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Los diez retos de Polonia en 2022

Cracovia (Polonia), 29 dic (EFE).- La confrontación con Bruselas seguirá siendo uno de los desafíos fundamentales para el Gobierno en Varsovia, que se enfrentará además con toda seguridad a desavenencias en el seno de la coalición y a un vecino, Bielorrusia, que ha mantenido al país en jaque en 2021.

¿SER O NO SER EUROPEOS?

Polonia deberá demostrar si quiere ser considerado un socio leal y comprometido con el proyecto europeo. Es el país que más se beneficia de los fondos estructurales de Bruselas y su población apoya decididamente (un 75 % según las encuestas) la permanencia en la Unión.

Pero la reforma judicial, las leyes contra los derechos civiles que discriminan a la comunidad LGBT y limitan el derecho al aborto y el proyecto de una ley de medios dirigida contra una cadena de televisión crítica con el Gobierno son escollos muy difíciles de salvar para un país cuyo Gobierno acusa a Bruselas de querer imponer un “superestado” bajo los dictados de occidente. El reto ante Europa es mutuo.

LA FRONTERA BIELORRUSA

Al mismo tiempo que la crisis fronteriza alcanzaba su punto álgido en noviembre, con miles de migrantes acampados en el bosque a la espera de una oportunidad para entrar en Europa, Varsovia optó por militarizar una situación que Morawiecki rechazó calificar como “crisis migratoria”.

La construcción de un muro y un sofisticado sistema de vigilancia electrónica en la frontera puede ser la oportunidad para rebajar la tensión militar con un vecino tan impredecible como Bielorrusia. De otra manera, Varsovia se arriesga a convertir en permanente una crisis costosa tanto económica (hay más de 15.000 efectivos desplegados en la zona) como políticamente (las restricciones de acceso y circulación perjudican mucho a la población local). Además, es imperioso permitir a los periodistas que puedan informar libremente desde la frontera.

MANTENER LA COALICIÓN UNIDA

En agosto, Acuerdo, uno de los partidos minoritarios que formaban la coalición del Gobierno Derecha Unida (DU) abandonó la misma. Si bien la ruptura quedó mitigada cuando varios de sus diputados se pasaron a las filas del partido gubernamental, se puso de manifiesto el profundo calado de las desavenencias que sacudían a la DU.

A pesar de los apoyos puntuales que el Gobierno ha conseguido recabar para sacar adelante votaciones parlamentarias, su mayoría depende actualmente de un solo escaño. Con varias incógnitas abiertas (la relación con Bruselas, la evolución de la pandemia, una economía sobrecalentada), el fantasma de unas elecciones anticipadas inquieta sobremanera al Gobierno. Su mayor empeño en 2022 será evitar que se llegue a esa situación.

MULTAS EUROPEAS

Polonia es objeto de dos sanciones económicas diarias impuestas por Europa y que juntas suman un millón y medio de euros. Una de ellas se debe al funcionamiento de la Sala Disciplinaria Judicial, organismo que controla a los jueces polacos y cuya independencia es cuestionada por Europa; la otra se refiere al funcionamiento de la mina a cielo abierto de Turów, junto a la frontera Checa, y cuyo efecto contaminante fue denunciado por Praga.

El Gobierno polaco ha manifestado repetidamente su negativa a pagar ninguna de estas multas, pero existe la posibilidad de que se descuente su importe de las ayudas europeas que Polonia tanto necesita. Si Varsovia sigue sin satisfacer el pago de esas sanciones y no consigue solucionar ambos contenciosos, la situación se convertirá en un pulso con Europa en el que lleva todas las de perder.

DESINFLAR LA INFLACIÓN

El Gobierno esperaba una inflación del 7,7 % en noviembre de 2021. Resultó ser aún mayor, del 7,8 %, la cifra más alta desde el año 2000. Ni las reducciones en el IVA de la gasolina ni las tres subidas de los tipos de interés del Banco Nacional polaco han podido amortiguar el efecto de una economía sobrecalentada por las elevadas subidas salariales y la política social del Gobierno, basada en subvenciones directas.

La moneda polaca, el zloty, está en una lenta pero inexorable caída, lo que encarece las importaciones y no hace sino avivar el peligro de que la inflación aumente todavía más y dé al traste con la buena marcha de la economía polaca durante la última década. ¿Es el milagro polaco víctima de su propio éxito?

