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La afición por los relojes de lujo se vuelve un tormento

¿Seguirán desembolsando varios cientos de francos los amantes de los relojes suizos para repararlos? Thomas Kern/swissinfo.ch

Ni siquiera los relojes suizos funcionan eternamente. Pero de un tiempo a la fecha, una reparación menor puede convertirse en un gasto oneroso y tardar meses. Muchos vendedores han dejado de recibir piezas de recambio por parte de los fabricantes suizos. A la luz de la evidencia, quieren monopolizar el servicio posventa.

Si su Mercedes Benz se avería en cualquier lugar del mundo, usted no se verá obligado a enviarlo a reparar a Stuttgart (Alemania), donde se fabricó. Con toda confianza, puede llevar su costoso automóvil al taller de reparación de cualquier concesionario de la región en la que se encuentre físicamente. Paradójicamente, esta práctica común en el sector automotriz no se aplica a la mayoría de las marcas relojeras suizas.

Los establecimientos donde usted compró su Breitling, Omega o Cartier en ciudades como Shanghái, Bruselas o Zúrich, no estarán en capacidad de reparar su costoso reloj de lujo. Esto se debe a que las relaciones entre los fabricantes y los vendedores de relojes que antes eran cordiales hoy se han tornado complejas.

“Creo que hay una voluntad deliberada de excluirnos del mercado de las reparaciones”, se queja el propietario de una tienda de relojes de la región de Berna que prefiere guardar el anonimato. “Ciertos fabricantes dejaron de surtirnos piezas de recambio y exigen que los relojes sean enviados a los servicios de mantenimiento de las distintas marcas, incluso cuando se trata de reparaciones menores”.

Meses sin su reloj de lujo

El experimentado relojero pone como ejemplo lo que sucede cuando se daña una corona: “Es una reparación de alrededor de 80 francos suizos. Sin embargo, ya no podemos realizarla nosotros porque dejamos de recibir hace tiempo las varillas del remontoir que se requieren para ello”, dice.

A su parecer, los grandes perdedores son los clientes, que se ven obligados a gastar 500 francos suizos, o más, para resolver este problema menor. Y esto porque el taller de la marca determinada no remplazará solamente la corona averiada, sino que revisará todo el reloj, afirma el especialista.

Resultado: en vez de unos días, los clientes deben aguardar incluso meses para tener de nuevo el reloj en sus manos.

¿Actuación ilícita?

La Comisión de la Competencia (ComcoEnlace externo) ha recibido múltiples quejas de consumidores y vendedores al detalle en los últimos años, confirma Kenji Izumi, miembro de Comco. “Iniciamos una investigación preliminar en el ámbito del servicio posventa”, dice y la secretaría de Comco analiza actualmente si los fabricantes están –o no– actuando al margen de la ley anticarteles. Declina dar más detalles, pero asegura que “los resultados preliminares se darán a conocer pronto”.

Y el relojero bernés no es el único en verter estas críticas. Donato Trivisano, director de la joyería Mundwiler de Winterthur, confirma estas prácticas. Asegura que Richemont, fabricante de las marcas Cartier, Jaeger-LeCoultre, IWC y Baume & Mercier, insiste en que sea directamente el fabricante el que realice las reparaciones.

“Incluso las tiendas especializadas que tienen certificación, y cuyos relojeros participan constantemente en las formaciones que imparten los propios fabricantes, están excluidas”, denuncia Trivisano. El ejemplo más reciente es el de la marca Breitling, que monopoliza todas las reparaciones de sus relojes con algún falso pretexto. A pesar de que Mundwiler es el único “centro de mantenimiento” que es reconocido por Breitling en su región.

Los clientes, molestos

Donato Trivisano conoce a clientes que han tenido que pagar entre 800 y 1 000 francos suizos por una reparación simple, que además tardó varios meses porque el fabricante decidió revisar el reloj sin la previa autorización del propietario. Algunos de sus clientes le han confesado que no piensan volver a comprar un reloj de la marca Breitling.

La empresa Breitling, con sede en Granges (cantón de Solothurn),  fue adquirida en abril pasado por los inversores británicos de CVC Capital Partners. Consultada por swissinfo.ch rechazó hacer comentarios sobre las críticas que recibe de los vendedores minoristas. “Desafortunadamente, no podemos ayudarles”, respondió por escrito a swissinfo.ch, Carsten Huwendiek, responsable del área de comunicación. Curiosamente, su sitio web la empresa aconseja a su clientela: “Si respeta los intervalos de mantenimiento recomendados por Breitling, usted puede prolongar la vida útil de su reloj si confía todo tipo de revisión o intervención a un centro técnico certificado”.

Contenido externo

“Yo sé que los fabricantes distribuyen de forma selectiva las piezas de recambio. Normalmente, estas no son entregadas a los vendedores minoristas, aunque son parte de su red oficial (de ventas)”, comenta Jean-Daniel Pasche, presidente de la Federación RelojeraEnlace externo de Suiza. Sobre la disputa que existe entre algunas marcas de fabricantes y las tiendas especializadas en la venta de relojes responde: “Desconozco la estrategia que sigue cada marca”.

Para memoria, el presidente de la Federación Relojera ha sido interpelado en varias ocasiones por los consumidores por el costo y la duración de las reparaciones. Su argumento es siempre el mismo: “Son casos aislados que no permiten hacer generalizaciones”.

“Más rápido y más barato”

Las experiencias descritas por los vendedores de Berna y Winterthur no son casos aislados, sostiene André Hirschi. El presidente de la Asociación Suiza de Tiendas Especializadas en Relojería y JoyeríaEnlace externo lamenta que esto esté sucediendo. Entiende que los fabricantes quieran asegurar que sus servicios de mantenimiento y reparación sean de la más alta calidad, pero recuerda que los minoristas certificados también son absolutamente capaces de ofrecer servicios eficaces, y sobre todo, más baratos y rápidos.

Hirschi teme que la nueva estrategia adoptada por algunos fabricantes empañe con el paso del tiempo la reputación de todo el sector relojero. “No existe razón para gastar tanto dinero en un objeto que solo sirve para ver la hora”, dice y lanza una advertencia: “Ciertos clientes podrían renunciar a su pasión por los relojes debido al tormento que supone actualmente darles mantenimiento a estos objetos de lujo”.

No solo en Suiza

La Confederación Europea de Asociaciones de Relojeros Reparadores Enlace externo (CEAHR) interpuso hace años una demanda contra los fabricantes de relojes de lujo suizos por el mismo tema que hoy inquieta al sector: la falta de piezas de recambio. La CEAHRL argumentó entonces que los fabricantes abusan de su posición dominante.

Sin embargo, la Comisión Europea (CE) decidió suspender esta investigación en 2014. En aquel momento explicó que el sistema de distribución de piezas relojeras varía sensiblemente en función de las marcas. Por lo tanto, las posibilidades reales de demostrar violaciones a la ley eran limitadas. La CE estimó, asimismo, que ya ha hecho esfuerzos importantes para evitar que esto suceda en Europa y que realizar una nueva investigación sería complicado y tomaría mucho tiempo.

 

Traducción del francés: Andrea Ornelas

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