La Eurocámara avala en comisión el pilar principal del fondo de recuperación
Bruselas, 11 ene (EFE).- Las comisiones de Asuntos Económicos y Presupuesto del Parlamento Europeo (PE) aprobaron este lunes la regulación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, piedra angular del fondo de recuperación poscovid que canalizará 672.000 millones de los euros de los 750.000 millones con que contará.
Los eurodiputados dieron luz verde por 78 votos a favor, 5 en contra y 13 abstenciones al acuerdo alcanzado el pasado 18 de diciembre entre los negociadores de la Eurocámara y el Consejo (los Estados miembros) sobre las normas que regirán este mecanismo.
A España le corresponden unos 60.000 millones de euros en transferencias a fondo perdido y hasta unos 84.800 millones en créditos de este mecanismo, cuyos fondos podrán desembolsarse hasta final de 2026.
Sin embargo, para que pueda entrar en vigor, además de la aprobación del pleno del Parlamento Europeo, es necesario que todos los países de la UE completen la ratificación de la legislación que permitirá a la Comisión Europea emitir la deuda con que se financiará, por lo que se calcula que las ayudas empezarán a llegar en verano.
Para recibir ayudas del Mecanismo, los países tendrán que presentar a la Comisión Europea antes de finales de abril sus planes de recuperación, que detallen las reformas e inversiones que prevén acometer y un calendario para ello, de modo que los desembolsos estarán sujetos a que se cumplan las metas y plazos pactados con Bruselas.
Estos planes tendrán que recibir el visto bueno del Ejecutivo comunitario en un plazo de dos meses y, después, del Consejo (los Estados).
Según el acuerdo avalado hoy, los planes nacionales deberán abordar “todas o un conjunto importante” de las recomendaciones que Bruselas hace cada año a los países en su ciclo de coordinación económica -el Semestre Europeo- y que en el caso de España el año pasado pedían, entre otras cosas, mejorar las ayudas a las familias y la protección por desempleo, invertir en digitalización, innovación y mejoras de la productividad.
Además, los Estados se exponen a la suspensión de parte de los fondos si incumplen las recomendaciones de control del déficit y la deuda, algo que reclamaban sobre todo los países frugales y que la Eurocámara intentó suavizar en la negociación del texto.
Finalmente, se podrá suspender como máximo el equivalente al 0,25 % del PIB anual del Estado afectado o el 25 % de los compromisos de pago previstos en el plan (lo que sea menor) con el primer incumplimiento y estos umbrales podrán elevarse si la infracción persiste.
Ello solo será posible, en todo caso, cuando se reactiven las normas comunitarias de control del déficit y la deuda, ahora congeladas por la pandemia, lo que no se espera como mínimo hasta 2022.
En cuanto al destino de los fondos, los países deberán utilizar el 37 % en apoyar la transición climática, al tiempo que se prohíbe invertir en actividades que perjudiquen al clima o al medio ambiente, mientras que el 20 % deberá ir a digitalización.
En general, podrán financiarse reformas o inversiones en seis áreas: transición ecológica; transformación digital; crecimiento sostenible, incluyendo empleo, cohesión económica y productividad; mercado único y pymes; cohesión social y territorial; salud y resiliencia de las instituciones; y políticas de infancia y juventud.
La Eurocámara logró además elevar del 10 al 13 % el porcentaje de los fondos que los países podrán recibir por adelantado cuando se aprueben sus planes.
El mecanismo podrá utilizarse para sufragar, con carácter retroactivo, gastos acometidos desde el 1 de febrero de 2020 para afrontar la pandemia. EFE
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