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Mueren un niño y un médico en manifestaciones en Sudán contra presidente Omar al Bashir

Manifestación en Jartum, capital de Sudán, el 15 de enero de 2019 afp_tickers

Un médico y un niño murieron el jueves en Sudán durante nuevas manifestaciones en Jartum contra el presidente Omar Hasán Ahmad al Bashir, cuatro semanas después del inicio de las protestas contra la subida de los precios del pan y los medicamentos.

“Un médico y un niño murieron en las manifestaciones”, indicó una organización de médicos implicada en el movimiento de protesta social. Los allegados de las víctimas confirmaron las muertes a la AFP.

Una manifestaciones tuvo lugar en el exterior del hospital donde los cuerpos de las dos víctimas fueron trasladados, según testigos.

Cuatro semanas después del inicio de la protesta desencadenada por la subida de los precios del pan y de los medicamentos, la policía dispersó con gases lacrimógenos a cientos de manifestantes que marchaban hacia la presidencia en Jartum para pedir la salida de Omar al Bashir, según los testigos.

Los manifestantes cantaban “Libertad, paz y justicia”.

En un país en pleno marasmo económico, las concentraciones casi diarias piden la salida del presidente, en el poder desde 1989.

El jueves, después de que la policía dispersara a los manifestantes, se volvieron a juntar grupos de personas en el barrio de Buri, donde los manifestantes y la policía intercambiaron lanzamientos de piedras y disparos de gases lacrimógenos, según otros testigos.

– Muertes “inaceptables” –

Otra concentración se desarrolló en Bahari, en el norte de Jartum, donde se quemaron neumáticos y se bloquearon carreteras con montones de deshechos, según los presentes.

Por la mañana, las fuerzas fueron desplegadas en el centro de la capital y a lo largo de la carretera que conduce al palacio presidencial, observó un corresponsal de la AFP.

En los alrededores del palacio había varios vehículos militares con ametralladoras.

Según testigos, también hubo manifestaciones en Puerto Sudán, Gadaaref (este), Atbara (250 km al noreste de Jartum), donde habían comenzado las protestas el mes pasado antes de extenderse hasta la capital Darfur (oeste). Igualmente hubo tres manifestaciones en Omdurman, ciudad gemela de Jartum.

En Nueva York, varios miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, principalmente Estados Unidos, Reino Unido y Francia, aprovecharon una reunión sobre Sudán para lanzar llamados a las autoridades a respetar el derecho de manifestación. Las muertes de los manifestantes son “inaceptables”, señalaron.

Desde el inicio de la protesta el 19 de diciembre, 24 personas murieron, según un balance oficial.

Las oenegés Human Rights Watch y Amnistía Internacional dan cuenta de al menos 40 muertos, entre ellos niños y personal médico.

Unas mil personas, entre ellas activista, opositores y periodistas, fueron detenidos, según grupos de defensa de los derechos humanos.

La Asociación de Profesionales, que reúne a médicos, profesores e ingenieros, está a la vanguardia de las manifestaciones antigubernamentales.

– “El pueblo decidirá en 2020” –

Según los analistas, este movimiento representa el mayor desafío para Al Bashir desde su acceso al poder.

Además de la reducción de las subvenciones para el pan, Sudán sufre de un grave déficit de divisas extranjeras.

Los habitantes sufren a menudo penurias de alimentos y carburante y la fuerte inflación de determinados productos.

El gobierno afirma que las dificultades económicas se deben al duro embargo impuesto por Estados Unidos a Sudán entre 1997 y 2017.

Esas sanciones incluían la prohibición de actividades comerciales y transacciones financieras.

“Las manifestaciones no conducirán a un cambio de poder”, afirmó el lunes Al Bashir. “Solo hay una vía para llegar al poder, la de las urnas. El pueblo decidirá en 2020 quién debe gobernar”, declaró el presidente de 75 años, que aspira a un tercer mandato.

Para los críticos del poder, Al Bashir es culpable de una mala administración económica y de gastar demasiado en la lucha contra los grupos rebeldes que existen en el país.

Además la secesión del Sur en 2011 privó a Sudán de las tres cuartas partes de sus reservas de petróleo y de sus ingresos petroleros.

En 1964 y 1985, sendos alzamientos populares provocaron la caída del régimen, pero esta vez el camino será largo para los opositores, estiman los analistas.

“Por el momento, Bashir parece contar con el apoyo de las fuerzas de seguridad”, indicó Willow Berridge, especialistas de Sudán.

Su gobierno puede sobrevivir a las manifestaciones, indicó un informe del centro de reflexión Internacional Crisis Group (ICG),

Pero tendrá “un coste”, el de “un declive económico, una mayor cólera popular, más manifestaciones y una represión más dura”, indicó el informe.

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