Inquietud presupuestal de ONG para el 2005
Mientras que el trabajo cotidiano de desarrollo y la acción humanitaria en el Sur y el Este continúan, las ONG suizas preparan el cierre de un año de gran intensidad.
En la preocupación de las entidades benévolas para el 2005: el aporte financiero del Estado.
Si de evaluar los meses pasados se trata, “un punto muy positivo ha sido la publicación y el debate en torno a nuestro libro y la estrategia de la Comunidad de Trabajo” (CdT), señala Peter Niggli, director de esa plataforma que reúne a las ONG suizas más importantes en el trabajo de la cooperación al desarrollo.
El libro La mundialización, y después…¿Qué desarrollo para el siglo XXI?, concluye con 16 nuevas líneas directrices que se convertirán en el eje de la acción para los próximos años.
La Comunidad, que integra a Acción Cuaresmal, Pan para el Prójimo, Caritas, Swissaid, Helvetas y la obra de ayuda protestante Heks-Eper, se ha consolidado en el último tiempo como uno de los principales interlocutores de las autoridades nacionales en esa esfera específica.
“Proponemos un verdadero cambio en la dirección de la política económica internacional ( y de las responsabilidades helvéticas en la misma)”, sentencia Niggli quien reconoce que la iniciativa tuvo un “cierto eco y que el debate comenzó”.
Otro elemento positivo a escala global, recapitula el director de la CdT, es “que han avanzado este último año todos los esfuerzos de los países en vía de desarrollo, especialmente en el Sur, pero también en el Este, con respecto a una cooperación con cierta independencia de Estados Unidos y Europa. Eso es también positivo”.
El aporte estatal
En cuanto al futuro inmediato en general y al año 2005 en particular, Niggli no esconde “su preocupación por la decisión del Consejo Federal (ejecutivo colegiado) de que la contribución de Suiza al fondo de cohesión de la Unión Europea, que representa mil millones de francos, sea financiada con el presupuesto de la ayuda al desarrollo”.
“Decisión incomprensible”, puntualiza, que deberá ser finalmente ratificada el próximo año por el Parlamento. “Esperamos que podremos cambiarla…Una señal realmente muy preocupante como la tendencia que representa…¡No podemos sancionar a Malí, Ecuador o Nicaragua para pagar compromisos con Europa!”, concluye.
Punto de vista compartido por Jean-Claude Huot, uno de los responsables de la Declaración de Berna, organización que realiza una sistemática tarea de sensibilización en Suiza sobre los grandes problemas y desafíos de la relación Norte-Sur.
“A pesar de los compromisos asumidos por nuestro país en la Cumbre de Río de Janeiro de 1992, estamos lejos de contar con un presupuesto acorde”. Ni siquiera se llegó al 0.4 % del Producto Interno Bruto para la cooperación al desarrollo, enfatiza.
Huot interpreta con inquietud la reciente decisión del Parlamento del cantón de Ginebra – considerado como uno de los más abiertos- de reducir en varios millones el monto destinado a esta actividad internacional. “Son señales que expresan falta de coherencia y voluntad política y que prueban que no se entiende la cooperación como una inversión estratégica, humana y social de Suiza”.
ONG exigen más coherencia
Reconoce “la buena comunicación e interlocución con las autoridades federales”, pero no oculta su preocupación por algunas líneas de la política nacional. En particular, se refiere a dos aspectos considerados emblemáticos por la Declaración de Berna, ya que están en el centro de su acción.
Por una parte, el combate mundial contra el SIDA, suscrito por Suiza “pero que no siempre muestra la coherencia que nosotros, como sociedad civil, quisiéramos. Nos da la impresión que muchas veces se da una mayor prioridad a los intereses de los grandes monopolios farmacéuticos que al desarrollo en el Sur, por ejemplo, en lo que se refiere a los medicamentos para hacer frente a ese drama mundial”.
Por otra parte, reflexiona, “todo lo relativo a la evasión fiscal y los capitales del Sur que teniendo ese origen llegan al Norte. Hemos lanzado una exitosa campaña con otras ONG que busca instaurar una fiscalidad internacional a favor del desarrollo…La Suiza oficial no ha respondido”, concluye.
Críticas, balances positivos-negativos y anticipos de futuro que no siempre cuentan con el tiempo ni la posibilidad material de ser saldados. La realidad cotidiana de la pobreza creciente en el Sur y el Este impone exigencias ineludibles a las ONG suizas de desarrollo.
Por otra parte, los cataclismos inesperados –como el reciente con epicentro en sudeste asiático- y las guerras imponen sus propias agendas para la ayuda humanitaria de emergencia.
Dilema inacabado entre una reflexión de fondo que es insustituible y las propias urgencias humanas que priorizan la acción sobre la reflexión.
swissinfo, Sergio Ferrari
Contexto
Las ONG suizas reconocen la buena comunicación con las autoridades helvéticas.
Sin embargo, critican decisiones de tipo presupuestario que tendrían incidencias en la cooperación al desarrollo.
Para las ONG es fundamental profundizar el debate sobre el modelo económico mundial y la responsa bilidad helvética en el mismo.
Proponen una cooperación que tenga más en cuenta la escucha de las contrapartes del Sur.

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