En Suiza, el “Valle de la Salud” cobra fuerza
ADC Therapautics -empresa emergente del cantón Vaud especializada en tratamientos punteros contra el cáncer- obtuvo una inversión privada por 200 millones de francos suizos (200 millones de dólares) a finales de octubre. Es más alta que ha conseguido una nueva empresa biotecnológica en Europa desde 2015. Un voto de confianza al dinámico “Valle de la Salud” suizo.
El anuncioEnlace externo de la inversión se produjo el 23 de octubre y levantó revuelo en la Suiza francófona. La razón: ninguna otra empresa biotecnológica europea ha obtenido una financiación de esta magnitud desde 2015. ADC Therapeutics ha destacado desde sus albores: en un quinquenio ha conseguido fondos privados del orden de los 455 millones de francos suizos.
Estos recursos serán utilizados fundamentalmente para seguir adelante con las investigaciones ligadas a dos medicamentos: el ADCT-301 y el ADCT-402. Ambos se encuentran en fase experimental y son parte de cuatro estudios clínicos que esperan descubrir información valiosa sobre el comportamiento de los principales subtipos del linfoma y de la leucemia.
“Los dos medicamentos que estamos probando han demostrado ser muy eficaces en el tratamiento de pacientes que no responden a otros fármacos”, expresó Chris Martin, director general de ADCTEnlace externo, a la Televisión Pública Suiza (RTS). La compañía tiene previsto el desarrollo de ocho medicamentos cuya facturación anual podría alcanzar los 1 000 millones de dólares.
Investigación, en el extranjero
Algunos expertos matizan la relevancia de esta operación financiera argumentando que “el monto en cuestión se encuentra dentro de los rangos (de inversión) característicos del negocio de la biotecnología”, como dijo recientemente Jordi Montserrat, codirector de Venture Kick y responsable de Ventureleb para la Suiza francófona.
Montserrat lamenta que no se conceda una inversión de esta envergadura a una compañía que realice sus procesos investigativos en Suiza. De hecho, los laboratorios de ADC Therapeutics tienen sede en Gran Bretaña y Estados Unidos.
Además de la dirección general, los servicios jurídicos y financieros de la firma están en suelo helvético, pero no sus tareas de desarrollo científico. No obstante, los 200 millones de francos que acaba de obtener del sector privado le permitirán expandir sus operaciones en Suiza, donde se crearán una treintena de empleos, parte de ellos en el cantón de Vaud.
“Valle de la Salud”
“Esta operación refuerza el posicionamiento de Suiza como un centro científico de primer orden, especialmente en la lucha contra el cáncer”, comentó ‘24 Heures’. Según el diario de Lausana, “el éxito de ADC Therapeutics y de otras empresas biotecnológicas, se inscribe en una tendencia de colosales inversiones que se están materializando en Lausana y Ginebra con fondos públicos y privados”.
“El éxito de ADC Therapeutics y de otras empresas biotecnológicas se inscribe en un contexto de inversiones colosales recibidas entre Lausana y Ginebra por parte de la iniciativa privad y los poderes públicos”
Desde los albores del milenio, la Suiza occidental se ha perfilado como protagonista de una convergencia entre biotecnología y tecnologías médicas que ha dado paso a lo que hoy se conoce como el “Valle de la Salud” [nombre que hace un guiño al californiano “Valle del Silicón” en EEUU].
Hoy, un amplio abanico de avances científicos e inversiones se conjugan en una región que va desde el cantón del Valais hasta Ginebra, pasando por Neuchâtel y hasta el norte de Berna. La zona agrupa a más de 1 000 empresas activas en las ciencias de la vida, empresas emergentes y multinacionales como Baxterm Debiopharm o UCB Farchij, incubadoras de empresas biotecnológicas e instituciones de investigación de diversas escuelas superiores. Un universo científico que emplea a 25 000 personas y que sitúa a Suiza entre los tres principales centros biotecnológicos de Europa, junto con Cambridge y Oxford, en Inglaterra.
Un ecosistema favorable
Esta historia de éxito parte de una crisis. En 2012, el cierre de Merck Serono, en Ginebra, supuso la extinción de 1 250 empleos y provocó una profunda crisis en el denominado Arco del [lago] Lemán. Fue justo el surgimiento del Campus Biotech, donde antes se ubicaba Merck Serono, lo que permitió atenuar en Ginebra al traumatismo que supuso la partida del grupo alemán.
Y esta deslocalización fungió como vacuna y acicate para otras empresas, porque les mostró que el extraordinario desarrollo que había registrado la biotecnología en los años previos era tan espectacular como frágil, así que había que prepararse para el cambio constante. “Estas sociedades [biotecnológicas] son totalmente móviles. Si las condiciones se vuelven desfavorables pueden desplazarse con una gran rapidez”, explica Benoît Dubuis, director del Campus Biotech de Ginebra.
Hoy, el “Valle de la Salud” helvético juega un rol central y se ha vuelto un gran imán para atraer a otras empresas biotecnológicas que parecen interesadas en establecerse en Suiza. “Compañías que han comprendido las bondades de integrarse en el ecosistema biotecnológico suizo”, afirma Dubuis.
Traducido del francés: Andrea Ornelas
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