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La UE evacua de Burundi al “personal no esencial” y a las familias

La policía toma posiciones el 20 de mayo de 2015 en el barrio de Musaga de Bujumbura, durante una manifestación contra el tercer mandato del presidente de Burundi afp_tickers

La Unión Europea decidió evacuar “de manera temporal” a las familias y parte del “personal no esencial” de su delegación en Burundi, indicaron unos altos responsables comunitarios este viernes.

“La decisión se adoptó sobre la base de una nueva evaluación de riesgo por la situación en Burundi, pero la legación continuará funcionando normalmente”, indicó una de las fuentes a la AFP.

Burundi está sumida en una crisis política desde finales de abril, cuando su presidente, Pierre Nkurunziza, presentó su candidatura para un controvertido tercer mandato, que ganó.

La oposición, que boicoteó los comicios, la sociedad civil y la Iglesia católica consideran que ese tercer mandato es contrario a la Constitución y al Acuerdo de Arusha que abrió la vía al final de la guerra civil (300.000 muertos entre 1993 y 2006), que limitan a dos los mandatos presidenciales.

En medio del conflicto, una brutal represión de las manifestaciones y la reelección en julio de Nkurunziza no evitó que la violencia se intensificara y que pasara a ser armada. Al menos 240 personas murieron y más de 200.000 huyeron el pequeño y enclavado país africano.

Las alertas internacionales se activaron después de reiterados llamamientos a Nkurunziza para iniciar el diálogo con la oposición, que no tuvieron eco.

Una ola de discursos de odio han impulsados los ataques, causando comparaciones con Ruanda, donde las tensiones por la misma mezcla de las etnias hutu y tutsi explotó en 1994, derivando en un genocidio.

Este viernes, Bélgica, antigua potencia colonial de Burundi, aconsejó a sus ciudadanos cuya presencia no es esencial que dejen ese país. “Desde el mes de octubre, el clima de violencia se agravó. También se hicieron públicas declaraciones hostiles hacia Bélgica y las amenazas contra los ciudadanos belgas”, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores belga, “desaconsejando” asimismo “todos los viajes a Burundi”.

Por su parte, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó el jueves por unanimidad una resolución que busca allanar el camino para un despliegue de fuerzas de paz en Burundi tras meses de violencia.

La resolución, redactada por el delegado francés, condenó fuertemente la ola de asesinatos, torturas, detenciones y otras violaciones de los derechos humanos en Burundi y reclamó el inicio urgente de conversaciones entre el Gobierno y la oposición para poner fin a la crisis.

La resolución solicitó que el secretario general, Ban Ki-moon, presente opciones al Consejo en los próximos 15 días sobre “la futura presencia de las Naciones Unidas en Burundi” para ayudar a poner fin a la crisis.

Los funcionarios de la ONU están elaborando planes para enviar una misión de paz a Burundi desde la vecina República Democrática del Congo, o desplegar una fuerza regional bajo la égida de la Unión Africana, si la ola de violencia se sale de control se sale de control.

“Sabemos que en el peor caso estamos hablando de que es posible un genocidio y sabemos que necesitamos hacer todo lo que posiblemente podamos para prevenir eso”, dijo el embajador británico, Matthew Rycroft, cuyo país preside el Consejo de Seguridad por este mes.

“El Consejo de Seguridad debe adoptar plenamente su rol de prevención (…) y no dejar que el genio de la violencia étnica se salga de la botella”, dijo a los periodistas el embajador francés, Francois Delattre.

– Evitar un genocidio –

Las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA) instaron a que se realice una reunión entre el Gobierno de Burundi y la oposición en Uganda o Etiopía.

“No se puede ahorrar ningún esfuerzo para lograr el fin de la violencia y fomentar una solución política”, dijeron la responsable de la diplomacia europea, Federica Mogherini; el presidente de la UA, Nkosazana Dlamini-Zuma; y el secretario general adjunto de la ONU, Jan Eliasson.

La embajadora de Estados Unidos, Samantha Power, dijo que un fuerte empujón para un diálogo político “era absolutamente crítico” para resolver las diferencias después de que una mediación liderada por Uganda no ha tenido éxito. “Tiene que haber un proceso político sólido, y ese proceso debe ser vigorizado”, afirmó Power.

El embajador británico Rycroft citó sanciones, una fuerza de paz y presión política como algunas de las “herramientas” disponibles para prevenir atrocidades masivas.

El despliegue de una fuerza de la ONU en Burundi podría requerir la aprobación de las autoridades de Buyumbura o una decisión del Consejo de Seguridad bajo el capítulo 7 de la resolución, que autoriza el uso de la fuerza.

El Consejo advirtió en la resolución de que estaba listo para considerar “medidas apropiadas”, pero una referencia específica a “sanciones selectivas” contra los líderes de Burundi que incitaron a ataques fue retirada del borrador final.

Los cambios se realizaron después de que Rusia y algunos países africanos argumentaran que las sanciones podrían entorpecer un acuerdo.

Los diplomáticos también temen que Ruanda se involucre en el conflicto, después que el presidente Paul Kagame acusó a los líderes burundeses de “masacrar” a su propia gente.

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