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Los Guardianes de la Revolución iraní proclaman “el fin de la sedición”

Decenas de personas sostienen una bandera de Irán durante una manifestación a favor del Gobierno este miércoles 3 de enero en la ciudad de Qom, 130 km al sur de Teherán afp_tickers

Los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite del poder en Irán, proclamaron el miércoles el fin del movimiento de protesta que causó 21 muertos y cientos de detenciones, tras la celebración de masivas manifestaciones de apoyo al régimen.

Sólo algunas protestas esporádicas en ciudades de provincia tuvieron lugar durante la madrugada del miércoles, según videos difundidos en las redes sociales e imposibles de verificar, en contraste con las noches anteriores de manifestaciones contra la austeridad económica y el poder.

La clase política -reformistas y conservadores- se posicionó contra los disturbios desencadenados el 28 de diciembre en Mashhad, la segunda ciudad de Irán, marcados por la violencia y la destrucción de bienes públicos. El gobierno acusa a “contrarrevolucionarios” con sede en el extranjero de haberlos fomentado.

La televisión oficial mostró imágenes en directo de multitudinarias manifestaciones prorrégimen en varias ciudades.

Enarbolando pancartas que denunciaban a los “agitadores”, los manifestantes gritaron lemas a favor del Guía Supremo, el ayatolá Alí Jamenei, pero también gritos de “¡Muerte a Estados Unidos!” o “¡Muerte a Israel!”.

“Ofrecemos a nuestro guía la sangre que corre por nuestras venas”, gritaban los manifestantes, algunos con banderas iraníes.

El jueves se prevén nuevas manifestaciones prorrégimen en Ispahán y en Mashhad.

– Washington y Muyahidines acusados –

Las autoridades iraníes intentaron minimizar el movimiento de protesta, el más importante desde el de 2009, que fue violentamente reprimido, contra la reelección del presidente ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.

Durante una conversación telefónica el miércoles con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, el presidente iraní Hasan Rohani, que anteriormente hablaba de una “pequeña minoría” de contestatarios, dijo que esperaba el fin de los disturbios “en unas horas”, según el presidente turco.

El jefe de los Guardianes de la Revolución, Mohammad Ali Jafari, afirmó que el número de “agitadores” “no había superado las 15.000 personas en todo el país”. Y añadió que podía anunciar “el fin de la sedición”, en unas declaraciones publicadas por la web del ejército de élite del régimen.

“Un gran número de alborotadores, en el centro de la sedición, (…) recibió una formación por parte de la contrarrevolución y de los monafeghines”, comentó, utilizando un término que designa a los Muyahidines del Pueblo, principal formación de la oposición en el exilio.

Irán acusa a los Muyahidines de estar vinculados a Arabia Saudita, rival regional de Teherán.

El general Jafari declaró también que miles de personas fueron “entrenadas” por Estados Unidos para “fomentar los disturbios en Irán”.

Desde Beirut, Hasan Nasralá, el líder del movimiento chiita libanés Hezbolá -financiado por Teherán-, afirmó que las “esperanzas de (el presidente estadounidense Donald) Trump se vieron decepcionadas, al igual que las de los israelíes y los responsables sauditas que esperaban protestas más importantes que provocasen la caída del régimen en Irán”.

– Llamados a reuniones de la ONU –

La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, pidió “reuniones de urgencia” del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York y del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, sobre Irán.

Washington contempla nuevas sanciones contra representantes del régimen iraní, informó un alto responsable estadounidense.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó la pérdida de vidas. “Se debe evitar la violencia” y las autoridades iraníes deben “respetar los derechos a reunirse pacíficamente y a la libertad de expresión”, declaró.

Las manifestaciones han dejado desde el jueves pasado 21 muertos, en su mayoría manifestantes, y centenares de personas han sido arrestadas, 450 de ellas en Teherán. Coches y edificios oficiales fueron atacados o incendiados.

En las calles de la capital, muchos habitantes aseguran comprender los motivos socioeconómicos de las protestas, en un país con una tasa de desempleo que alcanza el 40% entre los jóvenes. Pero al mismo tiempo condenan la violencia.

Otros rechazan el discurso oficial según el cual las protestas son obra de potencias extranjeras.

“No estoy de acuerdo, la gente ha llegado a un punto en el que ya no pueden tolerar la presión de las autoridades, ya no pueden más y ahora están en la calle”, dice Soraya Saadaat, de 54 años, que está en el paro.

Las autoridades condicionaron finalmente el bloqueo en los teléfonos móviles de las redes sociales Telegram e Instagram a la supresión de sus contenidos de carácter “terrorista”. Según ellas, Telegram se usó para llamar a protestar. Sin embargo, los usuarios pueden instalar un VPN (una red privada virtual) para acceder a estas aplicaciones.

SWI swissinfo.ch - unidad empresarial de la sociedad suiza de radio y televisión SRG SSR

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