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Suiza pasa de puntillas por la Asamblea de la OTAN

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Suiza vs Suecia, siempre a caballo entre la comparación y la confusión. Sin embargo, solo una de ellas es país miembro de la OTAN. Domhnall O'Sullivan / SWI swissinfo.ch

Los parlamentarios de los países miembros de la alianza defensiva de la OTAN y sus aliados se dieron cita en Eslovenia a principios de octubre. Fueron tres días en los que se habló de drones, tanques y asuntos militares.  Swissinfo estuvo allí.

En una época en la que las relaciones entre la OTAN y los Estados Unidos son a todas luces complicadas, ¿podemos afirmar que a Europa se la ha dejado de lado sin más miramientos? Esta es la principal especulación que se ha extendido entre los más de 250 delegados reunidos en Liubliana con motivo de la 71 Asamblea Parlamentaria anual de la OTAN. El evento de tres días no empezó con buen pie, al no hacer acto de presencia ni uno solo de los 36 integrantes de la delegación de EE. UU.

La razón oficial de la ausencia (el cierre del gobierno estadounidense que afecta a las operaciones del gobierno federal desde el 1 de octubre) carece, en apariencia, de fundamento. No obstante, al margen de la verdadera razón, esta ausencia no sentó bien. «No es un gesto positivo», afirma Jacqueline de Quattro, integrante de la delegación suiza, formada por 5 personas. A pesar de su estatus de neutralidad y de no formar parte de la OTAN, Suiza participa en la asamblea como miembro asociado desde 1999 en el contexto de la iniciativa «Parnership for Peace» (Alianza por la paz), un programa de cooperación con la alianza.  

El espectáculo debe continuar, a pesar de la ausencia de Estados Unidos. Como representante suiza, De Quattro cree firmemente que el objetivo de la asamblea es profundizar en los desafíos a la seguridad nacional, en especial de aquellos estados que se ven amenazados de manera directa.

En Suiza se aprecia una cierta «inocencia», afirma De Quattro, que pertenece al Partido Liberal Radical de centroderecha. Incluso mientras los drones sobrevuelan los cielos europeos, parte de la población alpina «cree estar a salvo entre las montañas».  Tras escuchar los testimonios de algunos de los países miembros de la OTAN, De Quattro afirmaba que esa «fantasía» tiene fecha de caducidad. «Aquí te enfrentas a la realidad».

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Jacqueline de Quattro, vicepresidenta del Comité de Política de Seguridad del Parlamento Suizo, en Liubliana. National Assembly / Matija Sušnik

Escenarios que dan qué pensar

En efecto, los desafíos no escasean a lo largo de los comunicados y las reuniones del comité. Los mapas de las operaciones saboteadas en Europa y en los mares que la rodean son proyectados en el hemiciclo mientras las delegaciones toman notas. La guerra puede adoptar formatos híbridos, energéticos o cognitivos; la amenaza rusa se acrecienta. De Quattro confiesa sentir especial preocupación por los «tentáculos» de los regímenes autoritarios que se esfuerzan en debilitar a occidente.

El ambiente es una combinación entre una asamblea de las Naciones Unidas en el Palacio de las Naciones de Ginebra y una reunión de un comité de especialistas en Defensa. Quienes integran el comité dibujan escenarios sombríos: los parlamentarios escuchan, plantean preguntas y en ocasiones votan las resoluciones del comité, que se envían a la propia OTAN, una suerte de «hermano mayor» de las asambleas de la OTAN.

¿Pero presta atención a estas recomendaciones el «hermano mayor»? No siempre. Una de las peticiones registrada al menos 18 veces por la Asamblea de la OTAN es la creación de un «Centro para la Resiliencia Democrática» en el seno de la organización, la cual ha sido rechazada en todas las ocasiones supuestamente por la negativa de Hungría.

Sin embargo, la OTAN al menos escucha. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, estuvo presente en el cierre de la Asamblea de Liubliana. Rutte se mostró favorable a trabajar para alcanzar el objetivo más reciente de la OTAN, anunciado en junio, de alcanzar el 5% del PIB de gasto en defensa en 2035. Rutte es consciente de que los líderes gubernamentales toman esa decisión, pero también de que el poder presupuestario reside precisamente en los parlamentarios.

«Debemos mantener el ritmo», señaló. «Cuento con los parlamentarios aquí presentes para trasladar este asunto a la ciudadanía y presionar a sus respectivos gobiernos para que mantengan su compromiso. […] Desempeñan un papel fundamental para preservar la seguridad de los mil millones de habitantes de los países miembros».

Una institución infravalorada

Es difícil afirmar qué porcentaje de estos mil millones de habitantes son conscientes del papel fundamental que desempeña la Asambleas de la OTAN.

El evento no ha pasado desapercibido en Eslovenia, el país anfitrión. Son numerosos los profesionales del periodismo presentes, así como los líderes extranjeros. Se trata del «mayor evento interparlamentario en la historia del país», tal como se anunció en la conferencia de prensa inaugural. El encuentro también supo captar la atención de manifestantes anti-OTAN, que bloquearon el tráfico en el centro de Liubliana.

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Una pancarta de protesta cerca del centro de convenciones que demanda más poder de decisión para el «pueblo» en lugar de para las élites o la OTAN. Domhnall O’Sullivan / SWI swissinfo.ch

No abundan los periodistas internacionales; los pocos que han sido acreditados leen posters en el lobby sobre lo que sí es la Asamblea Anual de la OTAN (una reunión de representantes electos de los estados miembros de la OTAN y estados asociados); lo que no es (no pertenece a la OTAN, a pesar de las similitudes entre sus logos); y lo que hace («promueve el diálogo parlamentario entre los estados de la alianza trasatlántica», «impulsa la democracia», y «modela las políticas de la OTAN»).

