
Los desafíos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sin EE. UU.

El principal órgano de la ONU encargado de la defensa de los derechos humanos ha iniciado este lunes sus trabajos en Ginebra. Su primera sesión del año está marcada por la ausencia de Estados Unidos, un contexto presupuestario ajustado y un reequilibrio de fuerzas.
En un contexto geopolítico tenso, el Consejo de Derechos Humanos se reúne desde este lunes en Ginebra para su primera sesión del año. Durante seis semanas, hasta el 4 de abril, los 47 Estados miembros de este órgano de la ONU, encargado de defender los derechos humanos en el mundo, analizará una extensa lista de países y cuestiones que requieren su atención.
Los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo, así como el futuro de Siria tras más de 13 años de guerra civil, marcarán el ritmo de los debates y servirán -entre otros asuntos- de telón de fondo para las decisiones del Consejo.
Sin embargo, habrá un gran ausente. Los Estados Unidos de Donald Trump anunciaron a principios de febrero su retirada total del Consejo de Derechos Humanos; una decisión seguida por el boicot israelí a este mismo organismo. Washington, que ya renunció a su estatus de miembro durante el primer mandato del republicano, acusa al Consejo de tener un «sesgo antiisraelí» y de contar entre sus miembros con Estados responsables de graves violaciones de los derechos humanos.
Un duro golpe para el multilateralismo
«Es muy lamentable que la principal potencia mundial, que contribuyó a dar forma al orden internacional basado en los derechos humanos, abandone este órgano», afirma Vincent Chetail, profesor de derecho internacional en el Geneva Graduate Institute.
«Pero esto no cambiará las cosas de forma fundamental», añade. Ya que, aunque supone un nuevo golpe para el multilateralismo, desde principios de año Estados Unidos solamente tenía el estatus de “observador” en el Consejo, sin derecho a voto. La gran diferencia será que ya no participará en los debates del Consejo.

Por primera vez en su historia, Suiza, representada por el embajador Jürg Lauber, presidirá las reuniones del Consejo. Se trata de una función honorífica y de coordinación, que incluye el nombramiento de expertos y expertas en los órganos de investigación designados por el Consejo.
Al ser preguntado sobre el impacto de la retirada de Estados Unidos, Jürg Lauber respondió en rueda de prensa que el Consejo sigue siendo «el órgano más importante para los intercambios intergubernamentales sobre cuestiones de derechos humanos». En su opinión, esta valoración es ampliamente compartida dentro de la comunidad internacional. Asimismo, animó a «todos los Estados a implicarse» en este organismo, aunque reconoció que Washington es «una voz importante» en esta materia.
Problemas de liquidez
Estados Unidos financia un tercio de las Naciones Unidas. Y el anuncio, el mes pasado, de la congelación de la ayuda estadounidense al desarrollo generó un clima de pánico en las agencias de la ONU y las ONG que dependen de las contribuciones estadounidenses.
Si bien el presupuesto del Consejo de Derechos Humanos, que está integrado en el presupuesto regular de la ONU, no está directamente amenazado a corto plazo por los recortes financieros de Donald Trump, sí podría estarlo a largo plazo. Especialmente porque la organización ya se enfrenta a una crisis de liquidez debido a los atrasos en los pagos de los Estados miembros.
«Más que la salida de Estados Unidos del Consejo, lo que tendrá un impacto importante son los recortes en la financiación estadounidense. Esto podría cambiar las tornas a favor de países ricos, como China, que tienen capacidad para llenar este vacío», considera Vincent Chetail.
El año pasado ya se tuvieron que hacer recortes, por ejemplo en la retransmisión de algunas sesiones del Consejo. Asimismo, también se redujo el presupuesto de las misiones de investigación aprobadas por el Consejo.
«La situación de liquidez de la ONU impone ciertos límites al trabajo del Consejo», reconoce Jürg Lauber. Aunque afirma que aún no puede pronunciarse sobre la magnitud de los recortes que deberán hacerse en 2025, ha indicado que se está trabajando de manera preventiva en «la eficiencia del Consejo» para optimizar los recursos.
La participación de las ONG -esencial para el trabajo del Consejo debido a su experiencia sobre el terreno- podría verse afectada por los recortes estadounidenses, ya que los desplazamientos a Ginebra suponen un alto coste.
El regreso de China
Durante la última salida de Estados Unidos, entre 2018 y 2021, China aprovechó la ausencia de Washington, un peso pesado diplomático, para avanzar sus propios ideales en materia de derechos humanos. Lo hizo, en particular, proponiendo sus propias resoluciones y a través de sus intervenciones en el Consejo.
En ese momento, Pekín cuestionó el carácter universal de estos derechos fundamentales, haciendo hincapié en la soberanía nacional y en la libre elección de los Estados para establecer sus propias prioridades en la materia. China afirmó que daba prioridad a los derechos colectivos de su población, especialmente en el ámbito económico, por encima de los derechos individuales. Una visión que fue criticada por las democracias europeas.

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China reformula las normas de derechos humanos
China podría, una vez más, tratar de aumentar su influencia dentro del Consejo. Cuando se le preguntó sobre esta cuestión a un diplomático europeo, contestó que, ante la retirada de Estados Unidos, «China querrá demostrar que es un buen alumno y un factor de estabilidad en el mundo multilateral. Por lo tanto, es probable que el país intente hacer propuestas en las próximas semanas que puedan lograr mayorías amplias».
«La retirada de Estados Unidos sin duda abre un espacio para que otros Estados persigan sus agendas y aumenten su influencia», afirma Phil Lynch, director del Servicio Internacional para los Derechos Humanos, una ONG con sede en Ginebra. Esto puede ser «positivo o negativo», añade.
La anterior salida de Washington allanó el camino para que países de América Latina se comprometieran en la lucha contra la impunidad de las violaciones de derechos humanos en Venezuela, señala Phil Lynch.
En 2019, un grupo de países de América del Sur, entre ellos Argentina, Brasil y Perú, apoyaron una resolución que pedía el establecimiento de una misión de investigación sobre abusos como ejecuciones sumarias y desapariciones forzadas en Venezuela.
Por su parte, Vincent Chetail también considera probable que otros Estados, como China o los países europeos, intenten aumentar su influencia, pero habrá que esperar al final de la sesión para tener una idea clara del nuevo equilibrio de fuerzas.
Texto revisado por Virginie Mangin. Adaptado del francés por Cristina Esteban / CW.

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