La muerte de un joven nigeriano en el norte de Francia atiza el debate sobre la acogida de migrantes
La muerte de un joven migrante nigeriano en su tienda de campaña en Calais, en el norte de Francia, azuzó el debate sobre las condiciones de acogida de migrantes en esa localidad, que varias asociaciones y partidos políticos de izquierdas consideran “indignas”.
El viernes de madrugada, un nigeriano de 22 años murió al intentar hacer fuego “en una lata de conserva para cocinar y calentarse” dentro de su tienda, en un barrio de la ciudad.
“Este deceso es verdaderamente simbólico, justo cuando el Ayuntamiento ha querido apartar a los migrantes y los voluntarios que los ayudan del centro de la ciudad por razones, entre comillas, de orden público”, declaró el sábado a la AFP el vicepresidente de la asociación El albergue de los migrantes, François Guennoc.
El 18 de octubre, la alcaldía de la ciudad firmó una orden para prohibir el reparto de comida para personas en dificultades que efectúan una veintena de asociaciones y colectivos en el centro de la ciudad.
La decisión, justificada por la “alteración del orden público […] generada por la concentración de migrantes”, se tomó en el marco de la organización de unos festejos culturales que debían reunir a 300.000 personas este fin de semana en esa localidad del norte de Francia.
Sin embargo, varios partidos políticos de izquierdas, como Los Verdes, Générations, el Partido Comunista o Francia Insumisa, denunciaron en un comunicado una medida que “estigmatiza y divide en lugar de reunir y compartir”.
Las travesías del Canal de la Mancha, que disminuyeron que en 2016 se desmanteló un inmenso campamento en Calais, apodado la “jungla”, se reanudaron desde finales de 2018, pese al peligro relacionado con la densidad del tráfico, las fuertes corrientes y la baja temperatura del agua.
