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Pompeo se reúne en Riad con dirigentes sauditas en visita de equilibrista

El rey Salmán de Arabia Saudita (D) y el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo (I), el 14 de enero de 2019 en Riad afp_tickers

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se reunió el lunes en Riad con el rey Salmán y su heredero para preservar la alianza con Arabia Saudita y al mismo tiempo mostrar algo de firmeza ante el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

Según el secretario de Estado, los dirigentes sauditas le “reafirmaron su compromiso” de que los responsables del asesinato de Khashoggi rindan cuentas.

“El príncipe heredero y el rey Salmán reconocen que hay que rendir cuentas (…). Hablan de un proceso que se desarrolla actualmente y reiteraron su compromiso”, dijo Pompeo luego de reunirse con los dos dirigentes sauditas.

“Nuestras expectativas son muy claras”, indicó el jefe de la diplomacia estadounidense, reiterando “un compromiso continuo a perseguir a todos los que están vinculados” con la muerte de Jamal Khashoggi, crítico con el régimen, el 2 de octubre en el consultado de su país en Estambul.

El juicio de los 11 sospechosos se abrió el 3 de enero en Arabia Saudita y el fiscal general pidió la pena de muerte contra cinco de los acusados. Por su parte, Washington sancionó a 17 responsables sauditas.

Pero más de tres meses después del asesinato, aún no se encontró el cuerpo del colaborador del diario The Washington Post, y hay puntos sin esclarecer, como la identidad del o de los instigadores de esta operación llevada a cabo por un comando de 15 agentes sauditas.

Presionadas, las autoridades sauditas terminaron por admitir que el periodista fue drogado y que murió de sobredosis. Su cuerpo fue desmembrado dentro del consulado. Pero desligaron del caso al príncipe heredero.

El caso afectó la alianza del reino con Estados Unidos, pilar tradicional de las alianzas regionales de Washington perturbando el mensaje estadounidense en momentos en que la administración de Donald Trump intenta forjar una “coalición” sólida contra los países que designa como el enemigo común: el Irán chiita.

Aunque el Senado estadounidense, controlado por los republicanos, haya claramente imputado al príncipe heredero la responsabilidad del asesinato, el gobierno de Estados Unidos afirmó que quiere preservar las relaciones estratégicas con el reino, “increíblemente importantes para los estadounidenses”.

Estados Unidos parece apresurado por dar vuelta la página, tanto como Riad.

En su visita anterior, en medio de la crisis tras el asesinato de Khashoggi, las sonrisas de Pompeo junto al príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, conocido como “MBS”, causaron cierta indignación en Washington.

Esta vez, Pompeo se mostró más reservado, con una sonrisa más protocolaria.

– Derechos humanos –

El secretario de Estado además, en un hecho raro en él, señaló ante la prensa que había abordado con los dirigentes sauditas la cuestión de los “derechos humanos aquí en Arabia Saudita” y especialmente en las “mujeres militantes”, algunas de las cuales están en la cárcel desde hace meses.

Pero no llegó sin embargo a criticar el comportamiento de “MBS” quien, detrás de una imagen de reformador, es acusado por organizaciones y observadores de aplicar una severa represión contra las voces críticas en el reino.

“Los sauditas son amigos y, entre amigos se dice lo que unos esperan de los otros”, “y así les hemos comentado los temas en los que pensamos que el reino no lo hace como a nosotros nos gustaría que lo hiciese”, explicó Pompeo.

Para Estados Unidos, Arabia Saudita tiene un papel irreemplazable en varios temas.

Primero en la lucha contra Teherán, complicada por varios obstáculos como la crisis entre los sauditas y Catar.

Arabia Saudita participa, con apoyo del Pentágono, en la guerra en Yemen contra los rebeldes hutíes apoyados por Irán. Presionado en este frente por el Senado, que quiere poner fin al apoyo militar, la diplomacia estadounidense apuesta a que se resuelva el conflicto luego de negociaciones prometedoras en Suecia, pero la situación sigue tensa en el terreno.

Al respecto, Pompeo denunció, tras reunirse con el príncipe heredero saudita, que los rebeldes hutíes así como Irán “no cumplen con lo pactado” en Suecia.

En Riad, el secretario de Estado también trató la retirada estadounidense de Siria. Washington cuenta con sus aliados regionales, como Arabia Saudita, para tomar el relevo, sobre todo a nivel de financiación, de sus esfuerzos en la guerra y en la reconstrucción del país.

Tras Riad, Pompeo viajó a Omán este lunes por la tarde donde se reunió con el sultán Qabus, quien recibió en octubre una muy inusual visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un acercamiento como los que querría ver Washington más a menudo en Oriente Medio.

El secretario de Estado anuló sin embargo su visita a Kuwait, prevista el martes, para regresar antes a Estados Unidos por razones familiares. Partió de Omán por la noche, poniendo termino a esta gira regional iniciada el 8 de enero.

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