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Los militares de Birmania prometen una transición pacífica

El cantante birmano Si Thu Myo viste una camiseta con la imagen de la líder opositora Aung San Suu Kyi el 12 de noviembre de 2015 en Rangún afp_tickers

Las militares en el poder en Birmania garantizaron este jueves una transición pacífica en el país tras la victoria histórica en las elecciones del domingo del partido de la opositora y nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.

El poderoso jefe del ejército, Min Aung Hlaing, prometió en un mensaje en Facebook “cooperación con el nuevo gobierno durante el período postelectoral” y felicitó al partido de Suu Kyi, en un mensaje similar a los que ha lanzado el actual presidente, Thein Sein.

Birmania ha estado más de medio siglo en manos de los militares, primero bajo la dirección de una junta y, desde 2011, con un gobierno en parte civil pero dirigido por su aliados.

Sin embargo el partido de Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia (NLD) obtuvo en las elecciones legislativas del domingo más del 80% de los escaños, una victoria histórica tras décadas de lucha por la democracia.

Según el último recuento de este jueves, que todavía no es definitivo, la NLD está a sólo 38 escaños de obtener 329, el número que le aseguraría la mayoría absoluta en las dos cámaras del parlamento.

Una vez elegido, el parlamento nombrará a principios de 2016 al próximo presidente. Aung San Suu Kyi no podrá ser presidenta porque la constitución birmana prohíbe acceder al cargo a las personas que tienen hijos de nacionalidad extranjera, como es su caso, pero ya advirtió de que estaría “por encima” del cargo.

Entre los nombres que suenan para ocupar el cargo de presidente está el de Shwe Mann, un exgeneral que también ejerce de portavoz parlamentario, un candidato de compromiso cercano al USDP (en el poder saliente), pero que perdió su escaño en las elecciones.

Muchos de los votantes de la NLD siguen desconfiando del ejército y de sus colaboradores. En 1990 el partido ganó unas elecciones por mayoría pero la junta ignoró el resultado y reforzó su poder.

Veinticinco años más tarde, Suu ha pedido una “reconciliación nacional” para que el país pueda llevar a cabo una transición pacífica hacia la democracia.

El primer paso en este giro democrático se dio en 2011 con la llegada al poder de un gobierno en parte civil que acordó más libertades y llevó a los países extranjeros a reducir sus sanciones.

El presidente estadounidense Barack Obama ha sido uno de los mayores apoyos del proceso prodemocrático en el país y de la figura de Aung San Suu Kyi, a la que visitó en varias ocasiones.

Obama “llamó esta mañana al presidente Thein Sein para felicitarle por organizar unas elecciones generales libres e históricas”, dijo el ministro de Información de Birmania, Ye Htut, en Facebook.

El presidente ha pedido a las autoridades que luchen contra la intolerancia religiosa y que promuevan la democracia y ha recordado también la grave situación de los musulmanes rohingya, muchos de ellos excluidos de las elecciones.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, felicitó a Aung San Suu Kyi por la victoria de su partido, pero advirtió de que queda por delante “un duro trabajo” para construir la democracia.

A pesar de los malos resultados del partido del ejército, los militares tienen asegurada su presencia en el parlamento gracias a una ley que les garantiza el 25% de los escaños. También controlan el aparato de seguridad del país y algunos puestos claves.

Sin embargo ‘madre Suu’, como se conoce a la líder opositora, ya ha anunciado que un gobierno democrático no intentará castigar los abusos del pasado.

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