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El secretario general de la ONU reclama en Irak más ayuda para Mosul

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, visita el campamento de Hasan Sham, a unos 30 kilómetros al este de la ciudad iraquí de Mosul, el 31 de marzo de 2017 afp_tickers

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, visitó este viernes un campo de desplazados en Irak, donde lamentó la escasez de recursos para ayudar a los cientos de miles de habitantes de Mosul afectados por la batalla contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

“No tenemos los recursos necesarios para ayudar a esas personas, ni tampoco la solidaridad internacional imprescindible”, declaró Guterres en el campo de Hassan Cham, a unos 30 kilómetros al este de Mosul.

Las fuerzas iraquíes y los combatientes del grupo EI luchan desde hace cinco meses en la segunda ciudad de Irak, conquistado por los yihadistas en 2014.

Los combates han provocado el desplazamiento de más de 200.000 personas desde el comienzo de la operación para retomar el oeste de la ciudad, a mediados de febrero, en un éxodo que preocupa a las organizaciones humanitarias.

“Por desgracia, nuestro programa de aquí solo está financiado en un 8% (de su totalidad). Eso muestra lo limitados que son nuestros recursos”, insistió el secretario general de la ONU.

“Estas personas sufrieron mucho y siguen sufriendo. Necesitamos mas solidaridad por parte de la comunidad internacional”, subrayó.

Según Guterres, los recursos actuales no permiten que los habitantes de Mosul vivan en condiciones decentes.

En el marco de su primera visita a Irak como secretario general de la ONU, Guterres se reunió el jueves con altos responsables locales, entre ellos el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, en Bagdad.

El secretario general de la ONU aseguró en la capital iraquí que la protección de los civiles debía ser una “prioridad absoluta”.

Unas 600.000 personas continúan atrapadas en el oeste de Mosul, según Naciones Unidas. Los dos tercios de esos habitantes viven en el casco viejo, un laberinto de calles densamente pobladas que las fuerzas iraquíes intentan reconquistar.

– Balance civil –

Un mes y medio después de su inicio, la batalla en el oeste de Mosul se ha cobrado la vida de más de 300 civiles, según la ONU.

Y en los últimos días, varias figuras internacionales, incluido el papa Francisco, han pedido mayores esfuerzos para proteger a los habitantes.

Los combatientes del grupo EI han sufrido grandes pérdidas en los barrios occidentales, pasando de 2.000 soldados a menos de un millar, indicó un portavoz militar de la coalición internacional que respalda a las fuerzas iraquíes.

Pero su feroz resistencia obliga a las tropas gubernamentales a mostrarse alerta ante sus ataques suicidas, sus francotiradores, sus trampas explosivas y su intento de provocar bajas civiles en los bombardeos de la coalición.

“El (grupo) EI introduce a civiles a hurtadillas en un edificio”, burlando la vigilancia de las fuerzas iraquíes, e “intenta incitar a la coalición a atacarlo” para sacar provecho de “la indignación provocada en la opinión pública” y el clima de “terror”, explicó el coronel estadounidense Joe Scrocca.

Algunos de los civiles que lograron huir encontraron refugio en los campos abiertos de los parajes desérticos cercanos a Mosul, y otros buscaron cobijo en casa de familiares, alquilaron alojamientos o se instalaron en albergues improvisados.

Entre los desplazados, muchos niños intentan olvidar la guerra pese al estruendo de los combates. Es el caso de Nora, de 10 años, que se refugió en el campo de Hassan Cham tras huir de Mosul. “Teníamos una casa grande”, cuenta, “pero el (grupo) EI nos bombardeó y se incendió. El (grupo) EI nos destruyó”.

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