Homenaje a la industria textíl suiza en Zúrich
Una exposición en el Museo Nacional de Zúrich recuerda la suma de saberes que desde el siglo XII dieron fuerza y prestigio a la producción suiza de textíles.
Preciosos como las joyas y sensuales como las caricias, los tejidos son una síntesis de creatividad y pericia.
Bajo el título: ‘bling-bling’, tejidos de sueño de San Galo, la exposición del Museo Nacional de Zúrich rinde homenaje sobre todo a la tradición de la ciudad suiza de San Galo, conocida ya en 1.350 como la ‘ciudad blanca’, a causa de la fabricación de tejidos de lino.
La muestra, abierta hasta el 9 de enero de 2005, es un viaje de la memoria a través de encajes y bordados del pasado, un alto en el camino de la industria textíl suiza y una vitrina para conocer una de las más rentables actividades económicas: la moda. Las veinte obras maestras expuestas en la ‘Sala de baile’ de la reseña, firmadas por siete estrellas de las pasarelas internacionales, evocan sin recato el poder (económico) del lujo.
Un hilo de Suiza en los tejidos de los estilistas
Subdividida en tres partes, la exposición tiene el mérito de apuntar los reflectores al sector de la industria textíl, un sector industrial suizo de prestigio, pero menos conocido que la industria relojera.
El éxito de la producción textíl es el resultado de una perfecta alquimia entre tradición e innovación. Es fruto de un potencial creativo a menudo ignorado. En las creaciones de Chanel, Romeo Gigli o Paco Rabanne hay también …un hilo de Suiza, un hilo sutíl, pero precioso.
En efecto, la parte central de la exposición presenta una impresionante colección de suntuosos tejidos creados para la alta moda durante tres décadas. Muestra además la cantidad de tejidos que produce una sola fábrica para luego someterlos al genio creativo de los estilistas. Un trabajo que para estar en armonía con los tiempos y satisfacer las cambiantes exigencias de la moda exige una sólida capacidad de innovación. Todo esto significa también nuevas técnicas de producción y experimentación con nuevos materiales.
Un rostro y un nombre a la producción
“Con esta exposición hemos querido dar un nombre y poner un rostro a la producción textíl suiza. Una producción que con frecuencia ha sido ensombrecida por la fama de los estilistas que dan prestigio a Suiza pero que no siempre revelan el origen de los tejidos”, explica a Swissinfo Ellen Schoner, responsable del proyecto de la exposición.
“Durante siglos Suiza no ha dejado de inventar nuevas técnicas de producción. Esta apertura a la experimentación ha permitido además a nuestro país permanecer en los niveles más altos dentro de la producción mundial”, subraya Ellen Schoner. “La investigación, precisión, creatividad y calidad siguen siendo un indiscutible punto de referencia para los estilsistas”, agrega.
’Rigor y locura’
Christian Lacroix, uno de los grandes modistos franceses y también uno de los patrocinadores de la exposición, no oculta su predilección por los tejidos suizos en los cuales aprecia ‘la combinación de rigor y locura’, ‘el dominio del artesanado y un pronunnciado sentido de los colores’.
“Los tejidos que vemos hoy, las innovaciones, las nuevas tecnologías hunden sus raíces en la historia y en la tradición de la industria textíl suiza. Un vínculo entre pasado, presente y futuro que representa un patrimonio precioso. Un mundo fantástico para descubrir”, añade Schoner.
La exposición, meticulosamente organizada, incluso desde el punto de vista escénico, propone además una serie de eventos colaterales. Entre ellos no hay que perderse una etapa en el ‘Salon Rouge’, amplia sala envuelta en cálidos tejidos escarlata que, cada miércoles, se transforma en un salón acogedor en cierta forma efímero. El tiempo que dura un ‘bling-bling’.
swissinfo, Françoise Gehring, Zúrich
Traducción, Jaime Ortega
La exposición del Museo Nacional suizo de Zúrich se prolongará hasta el 9 de enero de 2005.
La historia de la industria textíl suiza se inicia en el siglo XII, en San Galo.
‘Bling-bling’, expresión inglesa,es sinónimo de lujo y tendencia.
Las creaciones de célebres estilistas como Chanel, Romeo Gigli, Viviane Westwood, entre otros, también llevan una huella suiza: los tejidos producidos en San Galo. Ell prestigio del tejido suizo no es tan notorio. Sin embargo, desde hace siglos, los textíles han condicionado la vida cultural y económica del país.
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