Sin embargo, en lo que a decisiones críticas sobre la guerra y la paz o a presupuestos militares se refiere, la Asamblea de la OTAN quizá no sea el lugar adecuado. La sensación predominante es que esta institución tiende a pasar de puntillas.

Una posición «consolidada»

Lo mismo podría decirse acerca de la delegación suiza. En las reuniones del Comité, mayormente en inglés, prevalecen ciertos acentos y países de origen: británico, canadiense, escandinavo y báltico. Rara vez se escucha el acento suizo, si es que existe dicho acento. Una periodista estadounidense que lleva varios años cubriendo el evento afirma que ella nunca ha reparado en el mismo.

Mathias Zopfi, integrante de la delegación del partido de izquierda Los Verdes, afirma que esta «pasividad» es intencionada. Como miembro asociado, la delegación no tiene derecho a voto en la Asamblea, lo que limita su voz. Sin embargo, al mismo tiempo denota la delicada situación de la política nacional suiza, donde la OTAN y la neutralidad no están exentas de polémica.

«Somos una delegación de cinco personas y, en lo que respecta a las relaciones entre Suiza y la OTAN, probablemente tengamos cinco opiniones distintas», explica Zopfi. Por ejemplo, su partido, Los Verdes, se inclina mayormente hacia cooperar con la Unión Europea en lugar de la OTAN. El Partido Radical Liberal de De Quattro adopta un enfoque más pragmático en defensa internacional, mientras que el partido derechista Unión Democrática de Centro se inclina por una tendencia aislacionista. Su delegado, Werner Salzmann, presente en Liubliana, declinó hablar con Swissinfo y remitió las preguntas a la jefa de la delegación, Priska Seiler Graf, del Partido Socialista.    

A pesar de sus diferencias, Zopfi afirma que la delegación ante la Asamblea Anual de la OTAN «es un equipo» y presenta una postura suiza «consolidada» en contraposición a diferentes puntos ideológicos. Para preservar este equilibrio, se mantienen muy «reservados».

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Mathias Zopfi representa el cantón central suizo de Glarus en el Senado. Domhnall O’Sullivan / SWI swissinfo.ch

«Tolerancia con cariño»

¿Qué piensan de esto el resto de delegaciones? Desde el ataque ruso de 2022 sobre Ucrania, la neutralidad suiza y sus «reservas» no han sentado especialmente bien al resto de estados occidentales. Incluso han sido tachados en voz alta de «aprovechados».

En la Asamblea de la OTAN, sin embargo, no se aprecia este sentimiento. Los límites de la neutralidad suiza no son prioritarios en el orden del día. Oficialmente, la diplomacia prevalece; Marcos Perestrello, presidente portugués de la asamblea declara educadamente que es «relevante y altamente comprensible».

Por su parte, De Quattro afirma que nunca ha sentido «hostilidad o crítica» hacia la posición suiza, lo cual no quiere decir que todo el mundo esté encantado con la idea. Le da la sensación de que, en ocasiones, al pueblo suizo se le «tolera con cariño», como si no fueran plenamente conscientes de la situación defensiva.

Desde que comenzó la guerra en Ucrania se han planteado en privado la cuestión acerca de la viabilidad de la neutralidad suiza, añade Zopfi. No obstante, depende de con quién hable uno; los estados más próximos a la línea de batalla se muestran más críticos con la postura suiza; los estados del sur se muestran más comprensivos.

Perspectiva desde Viena

Mientras tanto, el club de los neutrales se tambalea. En Liubliana, gracias a la lógica aplastante del alfabeto, Suiza se sienta junto a Suecia, país que a menudo se compara (y confunde) con Suiza, pero que abandonó la neutralidad y se unió a la OTAN en 2024. Finlandia hizo lo mismo un año antes.

Austria, otro de los estados neutros en Centroeuropa que cuenta con el mismo número de integrantes en su delegación que los suizos, también está presente. ¿Cómo se percibe su neutralidad en el entorno de la OTAN?

Christine Schwarz-Fuchs, del Partido Popular Austriaco, relata una experiencia similar a la de sus homólogos suizos. La neutralidad austriaca suele ser comprendida y «apoyada», afirma. Sin embargo, en los últimos años han surgido algunas preguntas, incluso directas, como: «¿no se plantean unirse a nosotros?»

Ante esto, la respuesta desde Viena —al igual que desde Berna— es un educado «no», señala Schwarz-Fuchs. La opinión pública en Austria, como en Suiza, tampoco parece inclinarse por una adhesión a la OTAN en un futuro próximo.

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«Christine Schwarz-Fuchs durante una reunión de comité en el marco de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN». NATO PA

No obstante, al igual que en Suiza, la situación de la seguridad plantea un interrogante. El debate sobre el gasto militar es recurrente tras años de abandono, afirma Schwarz-Fuchs. Su país explora así mismo cómo motivar a sus jóvenes a defenderlo, ya sea militar o civilmente.

Sobre este punto, señala Schwarz-Fuchs, Suiza —y la “preparación” de su población— es muy admirada al otro lado de la frontera, en Austria. Desde allí, al menos, la idea de una Suiza siempre lista, con sus búnkeres y su servicio militar, sigue muy presente.  

Editado por Benjamin von Wyl. Adaptado del inglés por Cristina Esteban y Carla Wolff.

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