«Un precedente peligroso»: Israel busca subastar el patrimonio armenio de Jerusalén

Jorge Dastis

Jerusalén, 23 feb (EFE).- La Iglesia armenia de Jerusalén, una de las comunidades cristianas más antiguas de Tierra Santa, se enfrenta a la posible confiscación y subasta de algunas de sus propiedades centenarias en la ciudad por una disputa fiscal con las autoridades israelíes.

Los edificios forman parte de un complejo de varias plantas en el centro de Jerusalén, a pocos metros de la Ciudad Vieja, en manos de la Iglesia armenia desde hace más de 150 años, mucho antes de la creación del Estado de Israel.

«Lo peligroso es que esta decisión judicial podría sentar un precedente que tendría un efecto dominó», explica en una entrevista a EFE el obispo Koryoun Baghdasaryan, director de propiedades del Patriarcado armenio de Jerusalén, sobre la vista prevista este lunes en los tribunales israelíes para decidir si la confiscación y subasta sigue adelante.

Un precedente que, según Baghdasaryan, «sería aplicable a todas las comunidades cristianas» de Israel.

La disputa se remonta a hace dos décadas, cuando las autoridades israelíes decidieron empezar a cobrar impuestos municipales a las Iglesias cristianas de Tierra Santa, algo de lo que habían estado exentas durante la época otomana y durante el mandato británico de Palestina.

Problemas con las autoridades

A pesar de la decisión, durante años las autoridades municipales no tomaron ninguna medida contra las Iglesias que no pagaban el impuesto municipal, hasta que en 2018 el entonces alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, envió facturas millonarias a los jefes de todas las comunidades.

Los patriarcas de Jerusalén decidieron en ese momento cerrar la iglesia del Santo Sepulcro, uno de los lugares más sagrados del cristianismo. A los tres días, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, se vio obligado a congelar la decisión, y estableció un comité gubernamental para negociar el asunto de los impuestos con las Iglesias.

Este comité estuvo en funcionamiento hasta que comenzó la pandemia de la covid-19, momento en que se suspendieron temporalmente las conversaciones.

Pero hace dos años, el patriarcado armenio recibió una notificación: si la Iglesia no pagaba los impuestos atrasados, cifrados en 21 millones de séqueles (unos cinco millones de euros), las autoridades municipales subastarían dos de sus propiedades para pagar la deuda.

La Iglesia llevó la decisión a los tribunales y consiguió congelar el proceso hasta la celebración de una vista judicial sobre el caso, prevista para este lunes.

Menos apoyo

Baghdasaryan explica que ninguna otra Iglesia se enfrenta a la posible subasta de sus propiedades, solo la armenia. En el caso de otras comunidades cristianas, las autoridades municipales han amenazado con embargar algunas de sus cuentas bancarias, pero los embargos no se han implementado.

«Comparados con la Iglesia católica o la Iglesia ortodoxa, es posible que pensaran que la Iglesia armenia sería la más débil políticamente», explica el obispo.

Sin embargo, los patriarcas y cabezas de las Iglesias cristianas de Jerusalén han expresado su apoyo al patriarcado armenio, calificando la decisión de las autoridades municipales de «legalmente dudosa y moralmente inaceptable» en un comunicado reciente.

«Los ataques contra una Iglesia son un asalto contra todas, y no podemos permanecer callados mientras se sacuden los cimientos de nuestro testimonio cristiano en la tierra del ministerio de Cristo», se lee en el escrito.

En los edificios señalados para su posible subasta, los números 5 y 7 de la calle Shlomtzion HaMalka, hay negocios y apartamentos, y los inquilinos cuentan a EFE que ellos mismos pagan por su cuenta el impuesto municipal.

Un poco más allá, en la céntrica calle Jaffa, las propias autoridades municipales alquilan varios locales al patriarcado armenio. Los edificios son claramente reconocibles, marcados con las iniciales de san Jaime, a quien está dedicada la principal iglesia armenia de Tierra Santa.

A la espera de saber cuál será la decisión de los tribunales, Baghdasaryan explica que sus abogados se están preparando para cualquier escenario, pero insiste en que la Iglesia no quiere ni plantearse la posibilidad de que la confiscación salga adelante.

«Lo que le pedimos al Gobierno israelí es que congele el proceso municipal contra el patriarcado y volvamos a las reuniones del comité gubernamental para negociar y buscar una solución», dice el obispo.EFE

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