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Mogadiscio, en estado de sitio la víspera de las presidenciales en Somalia

Una calle de Mogadiscio, el 28 de diciembre de 2016, con carteles de varios candidatos presidenciales a la elección del 8 de febrero de 2017 afp_tickers

Con patrullas de soldados en las calles, colegios y tiendas cerrados y carreteras bloqueadas, la capital de Somalia está paralizada este martes en prevención de un ataque de los islamistas shebab a 24 horas de la elección de una nuevo presidente por el Parlamento.

Los 275 diputados y 54 senadores designarán el miércoles al jefe de Estado entre 22 candidatos en una votación a varias vueltas con la que se pondrá fin a un proceso empañado por acusaciones de corrupción y de amaño.

Por motivos de seguridad, lo harán en el aeropuerto de Mogadiscio, el lugar de la capital mejor protegido y que alberga las oficinas de Naciones Unidas, organizaciones humanitarias y embajadas. La vigilancia corre a cargo de la misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom).

El alcalde instó a los habitantes a permanecer enclaustrados en casa. Los soldados patrullan las calles y las principales carreteras están cortadas con sacos de arena.

“Mis hijos no han ido al colegio a causa de las elecciones, y mi marido, que es policía, lleva tres días de guardia”, contó a AFP Samiya Abdulkadir.

La elección del presidente estaba inicialmente prevista para agosto, pero se aplazó varias veces.

El proceso electoral somalí se rige por un sistema de clanes. Desde la caída del autócrata Siad Barre en 1991, el país carece de un sistema estatal central.

Alrededor de 14.000 electores delegados -sobre 12 millones de somalíes- votaron entre octubre y diciembre de 2016 para elegir a los nuevos diputados entre candidatos generalmente designados por adelantado por consenso. Cada uno representaba a un clan o subclan.

En un informe publicado este martes, la ONG somalí anticorrupción Marqaati afirma que el proceso está “desfigurado por la corrupción”.

– Sin sufragio universal –

Inicialmente se tenía la intención de otorgar sufragio universal a los somalíes. La idea se abandonó en 2015 por luchas internas y tergiversaciones políticas, junto con una inseguridad crónica provocada principalmente por los islamistas shebab, cercanos a Al Qaida, que controlan zonas rurales extensas y atacan regularmente Mogadiscio.

De todos modos, es un avance democrático en comparación a las elecciones de 2012, en las que sólo 135 notables eligieron a todos los diputados. Ahora, el sufragio universal está planificado para los comicios de 2020.

El desenlace del miércoles es incierto, pero es probable que se acerquen posiciones a medida que transcurren las votaciones. Todos los candidatos son hombres y cada uno pagó 30.000 dólares por inscribirse.

Somalia está sumida desde hace casi tres décadas en el caos y la violencia, alimentados por milicias de los clanes, bandas criminales y grupos islamistas. La última elección realmente democrática se remonta a hace casi 50 años, en 1969.

La última semana, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió de una “posible hambruna” por sequía que amenaza a unos tres millones de somalíes.

Después de dos temporadas de escasas lluvias, los cooperantes humanitarios temen la vuelta de una sequía como la de 2010-2011, que causó 250.000 muertos.

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