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Histórico concilio ortodoxo en Grecia sin el patriarca ruso

Unos prelados asisten a una liturgia en la iglesia de Heraklion, en la isla griega de Creta, el 19 de junio de 2016 afp_tickers

El gran concilio ortodoxo, una reunión sin precedente en mil años para sellar la unidad de las Iglesias cristianas ortodoxas, comenzó este domingo en Creta, empañado por varias ausencias, como la del patriarca ruso Cirilo.

Este domingo, día del Pentecostés ortodoxo, el concilio arrancó con una “divina liturgia” (misa) común celebrada en Heraklion, la capital de la isla, oficiada por diez primados, entre ellos el patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé, que ejerce de primado de honor.

El presidente de la República griega, Prokopis Pavlopoulos, asistió a la misa, retransmitida en directo por la televisión pública Ert.

La Academia Ortodoxia de Creta espera recibir al menos a 500 obispos y 250 consejeros hasta el 27 de junio en La Canea (noroeste de Creta). Pero la foto de familia está incompleta, marcada por cuatro ausencias.

Además del influyente patriarca Cirilo, cuya Iglesia rusa representa demográficamente la mitad de la comunión ortodoxa, con cerca de 130 millones de miembros, estarán también ausentes los primados de Antioquía, de Bulgaria y de Georgia, a pesar de la luz verde que dieron en un principio a la celebración.

El patriarca de Antioquía fue el primero en pedir un aplazamiento, enfadado al ver que el primado de Jerusalén cuestionaba su jurisdicción sobre Catar.

Además, las Iglesias de Bulgaria y de Georgia anunciaron que no acudirían por la ausencia de varios “temas importantes”.

Un duro golpe para los organizadores de la cita, entre ellos el patriarca Bartolomé, cuya influencia está muy cuestionada por la Iglesia rusa desde hace años.

Por su parte, el papa Francisco, en su oración dominical en la plaza de San Pedro, rezó por el gran concilio ortodoxo. “Unámonos a nuestros hermanos ortodoxos, invocando al Espíritu Santo para que asista con sus dones a los patriarcas, arzobispos y obispos reunidos en concilio”, declaró.

– 50 años de preparación –

El evento era muy esperado debido a que los jerarcas ortodoxos no se han reunido en un gran concilio desde el cisma histórico de 1054 entre Roma y Constantinopla.

Su última participación en un evento similar, que presuntamente trató cuestiones de doctrina y disciplina, se remonta a 787, fecha del séptimo y último concilio, el de Nicea II.

La celebración de este gran concilio, en preparación desde hace más de 50 años, pretende precisamente estrechar las filas ortodoxas.

“Este gran y sagrado concilio va a transmitir el mensaje de unidad (…) va a contribuir a la salida de la parálisis actual de la vida”, indicó el patriarca Bartolomé desde Creta, citado por los medios.

La “comunión ortodoxa”, con más de 250 millones de fieles, reagrupa a 14 Iglesias autocéfalas, sacudidas por los grandes cambios en el exbloque soviético y en Oriente Medio, y a menudo presa de las disputas nacionales y políticas.

“La unidad de la ortodoxia es buena para todos nosotros. Son los ausentes los que van a perder”, comentó Nikos Kotzias, el ministro de Asuntos Exteriores de Grecia, país cuya constitución califica la ortodoxia de “religión dominante”.

Los obispos y consejeros participantes en este concilio, que se estableció a finales de enero durante una cumbre de primados en Ginebra, deberán validar seis textos elaborados por consenso en la cumbre, que pretenden actualizar el testigo ortodoxo, hacerlo más audible y enmarcar las relaciones con el resto del mundo cristiano.

También se emitirá un “mensaje final” al término del concilio.

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