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Sube el tono del enfrentamiento entre Riad y Canadá por la detención de activistas

El príncipe heredero de Arabia Saudita Mohamed bin Salmán en la la 29ª Cumbre de la Liga Árabe en Dhahran, el 15 de abril de 2018 afp_tickers

Canadá reafirmó el lunes su determinación a defender los derechos humanos en el mundo tras el anuncio de la expulsión de su embajador en Riad por las críticas de Ottawa sobre la represión a militantes en Arabia Saudita.

“Déjenme ser muy clara […] Canadá siempre apoyará los derechos humanos, en Canadá y en todo del mundo, y los derechos de las mujeres son derechos humanos”, declaró la ministra canadiense de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, en la apertura de una conferencia sobre igualdad en Vancouver, una referencia explícita a la crisis con Riad.

Horas antes, el reino ultraconservador había dado 24 horas al enviado de Ottawa, Denis Horak, para dejar el país debido a su “injerencia” en los asuntos internos, había llamado a consultas a su embajador en Canadá y había anunciado la suspensión de las relaciones comerciales entre ambos países.

Este choque diplomático se produjo después de que la embajada canadiense se mostrara “gravemente preocupada” por una nueva ola de arrestos de activistas pro derechos humanos en el reino. Las autoridades sauditas consideraron “inaceptable” que los canadienses reclamasen la “liberación inmediata” de los militantes.

Canadá no cambió su discurso a pesar de las decisiones anunciadas por Arabia Saudita. “Nuestra política extranjera, basada en nuestros valores, nuestro apoyo a los derechos humanos y a los derechos de las mujeres, es una parte esencial de lo que somos cuando hablamos en nombre de Canadá”, insistió la ministra de Exteriores.

Frente a la firmeza canadiense, Riad anunció nuevas medidas el lunes: la suspensión de las bolsas universitarias para sus ciudadanos en Canadá y el traslado de los estudiantes hacia otros países.

La aerolínea nacional Saudia Airlines anunció, por su parte, la suspensión de los vuelos con destino y procedentes de Toronto, la gran metrópoli canadiense.

El reino “rechaza cualquier injerencia en sus asuntos internos y tratará cualquier injerencia con determinación”, reafirmó el lunes el ministro saudita de Relaciones Exteriores, Adel al Jubeir, que consideró que las críticas canadienses “se basaban en informaciones sesgadas”.

Ottawa lamentó por su parte la decisión de Arabia Saudita respecto a sus estudiantes. “Creo que sería una verdadera lástima que esos estudiantes se vean privados del derecho de estudiar aquí”, dijo la ministra de Exteriores.

– “Represión gubernamental” –

Freeland había criticado la semana pasada la detención de Samar Badaui, militante de los derechos humanos en Arabia Saudita, una de las últimas víctimas de lo que la oenegé Human Rights Watch llamó “una represión gubernamental sin precedentes contra el movimiento de los derechos de las mujeres”.

Samar Badaui recibió el Premio Internacional a las Mujeres de Coraje 2012, concedido por el Departamento de Estado estadounidense. Hizo campaña por la liberación de su hermano, Raef al Badaui, un bloguero disidente, y por la de Walid Abu al Jair, su exmarido.

El ciudadano saudita Raef al Badaui está en prisión desde 2012 por declaraciones hechas en su blog. En noviembre de 2014, fue condenado a 10 años de cárcel y 1.000 latigazos por “insulto al islam”.

La esposa de Raef al Badaui, Ensaf Haidar, está instalada en Quebec con sus tres hijos desde finales de 2013.

Los arrestos de Samar Badaui y su colega ocurrieron unas semanas después de las detenciones de militantes de los derechos humanos acusadas de atentar contra la seguridad nacional y de colaborar con los enemigos del Estado. Algunas de ellas fueron liberadas posteriormente.

El joven príncipe heredero introdujo recientemente una serie de reformas como la autorización de conducir para las mujeres, con las que busca mejorar la imagen ultraconservadora del reino.

En paralelo, Mohamed bin Salmán, de 32 años, lleva a cabo una política extranjera agresiva, llamando por ejemplo a ejercer un embargo contra su vecino Catar o a bombardear a los rebeldes hutíes aliados de su rival Irán en Yemen, al tiempo que impide cualquier forma de oposición en Arabia Saudita.

“Es más sencillo romper los vínculos con Canadá que con los demás” países, explica Bessma Momani, de la Universidad de Waterloo en Canadá.

“No hay vínculos comerciales sólidos, y atacar al gobierno (Justin) Trudeau puede tener cierto impacto con los aliados regionales belicistas de la región. Los miles de estudiantes sauditas en Canadá podrían, por su parte, pagar las consecuencias”, añade.

SWI swissinfo.ch - unidad empresarial de la sociedad suiza de radio y televisión SRG SSR

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