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Se agrava la crisis en Libia, que ya tiene tres gobiernos

El enviado de Naciones Unidas para Libia, Martin Kobler, habla durante una conferencia de prensa junto al ministro de Asuntos Exteriores tunecino, el 22 de marzo de 2016, en Túnez afp_tickers

El rechazo de un tercer gobierno, apoyado por la ONU, por parte de las dos autoridades rivales que dirigen Libia, agrava la situación ya caótica en un país donde la amenaza yihadista aumenta cada día, según expertos.

El Gobierno “de unión nacional”, previsto en un acuerdo con el apoyo de la ONU, tenía que poner fin al conflicto que opone dos “gobiernos” rivales, uno con sede en Trípoli y el otro en Tobruk, en el este del país. Pero este Gobierno de unión, autoproclamado, fue rechazado por los dos gobiernos regentes.

“El nacimiento de este Gobierno y de esta forma (de creación) no hace más que agravar la crisis política (…), engendrar nuevos conflictos y desestabilizar aún más” Libia, explica a la AFP Mohamed Eljarh, experto libio en el Centro Rafic Hariri para Oriente Medio, en Washington.

Si la ONU y la comunidad internacional esperan que el Gobierno de unión se establezca en Trípoli, “esta orientación comporta riesgos (…), ni que sea desde el punto de vista legal”, agregó.

En virtud de un acuerdo firmado en diciembre de 2015 en Marruecos, se creó un consejo presidencial compuesto por nueve miembros de facciones rivales para proponer un Gobierno de unión.

Para ser oficialmente investido, este Gobierno, dirigido por el primer ministro designado, Fayez Al Sarraj, tiene que obtener un voto de confianza del Parlamento reconocido por la comunidad internacional, con sede en Tobruk, antes de instalarse en Trípoli, la capital.

Pero el consejo proclamó el 12 de marzo, desde el extranjero, la entrada en funciones de este Gobierno con 18 ministros basándose en un simple comunicado de apoyo de unos cien parlamentarios (de 198) y sin el voto de confianza requerido.

– Riesgo de seguridad –

Con un primer ministro entre Túnez y Marruecos y los ministros dispersos en varias regiones de Libia, el poder de acción de este Gobierno parece limitado, señalan los expertos.

“Lo más importante” es saber si en esta configuración, este Gobierno es “capaz de funcionar”, se pregunta Mattia Toaldo, experto del centro European Council on Foreign Relations. “El Gobierno de unión necesitará la ayuda de diferentes actores libios y su legitimidad será frágil mientras no tenga el voto del Parlamento”, agregó.

En su declaración de entrada en funciones, el consejo presidencial llamó a “llevar a cabo las modalidades de transición de los poderes de forma pacífica y organizada”.

El consejo presidencial anunció desde Túnez que el Gobierno se instalará pronto en Trípoli aunque no explicó cómo. La capital se encuentra actualmente controlada por milicias armadas opuestas a él. “No podrá instalarse en Trípoli si los principales grupos armados no le rinden pleitesía”, insiste Eljarh.

Desde la caída del dictador Muamar Gadafi en 2011, Libia se ha hundido en una espiral de violencia entre facciones armadas, una inestabilidad que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha aprovechado para expandir su influencia. Se ha instalado en la ciudad costera de Sirte para formar combatientes.

Para luchar contra los yihadistas, la comunidad internacional da todo su apoyo al Gobierno de unión, que podría pedir una intervención militar.

“Si la comunidad internacional no puede hacer que (este Gobierno) tenga el control de las finanzas, de un ejército nacional fuerte y legítimo del pueblo, este Gobierno está destinado a convertirse en el más débil de las tres autoridades en liza por el poder”, explica Michael N. Nayebi-Oskui, especialista en estrategia geopolítica basado en Austin (Texas). “Estamos muy lejos de ver un Gobierno central y fuerte” en Libia, concluye.

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