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Misiles y antimisiles operacionales en la crisis entre Corea del Norte y EEUU

Unas réplicas de un misil norcoreano Scud-B (dcha) y otros surcoreanos, el 10 de agosto de 2017 en el Monumento de la Guerra de Corea, en Seúl afp_tickers

Las amenazas cruzadas entre Corea del Norte y Estados Unidos tienen como protagonistas al misil norcoreano Hwasong-12 y los antimisiles estadounidenses SM-3 y THAAD.

– Misil entrante: el Hwasong 12 –

El ejército norcoreano explicó que su proyecto, al que le dará los últimos toques a mediados de agosto, implicaba a cuatro misiles Hwasong-12 que se estrellarán a 30 ó 40 kilómetros de Guam.

En un primer ensayo, en mayo, este misil de medio alcance (IRBM) recorrió 787 kilómetros. Fue lanzado con un ángulo elevado y, según los expertos, con un alcance máximo de unos 5.000 kilómetros.

Lo que hace que Guam, a unos 3.300 kilómetros de las bases de misiles norcoreanas, esté a su alcance.

Los especialistas descartan la posibilidad de que los misiles puedan fallar en su objetivo y advierten que estos podrían impactar en la propia isla.

El Hwasong-12 quizá no sea el más preciso de los misiles -tiene una tecnología similar a la de la Unión Soviética en los años 70-, pero “puede fallar en su objetivo, como mucho, en cinco kilómetros”, indica a la AFP Yang Uk, investigador del foro coreano sobre defensa y seguridad KODEF.

En vista de las distancias de vuelo anunciadas por Pyongyang, “el riesgo de golpear la isla por accidente parecen más bien bajo, por el momento”.

– Interceptor número uno: SM-3 –

En caso de lanzamientos efectivos, se pondrán a prueba las capacidades balísticas estadounidenses en la región.

Japón advirtió que derribaría cualquier misil norcoreano que amenace su territorio. Tanto Tokio como Washington cuentan con un sistema de misiles interceptores Standard Missile-3 (SM-3).

Este sistema emplea la fuerza bruta -el equivalente a un camión de diez toneladas lanzado a unos mil kilómetros por hora- para destruir su objetivo, chocando contra él. Puede salir de la atmósfera terrestre e interceptar misiles balísticos a gran altitud.

Su fabricante, Raytheon, compara esta técnica con la de “interceptar una bala con otra bala”.

“Si los misiles atacan Guam, Estados Unidos actuará, es natural”, considera Takashi Kawakami, especialista en temas de defensa y profesor en la Universidad de Takushoku.

“Japón y Estados Unidos actúan juntos, la probabilidad de una intercepción debería crecer”, explica a la AFP. “Pero también es posible que ciertos misiles fallen”.

Japón dispone también de sistemas antimisiles Patriot, que se pueden utilizar a menor altitud.

– Interceptor número dos: THAAD –

Washington ha desplegado el potente escudo antimisiles THAAD (Terminal High Altitude Area Defense) en la región Asia-Pacífico, incluyendo Corea del Sur, Japón y Guam.

Como el SM-3, el sistema utiliza la energía cinética del interceptor para destruir su objetivo, por la fuerza del impacto, y fue probado con éxito contra un IRBM por primera vez en Alaska el mes pasado.

Pero la intercepción se produce en la fase “terminal” del vuelo y es poco probable que las baterías instaladas en Corea del Sur y Japón sean eficaces.

Y, según los expertos, para el escudo de Guam podría ser difícil contrarrestar el ataque de cuatro misiles simultáneos.

“Cuatro objetivos al mismo tiempo promete ser divertido”, dijo en Twitter Jeffrey Lewis, del Instituto Middlebury de Estudios Internacionales, de California. “Yo agregaría uno o dos Aegis”, añadió, en alusión al sistema de defensa que incorporan los navíos estadounidenses y japoneses y que incluye SM-3.

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