“Calidad es, cuando algo funciona”

Arnold Ramel trabaja desde hace 30 años en la producción de bicicletas, el último productor suizo que aún solda sus ejemplares. Orgulloso de la calidad de su producto helvético, le molestan los competidores que osan decir que también sus bicis están “hechas en Suiza”, a pesar de importar los cuadros y otros componentes de China. 

Las bicis Aarios se fabrican en modernas instalaciones industriales en el poblado de Gretzenbach, en el cantón de Solothurn, justo en medio del templo budista Wat Srinagarindravararam y las torres de refrigeración de la Central Nuclear de Gösgen.

Treinta años atrás, Arnold Ramel era empleado en la fábrica de zapatos Bally, en la comuna vecina, Schönenwerd. Un vendedor de éxito, con olfato para los buenos negocios. “En esa época era necesario vender bicicletas”, recuerda de esos tiempos en los que la recesión y la crisis petrolera apaleaban la economía. Entonces se imaginaba un futuro en el que solo pocos podrían permitirse la compra de un auto y, por ello, muchos se decidirían por el transporte más económico.

Decidió así comprar la productora Aarios, fundada en 1930 en las cercanías de Aarau, en el cantón de Argovia y convertirse en empresario. Mucho ha evolucionado desde entonces, de modo distinto a lo que él esperaba: los salarios subieron y los autos se volvieron más baratos. Pero lo más importante: jamás pudo imaginarse entonces que en el mercado actual pudieran venderse bicicletas cuyos cuadros se pudieran adquirir en el extranjero por 20 francos.

Ramel es un “luchador”, que no recibió nada regalado. Sus hijos crecieron con un padre que solo podían encontrar en su fábrica, cuando lo requerían. Una hija y un hijo suyos trabajan a su lado actualmente. Casi la mitad de sus empleados pertenecen a la familia. Los otros, casi lo son: trabajan allí desde hace años.

Entre 1 500 y 2 000 de sus bicicletas salen de los talleres Aarios, listas para su comercialización cada año. Se trata de bicicletas personalizadas y utilizadas en el día a día por sus dueños, orgullosos también de su compra. También la empresa produce ejemplares especiales diseñados especialmente con equipo extraordinario para recorrer el mundo.

Patricia Islas