre el régimen político egipcio”.
“Apenas hay algo de oposición pública a los cambios constitucionales, probablemente como resultado de la naturaleza opresiva del gobierno”, señaló el centro de estudios.
Este proceso de consolidación del poder en Egipto, el país más poblado del mundo árabe, ocurre mientras los vecinos Sudán y Argelia viven movimientos de protestas populares que derribaron a sus jefes de Estado.
Omar al Bashir, que ostentó el poder en Sudán desde 1989, fue derrocado el 11 de abril. En Argelia, Abdelaziz Buteflika, al mando desde 1999, fue forzado a renunciar el 2 de abril.
– Sin garantías mínimas –
En Egipto, Al Sisi fue elegido por primera vez en 2014, con el 96,9% de los votos, un año después de haber derrocado el gobierno del islamista Mohamed Morsi, de quien era ministro de Defensa.
Su reelección, en marzo de 2018, con 97,08% de los votos, ocurrió en una contienda con un rival anecdótico y previo arresto de los dirigentes que podían hacerle sombra.
La oposición denuncia la reforma constitucional, y acusa Al Sisi de graves violaciones a los derechos humanos, con casos de tortura, desapariciones forzadas, ejecuciones, detención de opositores y censura de la prensa.
Un grupo de oenegés egipcias que defienden los derechos humanos apuntó esta semana que “el clima” político no permite realizar un referendo constitucional “con garantías mínimas de imparcialidad y equidad”.
En el Parlamento, la diminuta alianza de oposición -el bloque “25-30”- que cuenta con menos de una veintena de legisladores, llamó a los egipcios a rechazar la revisión de la Constitución.
De cualquier forma, la oposición a la reforma se limita casi exclusivamente a las redes sociales. La mayoría absoluta de los medios de prensa, en particular la televisión, repite discursos de apoyo al presidente y demoniza las voces críticas.
