Hungría es una muestra de cómo se desmantela la democracia pieza a pieza. Dos de las herramientas del primer ministro Orban: el plebiscito que creó para discriminar a las personas de la comunidad LGTBI, y la equiparación de los medios de comunicación locales.
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Estudió historia y ciencias políticas en la Universidad de Berna. Anteriormente trabajó para Reuters, Der Bund, Berner Zeitung y Radio Förderband. Le interesa la práctica suiza de la democracia directa moderna en todas sus facetas y en todos los niveles. El centro de atención es siempre el ciudadano.
Mi trabajo consiste en producir vídeos y podcasts sobre temas científicos y tecnológicos. Me especializo en el desarrollo de formatos de vídeo explicativos para su visualización móvil, mezclando estilos de animación y de documental.
Estudié cine y animación en la Universidad de las Artes de Zúrich y empecé a trabajar como periodista de vídeo en SWI swissinfo.ch en 2004. Desde entonces me he especializado en crear diferentes estilos de animación para nuestros productos visuales.
Pero hay esperanza, asegura alguien que conoce Hungría como la palma de su mano: Zoltán Pállinger, politólogo y rector de la Universidad Andrassy de Budapest desde septiembre.
La entrevista en vídeo con él se llevó a cabo con motivo del primer Foro Internacional de Zofingen en otoño.
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