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La multa a BNP pone de nuevo de relieve la hegemonía del dólar en las transacciones

Imagen de archivo tomada el 14 de abril de 2014, en París, Francia, muestra la entrada del banco BNP Paribas afp_tickers

La multa récord que deberá pagar BNP por sus transacciones en dólares con países bajo embargo en Estados Unidos pone de nuevo de relieve la hegemonía del billete verde, cuyo uso obliga a cumplir la legislación estadounidense.

El banco francés fue sancionado por operaciones que no son ilegales en Francia ni en Europa pero que, como fueron realizadas en dólares, entran en el marco del derecho estadounidense.

“La extraterritorialidad de las normas estadounidenses, relacionada con el uso del dólar, tiene que llevar a Europa a movilizarse para que progrese el uso del euro como moneda internacional”, dijo el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, poco después de conocerse la sanción de 8.900 millones de dólares al banco.

El lunes, BNP reconoció ante las autoridades de Estados Unidos haber llevado a cabo operaciones con Cuba, Irán y Sudán, tres países bajo embargo de Washington, y aceptó la sanción para evitar un juicio penal.

Ya en 1964, el ministro de Finanzas francés, Valéry Giscard d’Estaing, que diez años más tarde se convertiría en presidente, lamentaba el “privilegio exorbitante” que supone para Estados Unidos ser el único país del mundo que puede endeudarse con su propia moneda, lo que equivale a endeudarse de manera casi indefinida gracias a la potencia del billete verde.

En 1971, el secretario estadounidense del Tesoro, John Connally, resumió con una frase la posición de su país frente a las quejas europeas: “El dólar es nuestra moneda pero es su problema”.

En los últimos 40 años la situación apenas no ha cambiado y según el Fondo Monetario Internacional, en 2013 el 61,2% de las reservas de los bancos centrales mundiales estaban en dólares.

También el 87% de todas las operaciones de cambio que se hicieron en abril de 2013 fueron en dólares, según el Banco de Pagos Internacionales (BPI). Y en octubre pasado se utilizó esta moneda en el 81,08% de las operaciones de financiación comercial, según el cálculo de la empresa belga SWIFT.

Según Jérôme Sgard, profesor de ciencias políticas en SciencesPo París, lo que ha cambiado son las implicaciones jurídicas de este hegemonía, gracias al llamado sistema de compensación.

Cada vez que en el mundo se lleva a cabo una transacción en dólares, se cambia un apunte contable o se hace una transferencia, queda registrada en un sistema informático estadounidense llamado “de compensación”, que en teoría garantiza la seguridad de los intercambios. Es este registro el que permite a la justicia estadounidense verificar la legalidad de las operaciones.

La gran mayoría de operaciones de compraventa de materias primas, de petróleo y de numerosos productos, como los aviones, se hacen en dólares.

Es el caso del grupo Airbus, que vende en dólares sus aviones de fabricación europea a Rusia y China. Algunos países como Irán intentan evitar el dólar y venden su petróleo a cambio de oro u otras divisas.

Por su parte China empezó en abril de 2013 a cambiar su moneda, el yuan, con el yen japonés y acaba de anunciar una cámara de compensación para su moneda en varios países europeos.

Sin embargo según los expertos la moneda china no podrá imponerse mientras Pekín no autorice su libre cambio. “Se habla desde hace mucho tiempo de pagar el petróleo en yuanes o los Airbus en euros, pero las cosas siguen igual”, recuerda el profesor Jérôme Sgard.

Usar siempre el dólar tiene además otras ventajas, como reducir el número de operaciones y controlar mejor los precios.

Sgard afirma que sólo una “ruptura” permitirá cambiar la hegemonía actual del dólar y recuerda que hicieron falta dos guerras mundiales para terminar con la preponderancia de la libra esterlina.

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