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El ejército afgano en busca de rebeldes talibanes en Kunduz

Militares afganos cerca del aeropuerto druante enfrentamientos entre talibanes y fuerzas de seguridad afganas el 1 de octubre de 2015 en Kunduz afp_tickers

El ejército y la policía de Afganistán “peinaban” Kunduz este viernes en busca de rebeldes talibanes, al día siguiente de haberles arrebatado esta importante ciudad del norte del país, una región donde los islamistas no han dejado de avanzar últimamente.

Los habitantes de Kunduz dijeron que este viernes ya no escucharon disparos, al día siguiente de que el ejército recuperara la ciudad con ayuda de bombardeos estadounidenses y de soldados de la OTAN.

Estos últimos, 13.000 actualmente en Afganistán, sufrieron la pasada noche la pérdida de seis soldados estadounidenses y de cinco subcontratistas, muertos al estrellarse un avión de transporte militar, un C-130 Hércules, en el aeropuerto de Jalalabad (este).

Los talibanes, que se atribuyen regularmente y sin pruebas la autoría de los accidentes aéreos en Afganistán, afirmaron que derribaron el aparato.

“Nuestros muyaidines derribaron un cuatrimotor estadounidense en Jalalabad”, tuiteó el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, quien comunicó un balance de al menos 15 muertos.

La reivindicación fue contradicha por un responsable del Pentágono, quien indicó que el aparato “no fue abatido por los talibanes. Se trata de un problema técnico”.

– El norte afgano, nuevo objetivo –

Desde que fueron expulsados del poder en 2001 por una coalición liderada por Estados Unidos, los talibanes concentran sus ataques en sus bastiones del sur.

Pero en los últimos meses, los insurgentes reforzaron sus posiciones en la zona de Kunduz, una ciudad estratégica en la ruta hacia Tayikistán.

Las provincias vecinas de Badajshan, Baghlan y Tajar son escenario de una ofensiva cada vez más feroz de los rebeldes, que tratan de tomar centros urbanos. En Badajshan, los talibanes conquistaron brevemente este viernes el distrito de Baharak, cercano de la capital provincial Faizabad, pero luego fueron repelidos.

Kunduz por su lado parecía haber recuperado la calma este viernes, después de los intensos combates de la víspera, que permitieron al ejército recuperar la ciudad.

“No hay nadie en las calles, los comercios están cerrados, no hay combates entre los talibanes y las tropas afganas”, relató Zabihulá, un habitante. Una impresión reforzada por el testimonio de Shahir, según el cual “ya no se escuchan explosiones ni disparos”.

Aprovechando esa calma, “las fuerzas de seguridad se han desplegado por todo Kunduz”, explicó Sayed Sarwar Husaini, el portavoz de la policía provincial.

“Estamos peinando las callejuelas y las casas para encontrar a talibanes. Los encontraremos y los mataremos”, prometió.

“La operación de despeje continúa”, declaró Mohammed Qasim Jangalbagh, jefe de la policía provincial, la noche de este viernes.

Pese a esta calma precaria, la situación humanitaria sigue siendo crítica. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo estar “cada vez más preocupado por la estado de los civiles y la falta de material médico y de personal”.

Desde el lunes, el ministerio de Sanidad ha contado 60 muertos y 466 heridos, y el centro de atención de Médicos Sin Fronteras trató a 345 heridos, entre ellos 59 niños.

La reconquista de Kunduz no supone ninguna victoria a largo plazo de Kabul frente a los talibanes, que han demostrado en los últimos días su poder en esta región del norte del país en varios frentes.

La toma de la ciudad en apenas unas horas el lunes quedará marcada como un importante revés para el presidente Ashraf Ghani, en el poder desde hace un año. El jueves, durante una conferencia de prensa, prometió “castigar a todos aquellos que faltaron a su deber” en esta derrota.

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