
«Chile sigue preso de su propia transición democrática», dice escritora Nona Fernández
Sebastián Silva
Santiago de Chile, 12 oct (EFE).- Chile construyó una «democracia blandengue» y el negacionismo de la dictadura que existe en cierta parte del país «tiene raíces ahí», aseguró a EFE la escritora chilena Nona Fernández con motivo de la publicación de su última novela, «Marciano», un retrato sobre el exguerrillero Mauricio Hernández Norambuena.
Tras cuatro años de entrevistas en la cárcel donde Hernández Norambuena cumple condena, Fernández (Santiago, 1971) construyó un relato que revisita la transición y explora los límites éticos de la violencia, la memoria y el encierro.
«Lo interesante fue que no me encontré con el estereotipo del combatiente formado en Cuba, sino con toda su humanidad», explicó la también dramaturga, guionista y actriz.
«Es una novela, no una biografía»
Hernández Norambuena, de 67 años y también conocido como «Comandante Ramiro», es uno de los personajes más polémicos del Chile contemporáneo: fue uno de los líderes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y uno de los autores del atentado en 1986 contra el general Augusto Pinochet (1973-1990).
Lleva cerca de 25 años en prisión por delitos tanto en Chile como en Brasil, siendo el más emblemático el asesinato del senador chileno Jaime Guzmán en 1991, uno de los ideólogos de la dictadura.
En 1996, protagonizó junto a otros miembros del extinto FPMR una de las fugas carcelarias más cinematográficas de las historia al escapar a bordo de un helicóptero, pero años después fue detenido en Brasil por el secuestro de un empresario y extraditado posteriormente a Chile.
«Es una novela, no una biografía (…) Yo he manipulado los materiales de su vida. La voz que habla no es la de Mauricio: son sus contenidos, pero todo está construido», indicó Fernández sobre un libro en el que también aparecen voces de exguerrilleros fallecidos o asesinados.
«No tengo problemas éticos con lo que hicieron (los guerrilleros del FPMR) frente a una dictadura feroz. Lo complejo empieza cuando llega la democracia», agregó.
«Un centauro en su torre»
Autora de exitosas novelas como “Mapocho” (2002) o “Space Invaders” (2013) y quien ha cruzado a lo largo de su carrera la memoria y la imaginación para entender la historia reciente de Chile, Fernández declaró que «Marciano» es también una obra que «habla de nuestras pérdidas, encarcelamientos, incomprensiones; de cómo nos perdimos y nos sostenemos».
«Mauricio puede servir de espejo», añadió la autora, que usó como uno de los hilos narrativos las terapias sensoriales a las que ha sido sometido el exguerrillero para «despertar el cerebro» tras los 17 años que pasó en aislamiento en Brasil.
Las largas conversaciones con él le hicieron también preguntarse «lo que significa para el inconsciente chileno tener a alguien como Hernández encerrado como un centauro en su torre».
«El libro intenta dar claves sobre eso, sin reemplazar la conversación pendiente sobre la transición, la reparación y los límites de la democracia», apuntó.
«Una democracia blandengue»
Para Fernández, Chile nunca conversó «en serio» sobre su propia transición, que arrancó cuando Pinochet perdió en 1988 plebiscito sobre su continuidad en el cargo y dejó el poder dos años después, aunque siguió siendo comandante en jefe del Ejército hasta 1998 y senador vitalicio.
«Construimos una democracia blandengue, con límites porosos, con violadores de derechos humanos en cargos públicos. El negacionismo actual tiene raíces ahí», señala.
La dictadura de Pinochet dejó al menos 3.200 opositores asesinados, de los que 1.469 fueron víctimas de desaparición forzada.
Ha habido decenas de juicios por violaciones a los derechos humanos durante el régimen de Pinochet, quien sin embargo murió en 2006 a los 91 años sin ser condenado por su responsabilidad en los crímenes.
Chile, concluyó Fernández, «sigue preso de su propia transición democrática»: «Nuestra transición marca un momento fundacional para quienes vivimos en esta sociedad, pero no todo está conversado, no dijimos nunca al pan, pan, al vino, vino». EFE
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