Avistamiento sorpresa: buque de investigación ucraniano varado
Durante la travesía a Punta Arenas —cerca del punto más meridional de la región de la Patagonia chilena— nuestro buque de investigación Polarstern nos acerca a lugares espectaculares como, por ejemplo, la isla Aspland cerca de la península Antártica: una importante zona de aves que alberga grandes colonias de pingüinos barbijos y fulmares o petreles australes.
A continuación, pasamos por la isla Elefante, que debe su nombre a su parecido con una cabeza de elefante y que es famosa por haber acogido, en 1916, al explorador Ernest Shackleton y su tripulación cuando se refugiaron allí tras perder en el hielo del mar de Weddell su buque Endurance.
Acabamos nuestra expedición antártica a finales de abril. Y, en principio, nuestra escala en Punta Arenas iba a ser la última antes de regresar al puerto de Bremerhaven, en Alemania, donde tiene su base el buque. Un viaje de 32 días por el Atlántico con una breve escala en las islas Canarias, donde un nuevo grupo de científicos y estudiantes subirá a bordo.
2MB por día, desde la Antártida
¿Solo 2MB (megabytes) al día? Ese es el límite de datos para los autores de nuestro blog polar.
Esta primavera, Gabriel Erni Cassola (derecha) y Kevin Leuenberger (izquierda), de la Universidad de Basilea, están a bordo del rompehielos alemán Polarstern en el océano Antártico. Los investigadores quieren averiguar cómo afectan los microplásticos a los animales y bacterias de la Antártida. En esta serie de artículos de blog nos dan una idea de su trabajo y de cómo es la vida a bordo de una expedición polar.
Pero, hoy por hoy, seguimos en Punta Arenas. Y, para nuestra sorpresa, en la rada junto a nosotros está anclado un rompehielos rojo y blanco que conocemos. Durante más de 30 años, el British Antarctic Survey [organismo de Investigación Antártica Británica] operó este buque de investigación y abastecimiento que recibió el nombre del explorador polar James Clark Ross. Ahora el barco se llama Noosfera y, desde que se vendió en 2021, navega bajo bandera ucraniana.
El Noosfera ha participado en la primera misión de Ucrania a la Antártida en 20 años y —a pesar de las dificultades surgidas desde la invasión rusa a finales de febrero— ha conseguido entregar suministros a las estaciones de investigación ucranianas y polacas y hacerse cargo de la tripulación que pasaba el invierno allí.
El Noosfera, sin embargo, llevaba anclado en Punta Arenas —sin saber cuándo iba a volver a su puerto de origen, Odessa— desde finales de abril. Fue entonces cuando nos lo encontramos. Desde ese tiempo, el buque de investigación y su tripulación se han trasladado a las islas Malvinas y se preparan para dirigirse a Sudáfrica, al puerto de Ciudad del Cabo, donde temporalmente tendrán su hogar. Según el Centro Científico Nacional Antártico de Ucrania, el barco permanecerá en el hemisferio sur hasta el final de la guerra.
Esperemos que el Noosfera y su tripulación vuelvan a casa pronto sanos y salvos. ¡Y que sus descubrimientos más importantes todavía estén por llegar!
Traducido del inglés por Lupe Calvo
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