Cuando los republicanos se convierten en la voz de Trump
Donald Trump no tiene derecho a hacer comentarios sobre los testigos del juicio que se lleva a cabo contra él en Nueva York. Por eso sus aliados republicanos toman el relevo y le expresan públicamente su apoyo.
Una sucesión de congresistas estadounidenses, funcionarios a nivel estatal y otras personalidades con planes de ocupar un puesto en la posible próxima administración, han viajado a Nueva York para cuestionar la legitimidad del procesamiento judicial.
El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, segundo en la línea de sucesión a la presidencia, sorprendió el martes al afirmar que se usa la justicia como «un arma» contra Trump.
En una intervención muy inusual, Johnson denunció un «juicio farsa».
«Tengo muchos sustitutos y están hablando muy bien», afirmó Trump cuando unos periodistas le preguntaron en el exterior del tribunal si lo hacen por mandado suyo.
«Vienen de todo Washington, son muy respetados y creen que esta es la estafa más grande que jamás hayan visto», respondió.
Trump que, al igual que en 2020, se enfrentará en las urnas al presidente demócrata Joe Biden dentro de seis meses, está acusado de falsificar cuentas para encubrir un pago de 130.000 dólares a la exactriz porno Stormy Daniels durante su campaña de 2016.
Mientras se desarrolla el juicio, Trump, de 77 años, reflexiona sobre una extensa lista de posibles vicepresidentes, aunque ha dicho que el anuncio no se hará hasta que se acerque la fecha de la Convención Nacional Republicana de julio.
– Amenaza de cárcel –
El caso ha permitido a los aspirantes mostrar su lealtad y habilidades como compañero de fórmula o futuro ministro, diciendo lo que Trump no puede decir.
El juez Juan Merchan le ha prohibido hacer comentarios públicos sobre posibles testigos, el jurado, personal del tribunal o familiares del magistrado o los fiscales.
Merchan acusó a Trump de desacato al tribunal por violar la orden 10 veces y advirtió que futuras infracciones podrían acarrear penas de cárcel.
Pero las restricciones no afectan a los partidarios del expresidente.
Los exrivales de Trump en las primarias republicanas, Doug Burgum, que figura en las apuestas para vicepresidente, y Vivek Ramaswamy, estuvieron en la corte el martes junto a Johnson y dos congresistas de Florida.
Un día antes, el senador J.D. Vance, de Ohio, otro posible compañero de fórmula de Trump, se presentó junto con su colega Tommy Tuberville y un puñado de congresistas estatales.
Vance intentó desacreditar al exabogado de Trump, Michael Cohen, el testigo estrella de la fiscalía, sugiriendo que no se podía confiar en el testimonio de un «delincuente convicto».
– «Conspiraciones –
Tuberville cuestionó la ciudadanía de las personas de la sala del tribunal, lo que el equipo de campaña de Biden consideró un ataque al jurado.
«Ojalá tengamos cada vez más senadores y congresistas» que vengan para representar a Trump y así «superar esta orden de silencio», dijo Tuberville a la cadena de noticias Newsmax. «Esa es una de las razones por las que fuimos (…) para poder hablar en nombre del presidente Trump».
Nada sugiere que Trump tenga algo que ver con esta ola de solidaridad de sus seguidores.
El senador Rick Scott declaró a Politico que fue invitado por la principal asistente de campaña de Trump, Susie Wiles.
Tuberville dijo a Fox Business que no le invitó nadie.
Algunos analistas estiman que de todos modos los aliados de Trump apenas necesitan instrucciones.
«No puede hacerlo por miedo a ir a la cárcel la próxima vez, por lo que tiene a sus pequeños secuaces aquí haciéndolo por él», considera el analista Tim Miller.
Estos republicanos son una minoría del partido.
Otros se oponen. «Tengo que reconocer que me sorprende que (el presidente Johnson) quiera estar en el club de ‘engañé a mi esposa con una estrella del porno'», publicó en X Liz Cheney, una republicana convertida en crítica de Trump.
«Supongo que, después de todo, no está tan preocupado por enseñar moralidad a nuestros jóvenes», opinó.
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