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La ONU estudia una salida de la crisis con un religioso clave en la política de Irak

Jeanine Hennis-Plasschaert, responsable de la misión de asistencia de la ONU para Irak (UNAMI), habla sobre su reunión con el gran ayatolá Ali Sistani el 11 de noviembre de 2019 en Nayaf afp_tickers

La representante de la ONU y el gran ayatolá Ali Sistani, líder religioso y figura clave en la política en Irak, criticaron el lunes a las autoridades, cuyas fuerzas de seguridad dispararon con munición real contra manifestantes en otra sangrienta noche.

El domingo por la noche, mientras el centro de Bagdad se asemejaba a un campo de batalla de tiroteos y gases lacrimógenos, Jeanine Hennis-Plasschaert, jefa de la misión de asistencia de la ONU (Unami), propuso una hoja de ruta para salir de una crisis que oficialmente ha dejado 319 muertos desde el 1 de octubre.

Mientras se hacía público el plan, cuatro manifestantes caían bajo las balas de las fuerzas policiales en Nasiriya (sur). Y este lunes, las fuerzas de seguridad seguían disparando con balas reales en el centro de Bagdad, constató un fotógrafo de la AFP.

En Najaf, feudo del ayatolá Sistani, la representante de la ONU anunció que éste –mayor autoridad de la mayoría chiíta en Irak– había aceptado su hoja de ruta, que prevé entre otros aspectos la revisión de la ley electoral.

El gran ayatolá, que nunca se expresa en público, “se preocupa porque las fuerzas políticas no hacen esfuerzos serios en llevar a cabo reformas”, relató Hennis-Plasschaert.

– “Un cambio total” –

Pese a estas palabras, el gran ayatolá Sistani –a quien se atribuye poner y quitar primeros ministros– no ha retirado hasta ahora su confianza a Adel Abdel Mahdi, cuya partida exigen los manifestantes.

Sistani aboga por soluciones políticas y “pacificas” a las reivindicaciones “legítimas” de los manifestantes.

Pero eso no basta en las calles. “Queremos un cambio total. Ya no queremos más a este gobierno, ni al parlamento, ni a los partidos”, dice un manifestante en el centro de Bagdad.

Em efecto, el movimiento de protesta reclamaba originalmente empleos y mejores servicios. Ahora los manifestantes piden además la renuncia de todos los responsables políticos y una renovación total del sistema político implementado desde la caída del dictador Sadam Husein, en 2003.

La movilización culpa además a Irán –gran rival de Estados Unidos en Irak–, que es acusado de ejercer gran influencia en el país y de ser el arquitecto del sistema político iraquí, sumido en el clientelismo y la corrupción.

Por otra parte los llamados del gran ayatolá para evitar la violencia, no han surtido efecto entre las autoridades, dispuestas a acabar con las manifestaciones a cualquier precio.

Desde el sábado, la represión se ha acentuado causando 16 muertos, más de la mitad de ellos en Bagdad.

– “República del miedo” –

En este contexto, muchas voces en Irak hablan ahora de “nueva república del miedo”, en un país que salió hace 16 años de décadas de dictadura del partido Baas de Sadam Husein.

Militantes y médicos que apoyan a los manifestantes afirman ser objeto de campaña de detenciones, secuestros e intimidaciones por parte de las fuerzas estatales y de grupos armados.

En tanto, el gobierno de Estados Unidos formuló un llamado a las autoridades iraquíes a que convoquen “elecciones anticipadas”, y pidió el “cese de la violencia contra los manifestantes”.

Este lunes, el Consejo de derechos humanos de la ONU prevé examinar la situación en Irak, donde Amnistía Internacional pidió a las autoridades locales que contuvieran a sus fuerzas de seguridad para “evitar un baño de sangre”.

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