La fotógrafa Barbara Graf Horka abre una ventana a la vida cotidiana de las últimas monjas dominicas de Betania, Suiza. La orden fue creada hace 140 años con una característica sorprendente: admitir también a ex presidiarias. En un moderno edificio de cemento en St. Niklausen, en la parte alta de Sarnen, cantón Obwalden (Suiza central), las hermanas dominicas gestionan además una casa de recogimiento espiritual para peregrinos, caminantes y turistas.
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