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Una multitud congregada en Irak para la fiesta ritual de la Ashura

La multitudinaria procesión entre los templos de los imanes Husein y Abas en la ciudad iraquí de Kerbala el 24 de octubre de 2015, durante la fiesta de la Ashura afp_tickers

Multitudes de chiitas vestidos de negro acudían a la ciudad iraquí de Kerbala este sábado, para celebrar la fiesta de la Ashura, que conmemora el martirio del imán Husein, nieto de Mahoma, que murió en el siglo VII.

La fiesta chiita de la Ashura que estuvo marcada por atentados en Pakistán y en Bangladesh, transcurría sin incidentes en Irak, pese al miedo de que el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que controla vastos territorios en el país, ataque a los fieles, que considera herejes.

En Irak, esta fiesta se ha impregnado de un cariz político ante el descontento popular contra la clase dirigente por la corrupción y la decadencia de los servicios públicos.

Muchos chiitas viajan desde países vecinos como Líbano e Irán y desde el sureste asiático para participar en las procesiones, algunas de las cuales incluyen flagelaciones.

La fiesta chiita de la Ashura, celebrada en el mes islámico de Muharram, conmemora el martirio del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, muerto en la batalla de Kerbala, en Irak, en el año 680.

Los fieles se reúnen ante la cúpula dorada donde descansa el imán en Kerbala, a unos 80 kilómetros al suroeste de Bagdad, y agitan los pañuelos en señal de duelo, mientras escuchan el relato de su muerte. Algunos fieles se flagelan al ritmo de los tambores con cadenas o cuchillos, manchando de sangre sus vestimentas blancas, símbolo del luto.

En muchas ciudades también se representa la última batalla de Husein, su muerte y huestes a caballo queman reproducciones del campamento del imán.

La fiesta ha quedado marcada por los ataques en años anteriores, por lo que las autoridades iraquíes han desplegado miles de efectivos en todo el país. “Nuestras fuerzas han establecido un plan de seguridad con más de 20.000 miembros de las fuerzas de seguridad”, dijo en una rueda de prensa el viernes en Kerbala Qais Jalaf Rahima, un comandante del ejército. Las autoridades colocaron tres círculos de seguridad en torno a la ciudad y prohibieron el tránsito en el centro durante tres días. Además, instalaron detectores de explosivos.

En Pakistán, la fiesta estuvo marcada por un atentado que dejó al menos 24 muertos y en Bangladesh un adolescente falleció tras un ataque con explosivos contra un templo en Dacca.

– Contra la corrupción –

Esta fecha, la fiesta más triste para los chiitas, ha adquirido un carácter político y algunos aprovechan para expresar su hastío hacia la clase política.

“Recordar al imán Husein nos da la fuerza para luchar contra la corrupción y contra los responsables que están en el gobierno”, contó Kadhem Husein, de 52 años, que viaja todos los años a Kerbala para la Ashura.

Los últimos meses han estado marcados por un creciente descontento con protestas contra la corrupción y el deterioro de los servicios públicos. “Nuestros políticos nos dicen que están cerca del imán Husein, pero roban el dinero del Estado”, se lamenta Jasem Mohamed, un hombre de 40 años originario de Nayaf, una localidad ubicada a 160 kilómetros al suroeste de Bagdad.

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