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Gerry Adams, un paria convertido en artífice de la paz

El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, en junio de 2017 tras salir del número 10 de Downing Street, donde se reunió con la primera ministra británica, Theresa May afp_tickers

Gerry Adams, de 69 años, que este sábado anunció su intención de dejar la presidencia del Sinn Fein en 2018, ha sido durante décadas una figura central de la vida política en Irlanda, tanto en Belfast como en Dublín.

Nacido en una familia católica de Belfast el 6 de octubre de 1948, Adams, un ferviente partidario de la unificación de Irlanda, dirige el partido desde 1983, un récord en Europa.

Este sábado fue elegido por un año más y anunció que pasará el relevo en un congreso extraordinario el año próximo.

Su reputación es tan grande como polémica por sus presuntas relaciones con el IRA, cuyos atentados y asesinatos dejaron unos 1.700 muertos de un total de 3.500 víctimas entre los años 1960 y los años 1990.

Su padre fue un miembro activo del IRA pero Adams, el hijo mayor de diez hermanos, siempre negó haber pertenecido al grupo paramilitar a pesar de repetidas acusaciones –nunca demostradas— que le llevaron varias veces a la cárcel en los años 1970.

Las sospechosas se mantienen, incluso hoy, porque el líder del Sinn Fein nunca condenó formalmente el IRA.

“Realmente quiere defender la reputación del IRA y celebrar sus acciones, aunque sea políticamente embarazoso”, explica Malachi O’Doherty, autor de una biografía reciente.

Este periodista norirlandés explica a la AFP que personalmente sí cree que Adams fue un miembro importante del IRA pero que “tenía una sensibilidad más política que militar”.

Gerry Adams, que lleva barba desde hace años, ahora ya blanca, fue militante del Sinn Fein desde la adolescencia y ascendió rápidamente hasta convertirse en presidente del partido en 1983.

Ese mismo año fue elegido diputado del oeste de Belfast pero, siguiendo la posición del partido, no fue al parlamento de Londres para no tener que prestar fidelidad a la reina de Inglaterra.

En esa época el partido estaba considerado la vitrina política del IRA.

Durante la era de la primera ministra Margaret Thatcher las radios y las televisiones incluso tenían prohibido difundir la voz de Adams, cuyas intervenciones eran dobladas.

– Dos intentos de asesinato –

Adams sobrevivió a dos intentos de asesinato de los paramilitares en los años 1980, lo que le obligó a cambiar varias veces de casa, al tiempo que intentaba promover la vía política para la cuestión irlandesa.

Poco a poco el Sinn Fein se consolidó en el parlamento de Dublín mientras que en Irlanda del Norte se acercó a los nacionalistas moderados del SDLP, una primera etapa hacia la tregua de 1994 y luego hacia los acuerdos de paz del Viernes Santo de 1998.

“Al principio de los años 1990 entendió que las acciones armadas del IRA hacían perder votos al Sinn Fein y que sus programas eran incompatibles”, explica Malachi O’Doherty.

Desde entonces y en las dos últimas décadas el Sinn Fein se ha convertido en el segundo partido norirlandés, por detrás de los unionistas del DUP.

En Dublín, el partido pasó de tener un sólo escaño en el parlamento en 1997 a 23 diputados de un total de 158 actualmente. El propio Adams es diputado del condado de Louth, en la frontera con Irlanda del Norte, desde 2011.

Pero la mala reputación no le abandona.

En 2008, un excombatiente del IRA le acusó de haber ordenado en 1972 el secuestro y asesinato de Jean McConville, madre de diez hijas, sospechosa de haber dado información a la policía sobre la actividad de los nacionalistas.

Por esto caso, Adams fue detenido e interrogado por la policía en 2014.

En los últimos años ha dado una imagen más de consenso, con campañas a favor del matrimonio homosexual o por la adhesión a la Unión Europea. En 2015 incluso dio la mano al príncipe Carlos, que visitaba Irlanda, un gesto de reconciliación simbólica.

El ex primer ministro británico Tony Blair se felicitó entonces de su “valentía política”por haber entendido que “la existencia del IRA era una barrera más que una vía hacia una solución justa” al conflicto.

En una entrevista a la televisión estadounidense en 1994, Gerry Adams confesó que “hacer la paz es mucho más duro que hacer la guerra”.

“Retirarse será muy delicado”, explica Malachi O’Doherty, que cree que el peligro es “dejar un partido dividido entre dos proyectos, uno al norte y otro al sur”.

Gerry Adams se casó en 1971 y tiene un hijo.

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