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El presidente filipino acusa de narcotráfico a jueces, alcaldes, legisladores y policías

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, toma la palabra durante la ceremonia de asunción de la comandancia de la policía el 1 de julio de 2016 en Manila afp_tickers

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, sumido en una implacable lucha contra la droga, denunció este domingo públicamente a 160 jueces, alcaldes, legisladores, policías y militares, a quienes acusó de estar involucrados en el tráfico de sustancias.

Además, prometió impulsar una iniciativa para que el dictador Ferdinand Marcos sea enterrado en el Cementerio de los Héroes, una medida muy controvertida en el país, que derrocó al hombre fuerte en una revolución hace tres décadas.

En sus declaraciones, Duterte citó a nueve jueces y cerca de 50 congresistas, alcaldes y otros funcionarios en ejercicio o retirados que supuestamente están involucrados en el tráfico de drogas.

“El debido proceso no tiene nada que ver con (lo que sale de) mi boca. Aquí no hay proceso, no hay abogados”, dijo en un discurso durante la tarde de este domingo antes de comenzar a enumerar los nombres.

Desde que Duterte fue elegido, el 9 de mayo, unos 800 sospechosos de narcotráfico han sido abatidos por la policía o por guardias de vigilancia, desatando fuertes críticas de grupos que defienden los derechos humanos.

También citó a unos cien policías en activo y a oficiales retirados y a soldados que afirmó que están involucrados en el comercio de estupefacientes.

“Si muestran el más mínimo atisbo de violencia en la resistencia, voy a decirle a la policía: ‘disparen'”, dijo a la prensa desde Davao, ciudad de la cual fue alcalde.

Pese a que los años de Gobierno de Marcos estuvieron marcados por la corrupción y las violaciones de los derechos humanos, Duterte defendió que sea enterrado en el panteón por haber sido un expresidente y un soldado.

“Yo voy a permitir que sea enterrado aquí. Él está calificado para ser enterrado aquí. Si a otros filipinos no les gusta, bien”, dijo en el discurso.

Marcos, que fue elegido presidente en 1965, declaró la ley marcial en 1972, lo que le permitió gobernar como dictador mientras tanto él como su familia se enriquecían y sus tropas arrasaban brutalmente a la disidencia.

Rafaela David, portavoz de la organización juvenil Akbayan (Abrazar la amistad), dijo que van a protestar contra esta decisión.

“Esto es el pueblo filipino diciendo que no reconocemos a Marcos como un héroe. Tenemos a mucha gente que experimentó la ley marcial y estamos tratando de reunir sus historias (…) para que más gente pueda saber la verdad sobre el legado de Marcos”, dijo a la AFP.

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