ESPERANDO LOS FONDOS EUROPEOS

Polonia remitió su presupuesto de gasto para el plan de recuperación económica post-pandemia con la esperanza de que fuera “dinero rápido”. El Gobierno elaboró un plan de inversiones en todos los sectores, al que llamó “El Pedido Polaco” y en el que cifró muchas expectativas, pero el dinero aún no ha llegado, debido a las desavenencias con Bruselas.

Morawiecki ya ha dicho que “el principal objetivo” para su Gobierno en 2022 es “recibir el dinero del plan” europeo, pues de otro modo le resultará muy complicado sustentar el generoso programa de subvenciones sociales que son una de las bases de su apoyo electoral. Cada día de retraso en la transferencia de los fondos debilita al Ejecutivo económica y políticamente.

¿NO ES PAÍS PARA INVERSORES?

Pepsico anunció en agosto que invertirá 220 millones de euros en la construcción de una fábrica en Polonia; Google instalará en Varsovia su centro de almacenamiento de datos en Europa; Microsoft hizo lo propio unos meses antes y desveló sus planes para levantar un centro similar que costará 850 millones de euros; Fiat Chrysler montará una fábrica de coches por valor de 165 millones de euros… Todos estos planes de inversiones extranjeras pueden verse comprometidos si Polonia no logra mejorar su imagen como país capaz de proporcionar una estabilidad política y una seguridad judicial suficientes.

Los relativamente bajos costes salariales que hacen de Polonia un destino atractivo para inversiones foráneas, no dejan de aumentar. La inversión gubernamental en infraestructuras está lastrada por el gasto público en subvenciones sociales. Si Polonia quiere continuar atrayendo grandes compañías internacionales, debe mejorar su competitividad y ofrecer un entorno jurídico de fiar.

EXPRIMIR A LEWANDOWSKI

Una selección que cuenta entre sus filas a uno de los mejores jugadores del mundo debería obtener más éxitos que los cosechados por la escuadra polaca. Sobre el papel, Polonia debería estar entre las mejores selecciones de Europa; sobre el terreno de juego, suele decepcionar una y otra vez. La frase del seleccionador Paulo Sousa poco tiempo después de ocupar su cargo – “Polonia puede conseguir fantásticos resultados”- y la increíble forma de “Lewi” avivaron las expectativas de los aficionados polacos.

Sin embargo, el desempeño de Robert Lewandowski en la selección nunca ha sido bueno y existe la impresión de que el combinado polaco tiene en él una poderosa herramienta que hasta ahora no se ha sabido utilizar. Sousa admitió que “cuando otros equipos pierden a un jugador importante, tienen a otros dos o tres; nosotros tenemos solo a Lewandowski”. Esta dependencia de un jugador que parece entregar lo mejor de sí mismo en su club, el Bayern de Múnich, hace que Polonia siga siendo una eterna promesa sin cristalizar.

UNA LIGA NACIONAL DE PRIMER NIVEL

A pesar de que el fútbol es el deporte más popular del país, la primera división polaca, la Ekstraklasa, está lejos de ofrecer un nivel comparable al de otros países europeos. Según la clasificación media de la UEFA de los años 2016 a 2021, la competición polaca ocupa el trigésimo lugar en importancia en Europa, por detrás de la liga bielorrusa y la húngara. El incontestable dominio del Legia de Varsovia, que ha ganado cinco de las seis últimas ediciones del torneo, pone de manifiesto la escasa competitividad de la Ekstraklasa.

Los patrocinios son millonarios y la base de aficionados es muy amplia, pero los escasos éxitos en competiciones internacionales, los escándalos de corrupción y los problemas de violencia entre grupos ultras lastran el despegue de una competición que, cada año, comienza la temporada con el objetivo de colocarse entre las “grandes” de Europa.

CAMPEONATO MUNDIAL DE VOLEIBOL FEMENINO

Polonia organizará, junto a los Países Bajos, el campeonato mundial femenino de voleibol entre el 13 y el 19 de junio de 2022. La escuadra polaca intentará emular los éxitos de sus compañeros masculinos, segundos en la clasificación mundial por puntos de la Federación de voleibol, pero las actuaciones más recientes no dejan mucho lugar a la esperanza.

La marcha del seleccionador Jacek Nawrocki en octubre de 2021, tras seis años trabajando para consolidar un sistema de juego que consiguió aupar al combinado nacional femenino hasta el puesto 8 de la clasificación europea por puntos. El final de la era Nawrocki, unido al cambio generacional en que está inmersa la selección, abre un período de incertidumbre que ejemplifica el hecho de que la Federación Nacional de voleibol acepta candidaturas para el puesto de seleccionador a través de su página web.EFE

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