
Aplazado el juicio a Arcuri, último episodio del largo conflicto judicial con Juana Rivas
Carlos Expósito
Cagliari (Italia), 18 sep (EFE).- El juicio contra el italiano Francesco Arcuri, expareja de la española Juana Rivas y acusado de maltrato físico y psicológico a sus hijos, tendrá que esperar, tras aplazarse hasta el 23 de octubre, en un nuevo capítulo del largo periplo judicial que enfrenta a la mujer con el padre de sus hijos.
Arcuri insistió en su inocencia y en que «todas las denuncias» de Rivas son «completamente infundadas», antes de considerar que este proceso será «una oportunidad para aclarar todo», tras la primera audiencia en el Tribunal de Cagliari (Cerdeña, suroeste), aplazada para valorar la necesidad de nombrar un tutor para el menor de los vástagos, de 11 años.
«Las denuncias que habían sido presentadas las estaban archivando todas siguiendo una lógica investigativa, no una lógica imaginaria», subrayó el italiano, que recalcó antes los medios en repetidas ocasiones que la custodia sobre sus hijos es «exclusiva».
La vista de este jueves, que debía centrarse en la admisión de pruebas, terminó aplazándose porque, según explicaron los abogados, la defensa de Arcuri solicitó el nombramiento de un tutor legal para el hijo menor en este proceso penal.
La petición se fundamenta en que el designado en el procedimiento civil respecto a la custodia de los hijos «se ha desentendido», según argumentó la defensa.
Para el letrado de Arcuri, esta situación ha generado un «conflicto de intereses» vinculado a dicho proceso civil, mientras que la representación de Rivas sostuvo que «el hijo menor es uno de los perjudicados» por esta circunstancia y reclamó que el niño «no esté con el padre sino en una comunidad donde pueda ir a verlo».
De cualquier forma, la decisión sobre el tutor legal quedará en manos del Tribunal.
Arcuri, que se mostró tranquilo ante la prensa, remarcó que será «una oportunidad de aclarar las cosas» desde su «punto de vista». En el escrito del Ministerio Público, se le acusa de decirle a sus hijos «que eran gusanos repugnantes como su madre, que no valían nada, llamándolos hijos de puta, gilipollas, imbéciles y otros epítetos similares».
También la defensa de Rivas sostuvo que entregarán diversas pruebas: «testimonios, fotografías, informes médicos, audios y vídeos que se encontraron en los hijos, porque hay pruebas que lamentablemente se hallaron en el cuerpo de los niños».
Pero, sobre esto, Arcuri defendió: «a mí el pequeño siempre me ha contado cosas diferentes. Entonces no es en absoluto así».
La defensa del italiano había solicitado en la vista preliminar el sobreseimiento del caso para dar por finalizado este proceso, argumentando que las declaraciones de los hijos presentadas por Rivas son «unilaterales» y carecen de fiabilidad, pero el juez consideró que «no concurren las condiciones» para ello y envió a Arcuri al juicio que debía comenzar este jueves.
A partir del 23 de octubre, el juez decidirá los pasos a seguir en el proceso, resolviendo las cuestiones procesales sobre la custodia y el nombramiento del tutor para el hijo menor, y dando paso a las declaraciones en esa u sesiones posteriores.
El pasado 25 de julio, Juana Rivas entregó por orden judicial a su hijo menor, de 11 años, a su padre, quien tiene la custodia, tras permanecer siete meses en España y después de que la justicia española desestimase el último recurso de la española para retrasar la entrega
Un día antes, la Audiencia de Granada ordenó investigar a Rivas por posible sustracción de menores, delito por el que ya fue condenada en 2018 y parcialmente indultada en 2021 por el Gobierno, y por el que deberá declarar el próximo 30 de octubre.
Este largo periplo judicial se remonta al verano de 2017, cuando Rivas estuvo un mes en paradero desconocido con sus hijos para no entregarlos al padre con el argumento de protegerlos del presunto maltrato de Arcuri. En aquel entonces sus hijos tenían 11 y 3 años; hoy el mayor de ellos, Gabriel, ya tiene 19. EFE
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