Berna destaca la competitividad de México
La Confederación Helvética considera que ese país superó la fase de "en desarrollo", para convertirse en "industrializado y altamente competitivo".
Lo estratégico de su territorio y la seguridad de las inversiones han atraído a más de 300 empresas suizas, incluidas las grandes firmas.
“México ha tenido una formidable transformación en los últimos 10 años y se ha convertido en un país industrializado”, apunta Luzius Wasescha, delegado para los Acuerdos Comerciales de la Secretaría suiza de Estado de Economía (Seco).
El embajador presidió en octubre pasado la primera reunión mixta de los países de la EFTA (Suiza, Liechtenstein, Noruega e Islandia) y México, unidos por un acuerdo de libre comercio en vigor desde el 1 de julio del 2001.
Efectivamente, comenta, el país tiene “bolsas de pobreza”, pero “no es más un país en desarrollo”. Para él, “México se encuentra tecnológicamente a la altura para competir con muchos otros países”.
Una de las mayores economías
Christoph Etter, presidente de la Cámara de Comercio Latinoamericana en Suiza y artífice de un amplio programa de fomento a las inversiones suizas en México, resumió los atractivos que dieron sustento a su estrategia.
“Se trata de una de las economías más grandes del mundo, uno de los mayores exportadores e importadores”. Junto con Chile, “es el único país de América Latina que se salva de los tantos problemas de la región”.
Y, un aspecto fundamental: “Su situación geográfica privilegiada está apoyada por una red única en el mundo de libre comercio”.
En efecto, tejedor incansable de estrategias de intercambio, México está al frente de la comunidad mundial con 11 tratados de libre comercio con 32 países en 3 continentes que le dan acceso a 860 millones de consumidores en América, Europa e Israel. Actualmente negocia un acuerdo con Japón.
La frontera con el ‘Tío Sam’
La cercanía con Estados Unidos, con el que comparte 3.000 kilómetros de frontera, hace que la mayor parte de su intercambio comercial (más de 80%) se realice hacia y desde el gigante americano.
“Obviamente, México depende mucho de Estados Unidos y ahora que ese país no sigue creciendo, tiene un impacto negativo en su vecino. Por eso para México es interesante y útil diversificar sus relaciones internacionales”.
Ese aspecto destacado por Etter, y en el que coinciden diversos empresarios helvéticos, ha sido fundamental para la búsqueda de nuevos mercados por parte de las autoridades mexicanas.
En ese renglón, el presidente de la organización empresarial manifiesta su entusiasmo por la tendencia de compañías mexicanas a establecerse en Suiza como plataforma para Europa. Cita como ejemplo a Vitro (fabricante de productos de vidrio) y a la cementera Cemex.
En su opinión, la elección de Suiza, en pleno corazón de Europa, es muy acertada, toda vez que se trata de un país chico, con transporte eficiente, sin mucho problema y que, además, reúne las tres grandes culturas europeas (alemana, italiana y francesa).
“En pequeñas proporciones tenemos todo lo grande, además de estadísticas muy buenas y accesibles, y un mercado que paga bien”, enfatiza.
Un puente con el gigante americano
La vecindad mexicana con el ‘Tío Sam’, y que en su momento hiciera suspirar al presidente Porfirio Díaz (1876-80 y 1884-1911): “¡Pobre México!, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, constituye un duro reto para el país, pero también un atractivo para la inversión extranjera.
Vinculado con Estados Unidos por su situación geográfica, por años de encuentros y desencuentros y, junto con Canadá, por un Tratado de Libre Comercio para América del Norte, México ofrece al resto de sus socios comerciales un nexo con la primera economía del planeta.
Norte y Sur
Y es que México es Norte y es Sur, es una economía emergente y es miembro de la OCDE. Es, uno y otro, sin serlo enteramente.
Salman Bal, agregado diplomático de la Embajada Suiza en México, habla al respecto: “México cumple una función importante entre el Sur y el Norte, geográfica, política y económicamente”.
Pero esa condición particular es de difícil comprensión.
Yvonne Baumann, consejera de la Embajada de Suiza en México, explica que para algunos europeos la imagen del continente americano no siempre corresponde a la realidad “la gente confunde y no distingue que México es diferente, que está en otro marco”.
Mostrar la imagen mexicana
La doctora Baumann destaca la estable situación macroeconómica del país, asegura que existen condiciones favorables para la inversión y gran potencial para las empresas suizas en los diversos sectores económicos mexicanos.
A decir de la diplomática, el objetivo de la estrategia desplegada a lo largo del año para fomentar las inversiones helvéticas, y que incluyó la visita de una delegación suiza, fue justamente el de transmitir esa imagen de México.
En el entramado de una tarea semejante participaron los sectores públicos y privados de ambos países. La Asociación Empresarial Mexicano Suiza, que reúne a 120 socios, que funge como Cámara de Comercio y constituye uno de los principales pilares de la colonia, también hizo las veces de anfitrión.
Por su concurso, empresarios curtidos al sol de México compartieron con sus paisanos interesados en el mismo destino, el pan, la sal y la experiencia de invertir y de invertirse en un país con amplios y ampliados horizontes.
Marcela Águila Rubín, México
El 1 de julio del 2001 entró en vigor el TLC entre México y la EFTA.
México es el segundo socio comercial de Suiza en América Latina.
Ocupa el cuarto sitio dentro del continente, luego de Estados Unidos, Canadá y Brasil.
México tiene TLC con 32 países en Europa, América y Asia.
Esos convenios le dan acceso a 860 millones de consumidores.
Hasta junio del 2002, 315 sociedades con participación suiza (el 1.2% del total de sociedades con inversión extranjera directa) estaban registradas en México.
Las empresas con inversión suiza se dedican principalmente a actividades del sector servicios (37.1%), industria manufacturera (35.2%) y comercio (24.1%).
Se localizan fundamentalmente en el Distrito Federal, el Estado de México y Quintana Roo.
Entre enero de 1999 y junio del 2002, las empresas con capital suizo realizaron inversiones por 390.5 millones de dólares.
El 97.4% de la inversión aportada por los países de la EFTA correspondió a Suiza.
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