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Saíd Aalla, el muchacho que se fue a dar una vuelta y cayó abatido en Cambrils

A combo of handout images released by the Catalan regional police Imagen difundida el 18 de agosto de 2017 Mossos D'Esquadra de los cuatro presuntos atacantes de Barcelona y Cambrils afp_tickers

La familia de Said Aallaa, uno de los autores del atentado de Cambrils (Tarragona, noreste de España), explicó a la AFP que su hijo estuvo en casa de Ripoll (Gerona) el día de los hechos, almorzó, recibió una llamada y nunca más se supo.

Aallaa cayó abatido por disparos de la policía unas horas más tarde en la localidad costera catalana, a 130 kilómetros de su casa, junto a cuatro compinches que habían atropellado y acuchillado a un grupo de personas, matando a una mujer.

“Un amigo lo llamó a las 15H00 del jueves y se fue a dar una vuelta”, explicó a la AFP Yasmila, una amiga de esta familia de origen marroquí que ejerció de portavoz para la AFP, sentada junto a los padres de Saíd, incapaces de hablar por la conmoción de lo ocurrido en las últimas 48 horas.

La familia no quiso ser filmada ni fotografiada. En el momento de la entrevista, el viernes por la tarde, no se había confirmado todavía la muerte del muchacho de 18 años, pero la familia se temía ya lo peor.

Yasmila añadió que Saíd se llevó el coche de su hermano mayor Mohamed, que el viernes por la tarde fue detenido por la policía en el domicilio familiar de Ripoll.

La familia explicó que la policía se llevó sobre todo teléfonos móviles. Mohamed salió esposado del domicilio familiar de Ripoll, una localidad de unos 10.000 habitantes 100 kilómetros al norte de Barcelona de la que salieron 7 de los 12 presuntos implicados en el atentado.

Aallaa tenía 18 años y el día 25 hubiera cumplido 19. Jugaba al fútbol en el equipo juvenil del Sant Quirze de Basora, una localidad cercana a Ripoll.

En Ripoll, quienes conocían a Saíd no daban crédito y muchos señalaban como culpable al imán del pueblo, cuya vivienda fue registrada este sábado y que, según varios medios, pudo morir en la explosión de Alcanar (Tarragona), donde al parecer estaban preparando bombas.

“Era un muchacho trabajador, agradable, pulido, un encanto. Lo ocurrido es incomprensible”, explicaba la jefa del Bar Caneules, a dos pasos de la casa del chico, en la Plaza Gran (Grande) de Ripoll. Aallaa había trabajado en este café.

Mohamed se fue detenido y no han visto al tercer hijo varón, Yusuf, desde hace un mes, aunque este se comunica con su madre. En el domicilio familiar queda un varón pequeño.

La amiga y portavoz de la familia asegura que Mohamed es un muchacho trabajador y buena persona y ésto lo corroboró un vecino a la AFP.

Sobre Said, silencio, más allá de un pequeña sugerencia sobre su creciente fervor religioso.

El vecino de abajo, Mohamed, padre de familia cuarentañero, estaba visiblemente conmocionado y dijo que no había podido dormir en toda la noche por los atentados. “No estamos acostumbrados a esto. Llevo 29 años aquí”, explicó a la AFP alternando el catalán y el castellano.

Describió a Mohamed como un buen muchacho y dedicó buenas palabras a la familia. “Buena familia, son buenos vecinos, nunca hemos tenido problemas con ellos, normales y corrientes, que trabajan”, explicó.

“Esto pasa en Marruecos, esto está pasando en los países árabes, se matan entre ellos. Y no hay ningún Dios que diga eso”, recalcó.

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