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Patrice Talon, un presidente autoritario en un país modelo de democracia

María Rodríguez

Dakar, 13 abr (EFE).- A pesar de su promesa de no gobernar más de un mandato presidencial, Patrice Talon presidirá durante otros cinco años Benín tras haber ganado las elecciones presidenciales del pasado domingo en este pequeño país de África occidental.

La llegada al sillón presidencial de este hombre de negocios beninés en 2016 fue vista como una ruptura con el Gobierno de Thomas Boni Yayi (2006-2016) en este país modelo de estabilidad y democracia, pero poco después de llegar al poder le llovieron las criticas por la deriva autoritaria del nuevo mandatario.

Nacido en 1958 en Ouidah, localidad del suroeste de Benín, Talon estudió matemáticas y física en la Universidad de Dakar.

Su sueño era, sin embargo, ser piloto, pero no superó el examen médico de aptitudes físicas que realizó en Francia.

EL REY DEL ALGODÓN

No obstante, se instaló en París, donde sus habilidades comerciales comienzan a abrirle puertas hasta convertirse en diez años en el primer inversor privado de Benín y el hombre más rico del país.

En los años ochenta se inició en el negocio de la distribución de insumos agrícolas a nivel nacional y regional.

Pero fue su éxito a partir de los años noventa, con la liberación del sector del algodón -del que casi tiene el monopolio- cuando se ganó el sobrenombre de “el rey del algodón”

Además del sector clave del algodón, Talon también controla la gestión del puerto de Cotonú, el principal motor económico del país, y ha invertido en otros sectores como la hostelería.

Su fortuna se estima en 400 millones de dólares y en 2015 la revista Forbes lo situó en el puesto decimoquinto en la clasificación de millonarios del África subsahariana francófona.

Talon fue un colaborador muy cercano de Boni Yayi y financió sus campañas para las elecciones presidenciales de 2006 y 2011.

No obstante, después ambos se distanciaron y Talon fue acusado por Boni Yayi de malversación de fondos públicos, de participar en una conspiración para matar por envenenamiento al expresidente beninés en 2012 y de intentar dar un golpe de Estado en 2013.

Según la versión de Talon, Boni Yayi quería revisar la Constitución para seguir manteniéndose en el poder tras los dos mandatos que permite la Carta Magna, pero él le recomendó no hacerlo debido a que “el pueblo beninés está apegado a su democracia”.

EXILIO EN FRANCIA

En 2012, Talon se exilió en Francia y el Estado beninés emite dos órdenes de arresto internacional contra él.

Pero en 2014, Boni Yayi lo indultó y en 2015 volvió a Benín con la intención de lograr el sillón presidencial en las elecciones previstas para el año siguiente.

Talon competió bajo el lema “El nuevo comienzo” proponiendo un mandato de ruptura, transición, recuperación económica y reformas, sobre todo políticas, para impulsar una nueva dinámica en el país.

En marzo de 2016, ganó las elecciones en la segunda vuelta contra Lionel Zinsou, el candidato de Boni Yayi, con el 65,39 % de los votos, tras quedar segundo en la primera ronda, gracias al apoyo del empresario Sébastien Ajavon, que quedó tercero.

Su adversario reconoció la derrota antes de conocerse los resultados provisionales y llamó a Talon para felicitarle por su victoria y desearle buena suerte.

Entre sus primeras promesas se encontraba limitar la Presidencia a un mandato de siete años a través de una revisión de la Constitución.

Pero finalmente fue bloqueada por el Parlamento y su promesa fue incumplida cuando el pasado enero anunció su candidatura a un segundo mandato.

DERIVA AUTORITARIA

Durante sus primeros cinco años en el poder, Talon ha sido acusado de autoritarismo por la oposición y organizaciones no gubernamentales, que también han criticado un deterioro de los derechos humanos en el país.

Por ejemplo, a finales de 2017, se aprobó una ley que prohíbe la huelga a los funcionarios de la salud pública y la justicia.

En abril de 2019, sólo dos partidos pro-Talon pudieron participar en las elecciones legislativas y tras la celebración de estos comicios, Amnistía Internacional denunció arrestos arbitrarios, “una represión postelectoral inquietante” y la muerte por arma de fuego de al menos cuatro personas.

En 2020, tras la celebración de las elecciones municipales, la oposición obtuvo sólo seis alcaldías de las 77 totales.

El pasado diciembre, la Corte Africana de Derechos del Hombre denunció varias violaciones de los derechos humanos como “el derecho a la vida” y “el derecho a no ser sometido a tortura”, entre otros.

De cara a las elecciones presidenciales del pasado domingo, sólo tres candidaturas fueron aceptadas por la Comisión Electoral Nacional Autónoma (CENA) y varios opositores fueron arrestados entre enero y marzo, inculpados de asociación ilícita y terrorismo o condenados por incitación a la violencia y la rebelión.

No obstante, en los comicios de este domingo Talon declaró: “Benín es un país que tiene experiencia en la organización de elecciones. Siempre han estado bien organizadas. Me complace ver que hoy es lo mismo, todo va muy bien en todo el país”. EFE

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