Grecia y Macedonia negocian en la ONU nombre de la exrepública yugoslava
Grecia y Macedonia tienen cita el miércoles en las Naciones Unidas para intentar resolver un litigio iniciado hace 27 años: el nombre de la antigua república yugoslava.
Atenas objeta la utilización del nombre Macedonia -que designa a una provincia del norte de Grecia- por su pequeño vecino de los Balcanes, que accedió a la independencia en 1991 y que pretende integrarse a la Unión Europea y a la OTAN.
El enviado de la ONU Matthew Nimetz decidió reunir a ambas partes en la sede las Naciones Unidas en Nueva York este miércoles. Hacia las 13H00 locales (18H00 GMT) está prevista una rueda de prensa.
“Pienso que la gente de ambos países está lista para comprender soluciones que sean coherentes con los intereses nacionales pero que contengan también un elemento de compromiso que resuelva el problema”, dijo el lunes a la televisión griega ERT.
Nimetz, que intenta solucionar este conflicto desde 1994, cree ver actualmente un “impulso positivo” en las dos capitales.
Para Atenas, el hecho de que Macedonia conserve este nombre sugiere que Skopje tiene una reivindicación territorial sobre la Macedonia griega, que alberga a las grandes ciudades portuarias de Tesalónica y Kavala.
El nombre oficial del país de los Balcanes tal como está inscrito actualmente en la ONU, es Ex república yugoslava de Macedonia (FYROM en inglés). Al aceptarla como integrante de la ONU, el Consejo de Seguridad señaló que se trataba de un nombre temporario, también utilizado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
“Macedonia del Norte” o “Nueva Macedonia” son algunos de los nombres potencialmente evocados, pero los nacionalistas griegos estiman que no debería haber mención alguna a Macedonia.
El primer ministro de Maceonia Zoran Zaev estimó el 7 de enero que existía “una buena posibilidad” de solucionar esta disputa “de aquí al fin del primer semestre de 2018”. Unos días antes el ministro griego de Relaciones Exteriores, Nikos Kotzias, se dijo “optimista” respecto a la posibilidad de una solución en 2018.
Todo acuerdo deberá ser luego sometido a un referéndum o a los parlamentos respectivos en ambos países.