
Arqueología del cosmos: ver el Universo a través del arte y la ciencia

En el Año de la Cultura y el Turismo, y en el marco de las celebraciones por el 75 Aniversario de las relaciones bilaterales entre Suiza y China, Pekín alberga una exposición que celebra el encuentro entre la ciencia y el arte. Gracias a la fusión de conocimientos de ambos países, los datos provenientes del espacio se transforman en auténticas obras de arte al alcance de todos.
Imaginemos navegar diez mil millones de años luz con sólo pulsar un botón, que nos encontramos rodeados de la densa e intrincada red de desechos espaciales que orbitan la Tierra y que, además, escuchamos todos los sonidos generados a partir de los datos recopilados por los satélites en órbita.
Todo esto es posible en la exposición ‘Arqueología del Cosmos: Exploraciones en el Tiempo y el Espacio’, una colaboración entre Suiza y China que se exhibe en el Museo Nacional de la Plaza de TiananmenEnlace externo, en el corazón de la ‘capital del norte’.
La exhibición es fruto de la colaboración con la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL)Enlace externo y cuenta con el apoyo del Departamento de Astronomía y de la Academia de Artes y Diseño de la prestigiosa Universidad Tsinghua de Pekín. Enlace externo
Datos cósmicos transformados en arte
Al entrar al museo, el visitante es, literalmente, catapultado a un viaje interactivo e inmersivo por la historia del cosmos. Los cuerpos celestes son como fósiles que preservan datos sobre el universo desde su formación.
La ‘arqueología cósmica’ consiste en observar y estudiar estas «reliquias» (los objetos y estructuras celestes más antiguos) para trazar la historia de la evolución cósmica y componer una «crónica» del universo.
«Se comienza tomando conjuntos de datos abstractos y haciéndolos visibles, ofreciendo nuevas perspectivas sobre el cosmos», explica Sarah Kenderdine,Enlace externo profesora de la EPFL y comisaria de la muestra, reconocida a nivel internacional por su trabajo pionero en la museología computacional, que fusiona la inteligencia artificial con los datos científicos.
Kenderdine explica que la exposición parte de la antigua y fascinante idea de cartografiar el cosmos, utilizando los instrumentos con los que se trazan y registran las estrellas. A continuación, se avanza hacia la enorme cantidad de datos capturados. «Estos datos son extremadamente abstractos y difíciles de analizar. Lo que hace esta muestra es volverlos tangibles para que las personas puedan explorarlos», agrega la experta.

La exposición está compuesta por ocho instalaciones divididas en cuatro secciones: «Herramientas y tecnologías: mapeo del cosmos», «El cielo estrellado del Big Data», «Espacio sostenible» y «El futuro: viajes interestelares». Los visitantes se encuentran con instalaciones digitales interactivas, esculturas en movimiento y obras de diseño.
En la inauguración de la muestra, los visitantes mostraban asombro y entusiasmo. «Se puede tocar el control remoto y ver cómo cada país, en determinada época, generó desechos espaciales», comenta Zhang, que trabaja en museos.
Por su parte, el abogado Wei, destaca otro aspecto que lo sorprendió durante su visita: «Lo interesante es cómo la exhibición supo traducir algo del pasado a un lenguaje moderno. Se combinan arte, historia y astronomía. Nos sentimos muy inspirados después de venir aquí; ¡la próxima vez traeremos también a nuestros hijos!».
La contribución china
‘Arqueología del Cosmos: Exploraciones en el Tiempo y el Espacio’ comenzó hace tres años en la EPFL de Lausana, luego viajó a China: primero al Museo de Astronomía de ShanghaiEnlace externo, después al Museo de Ciencias de Guangdong, y ahora se presenta por cuarta vez en Pekín.
Kenderdine destaca que la contribución china a la exposición ha sido fundamental: mientras los occidentales aplican un enfoque más didáctico, el chino es más poético.

