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El llamamiento a negociar la paz con Boko Haram oculta tensiones étnicas

Una imagen difundida el 30 de mayo de 2017 por PGDBA & HND Mass Communication muestra a un grupo de mujeres rescatadas tras haber sido secuestradas por el grupo Boko Haram, en Abuya afp_tickers

Varios dignatarios nigerianos de la etnia mayoritaria en Boko Haram instan a los yihadistas a negociar con el Gobierno para poner fin a la insurrección. Un llamamiento interpretado como un intento de preservar los intereses étnicos.

Para el Foro de los Notables de Borno, un influyente grupo de la etnia kanuri compuesto por militares y dignatarios jubilados, “ya es hora de que ellos depongan las armas”, “de que se arrepientan y de que se unan al resto de la sociedad”, ocho años después del comienzo del conflicto que ha causado más de 20.000 muertos.

“Si nuestros dirigentes (…) han negociado con Boko Haram para la liberación de algunos de los cautivos, deberían emplear el mismo método para negociar el fin de la insurrección”, afirma una declaración del foro.

“Anteriormente el Gobierno de Nigeria negoció con éxito con los militantes del delta (petrolero) del Níger. Dejen que haga lo propio con Boko Haram”, añade.

El gobierno del expresidente Goodluck Jonathan mencionó en varias ocasiones negociaciones de paz con los yihadistas y hasta un alto el fuego, pero nunca llegaron a concretarse.

Su sucesor, Muhammadu Buhari, en el poder desde 2015, siempre ha prometido, en cambio, sofocar la insurrección. Aún así, las negociaciones oficiosas llevadas a cabo por su gobierno han permitido la liberación de un centenar de estudiantes de Chibok, de entre las 219 secuestradas por Boko Haram en 2014.

Para algunos observadores, el llamamiento de los notables de Borno oculta el temor de que los kanuri acaben marginados respecto a otros grupos como los hausa, en un contexto de fuerte rivalidad interétnica.

Según Abdullahi Bawa Wase, experto en seguridad, los notables kanuri “tantean el terreno”, y las negociaciones de paz “podrían ser una idea de Boko Haram vendida en nombre” de este foro.

Un responsable de las milicias civiles involucradas en la lucha militar contra los yihadistas también lo tacha de propuesta “de mala fe”.

“Los notables saben cómo entrar en contacto con sus hijos, sus sobrinos y sus hermanos que son altos cargos de Boko Haram”, explica bajo anonimato. “Si piensan realmente lo que dicen deberían convencer a sus allegados en el seno de Boko Haram de que renuncien a su pertenencia al grupo y se rindan”.

– “Enemigos acérrimos” –

Desde el surgimiento de Boko Haram en 2002 en Maiduguri, capital del estado de Borno, la élite política y religiosa local mantiene lazos con el grupo islamista.

El ejército ha acusado a menudo a los notables de Borno de obstaculizar las operaciones contra la insurrección.

“La gente desprecia a Boko Haram por la muerte y la destrucción que causa”, afirma Abubakar Gamandi, jefe del sindicato de pescadores de Borno.

“Pero en término de afinidades étnicas, algunos los apoyan tácitamente cuando las víctimas no son kanuri”, lamenta. “Muchos kanuri creen que Boko Haram debilita a sus adversarios étnicos con los que se disputan la hegemonía social, económica y política en Borno”.

Los kanuri controlan la política, mientras que los hausa dominan la agricultura, la pesca y el comercio. Las tribus peul y árabe shuwa se dedican sobre todo al ganado.

Las tensiones interétnicas existían antes de la creación de Boko Haram, pero desde entonces se han exacerbado.

Los insurgentes “han causado más destrucción y muertos en las ciudades no kanuri”, asegura Gamandi.

Como el ejército ha debilitado considerablemente a Boko Haram, algunas voces ven el llamamiento a la negociación como un intento de preservación de los kanuri, temerosos de perder a toda una generación de hombres (muertos o encarcelados).

“La élite los anima a entregarse al ejército por intermediario de los jefes de la comunidad local prometiendo una reinserción paulatina en la sociedad”, explica Gamandi.

El otro obstáculo potencial a una paz duradera es la hostilidad de los habitantes tras años de violencia y caos.

Abba Aji-Kalli, coordinador de las milicias civiles contra Boko Haram de Borno, asegura que con negociaciones de paz o sin ellas los yihadistas son “enemigos acérrimos” y lo seguirán siendo.

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