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Arriesgarse con traficantes de personas sin escrúpulos para huir de Raqa

Decenas de miles de personas han huido de la ciudad de Raqa y de su provincia desde que las fuerzas kurdas y árabes sirias apoyadas por EEUU lanzaran el año pasado una ofensiva para apoderarse de la "capital" del grupo EI afp_tickers

Para huir de Raqa, el bastión del grupo Estado Islámico (EI) en Siria, los civiles pagan a personas que con frecuencia no tienen reparos en poner en peligro sus vidas.

Decenas de miles de personas han huido de la ciudad de Raqa y de su provincia desde que las fuerzas kurdas y árabes sirias apoyadas por EEUU lanzaran el año pasado una ofensiva para apoderarse de la “capital” del grupo EI.

Pero el viaje es arriesgado; los yihadistas amenazan con matar al que intente escapar. En el campo de Ain Isa (norte), donde se han refugiado miles de desplazados de Raqa, muchos civiles afirman haber vivido experiencias terribles a causa de traficantes de personas sin escrúpulos.

Estos traficantes “no dan su nombre, usan seudónimos, el nuestro se llamaba ‘La Ballena'”, cuenta a la AFP Alí, de 25 años, quien huyó de la aldea de Qahtaniya, seis kilómetros al noroeste de Raqa.

“Le entregué 222.000 libras sirias (360 euros)”, dice Alí, una cantidad con la que pagó su trayecto y el de ocho familiares, incluido un niño de cinco años.

Una noche se fueron de su aldea en el coche de Alí y tenían cita con el hombre en un lugar donde esperaban otros civiles. El grupo echó a andar. ‘La Ballena’ pasó delante e hizo un gesto para que pararan.

“Nos dijo que el lugar era seguro y fuimos blanco de un tiroteo de Dáesh”, explica Alí, usando el acrónimo en árabe del grupo EI.

Pisando el acelerador, logró llegar a un puesto de control de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que llevan a cabo una ofensiva contra el grupo EI en Raqa. Pero una mujer del convoy resultó herida.

“No sabemos nada de ella”, cuenta Alí. “Los traficantes de personas tienen las manos manchadas con la sangre de los que murieron huyendo”.

– “Esfumados” –

Las FDS entraron en Raqa en junio y controlan más del 40% de la ciudad. Naciones Unidas estima que aún quedan entre 20.000 y 50.000 civiles atrapados.

Según la ONU, los civiles pagan entre 75.000 y 150.000 libras sirias (130 a 260 euros) por persona para huir de Raqa.

Cuando Ahmed al Husein, de 35 años, decidió marcharse, pagó 70.000 libras sirias a un hombre y se comprometió a entregarle su motocicleta, de un valor de 30.000, una vez llegado a destino.

“Éramos un grupo de 250 personas, tardamos 15 horas en llegar al punto de control del sector de Al Mazeila, a 23 kilómetros al noroeste de Raqa, al amanecer”, explicó a la AFP.

“En cuanto llegamos, los yihadistas lanzaron un ataque y quedamos atrapados entre dos fuegos. Los traficantes se esfumaron”.

Los yihadistas los capturaron y se los llevaron, junto con otros civiles, al pueblo de Al Salihiya, donde les pegaron, les robaron el dinero y la documentación y los interrogaron para saber quiénes eran los traficantes de personas. “Imposible decírselo, no teníamos ni idea. Podrían haber sido miembros de Dáesh”, declara Ahmed.

Finalmente lo soltaron y se lo llevaron a otra aldea bajo control del grupo EI, hasta que las FDS se apoderaron de esta localidad. Durante todo el periplo conservó su moto. La tiene en el interior de la tienda de campaña en Ain Isa.

– “Interceptado” –

Los desplazados consultados por la AFP no quisieron declarar delante de la cámara por miedo a los traficantes de personas y a los yihadistas.

En el campo de desplazados, Abu Ahmed, de 38 años, repara neumáticos y piezas de moto para ganar un poco de dinero. Se fue del barrio de Daraiya, en Raqa, hace tres meses.

“Me fui con mi familia antes de que llegaran las FDS, nos quedamos en una granja de los alrededores durante aproximadamente un mes, hasta que los combatientes del EI llegaron y quemaron nuestras carpas”, cuenta.

La familia logró escapar y se adentró en el desierto con la esperanza de toparse con un puesto de control de las FDS. “Pero fuimos interceptados por unos traficantes de personas que nos pidieron 50.000 libras sirias para ayudarnos, decían que la ruta era larga y peligrosa”, dijo Abu Ahmed.

Cuando estaban en plena negociación con los traficantes de personas, un pastor se acercó. “No les des tu dinero”, dijo. “El punto de control se encuentra a menos de 500 metros de aquí y la carretera es segura”.

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