«Hay un maravilloso sentido de la poesía en esta exposición, lo que representa una gran contribución. Cuando la muestra llegó a Shanghái, quisimos involucrar a artistas chinos porque tenía sentido hacerlo. China no sólo posee una importante base científica y astrofísica, sino también una sólida industria espacial y de diseño».
«La Universidad de Tsinghua y la Academia de Arte y Diseño han contribuido enormemente a la ‘especulación sobre el futuro’. Estas fantasías sobre cómo podríamos vivir en Marte o viajar en futuras estaciones espaciales son aportes muy importantes para la nueva humanidad del espacio. Los chinos son muy hábiles con los materiales, la fabricación y el diseño gráfico por computadora. Estas competencias extraordinarias pueden proyectarse hacia el futuro», explicó la curadora.
Uno de los principales objetivos de la exhibición es resaltar la narrativa histórica de la exploración del universo por parte de la humanidad, desde múltiples perspectivas.
La exploración china del cosmos tiene una historia muy antigua. Las primeras observaciones astronómicas se registraron en huesos de animales. Entre los objetos expuestos destaca la ‘Estela Planisférica’, visible en la muestra: en su parte superior se representa un mapa con 1.434 estrellas, mientras que en la inferior contiene inscripciones que explican teorías sobre los movimientos celestes, los ciclos estacionales y los cálculos del calendario.
Esta obra se considera mucho más sistemática y completa que los mapas estelares europeos contemporáneos del año 1127. El análisis astronómico moderno, mediante comparaciones computarizadas, ha confirmado que las posiciones de las estrellas se alinean de manera sorprendente con los catálogos estelares actuales.

Fortalecimiento de la cooperación entre Suiza y China
El éxito de esta muestra se debe, sobre todo, a la colaboración directa entre el Laboratorio de Museología Experimental (eM+)Enlace externo y el Laboratorio de Astrofísica (LASTROEnlace externo) de la EPFL, junto con universidades e instituciones científicas chinas.
Danqing Shi,Enlace externo profesor de la Academia de Bellas Artes de la Universidad Tsinghua de Pekín y co-comisario de la exposición, explica: «La Academia de Bellas Artes ha combinado la formación artística de sus estudiantes con la investigación científica, creando obras que son puntos de encuentro perfectos entre el arte y la tecnología espacial. Se han fusionado conceptos como lo antiguo, lo contemporáneo y lo futuro».
Entre los visitantes se encontraba Yungfeng, que trabaja en la Universidad de Pekín. «Esta exposición ofrece una oportunidad única de ver al Museo Nacional de China colaborando con la EPFL y la Universidad de Tsinghua en un proyecto centrado en la tecnología y la ciencia, pero con una visión de futuro. Es interesante comprender qué reflexiones sobre el pasado, el presente y el futuro del universo pueden llevarse los visitantes. También es fascinante observar los diversos proyectos creados por estudiantes y profesores tanto de Suiza como de China», afirmó.

Las relaciones diplomáticas entre Suiza y China, se remontan a 1950, cuando la Confederación se convirtió en uno de los primeros países occidentales en reconocer a la recién fundada República Popular China. Luego de un estancamiento durante los años del COVID-19, ambos países se proponen volver a agilizar sus vínculos y a reforzarlos.
«Ahora queremos fomentar nuevos contactos y esperamos una mayor cooperación en el futuro», explicó el embajador de Suiza en China, Jürg BurriEnlace externo, durante la ceremonia de inauguración de la exposición.
«En Suiza, tanto en cultura como en ciencia, las iniciativas suelen surgir desde abajo: son los artistas, las universidades, los científicos y, a veces, las empresas privadas quienes impulsan los proyectos. Al traer artistas y científicos a China y apoyar sus proyectos, esperamos generar más contactos y una mayor cooperación en el futuro», añadió el embajador.
Editado por Daniele Mariani & Eduardo Simantob. Adaptado del italiano por Norma Domínguez / CW.

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