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Joseph Deiss quiere revitalizar el debate en la ONU

En la apertura del período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, su presidente, Joseph Deiss, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Keystone

“La Asamblea General de la ONU, el máximo foro del debate global”. Bajo este credo, el suizo Joseph Deiss inició en Nueva York su presidencia del 65° período de sesiones de este organismo.

Deiss cree que los Objetivos del Milenio pueden alcanzarse: “En particular, debemos cerrar las brechas en la lucha contra el hambre, la mortalidad infantil y la salud materna. Esto es posible”.

Las expectativas centradas en la figura del suizo son grandes, al igual que los desafíos que se plantea la organización internacional. Deiss comentó a los medios suizos en la metrópoli estadounidense que no estaba nervioso, aunque asume con un inmenso respeto su nueva tarea.

Es la primera vez que un suizo asume un puesto de alto nivel en la ONU. No obstante, a diferencia del secretario general o de consejo de seguridad, el presidente de la Asamblea General no tiene poder de decisión política.

Soluciones globales

En su discurso de apertura en presencia del secretario genreal de la ONU Ban Ki-moon abordó tres ángulos básicos de su mandato: gobernanza global, realización de los Objetivos del Milenio y desarrollo sostenible.

La Asamblea General de la ONU debe tener mayor peso, para convertirse en el máximo foro global del debate, tal y como se indica en la carta de la ONU.

El mundo cambia, pero la razón y los objetivos fundamentales de la ONU permanecen atemporales. Los retos a los que se enfrenta la organización han adquirido dimensiones globales, por lo que requieren de soluciones conjuntas mundiales.

En el trabajo de la ONU no deben sobreponerse los intereses nacionales. “Tenemos que aprender a escucharnos los unos a los otros”.

Deiss pidió a la Asamblea General vencer rivalidades y egoísmos, para poder trabajar en conjunto por el bien de la humanidad.

Objetivos del Milenio

El mundo apenas se repone de la crisis económica y financiera y la respuesta de la comunidad de países ha mostrado que el multilateralismo funciona, advirtió.

En ese contexto considera que las metas para reducir a la mitad el hambre y la pobreza en el mundo pueden alcanzarse, temas que serán abordados a partir de la próxima semana.

Por ello, el ex presidente de Suiza busca reavivar el debate para lograr un compromiso sincero y un verdadero plan de acción para cumplir las metas fijadas en el 2000.

Soluciones para la humanidad

“Todos los pueblos que padecen la pobreza, la guerra o que se ven amenazadas ante el cambio climático tienen el derecho de esperar que nuestras determinaciones y discusiones alivien sus males. Tenemos la obligación de lograr resultados”.

Con frecuencia, l a opinión pública observa que se habla mucho e nla Asamblea General, “pero que es impotente y sin influencia real”, de allí la importancia de reforzar a este gremio internacional de 192 países.

El suizo no descartó la necesidad de reformas en el interior de la ONU. Espera que haya avances en las reformas del Consejo de Seguridad de la entidad internacional; una tarea que está en manos de sus Estados miembros.

Este año también toca evaluar el desempeño del Consejo de Derechos Humanos y de la comisión para la el fomento de la paz.

El tercer punto central de las tareas para este 2010 es el desarrollo sostenible. “En el sector medioambiental, el cambio climático, la vulnerabilidad ante las catástrofes naturales y las amenazas a la biodiversidad son apenas algunos de los desafíos”, señaló sobre estos problemas que afectan a todos los países y reclaman un proceder concertado de todos los países.

Preparación intensa

En las últimas semanas, Deiss se ha preparado de modo intensivo para su nuevo puesto y ante las grandes expectativas se espera de Deiss una eficiencia helvética en la sede principal de la ONU.
Suiza se observa en los círculos de la ONU como constructora de puentes, como una socia sincera en las negociaciones, sin tener una agenda oculta a tratar.

Y el hecho de que tras apenas ocho años de su adhesión a la ONU como miembro entero, uno de sus representantes ocupe la presidencia de la Asamblea General también pude observarse como una prueba de su desempeño exitoso en la organización.

No a la marginalización

Tras su primera reunión en funciones, Joseph Deiss se reunió con la prensa. Indicó, ante una pregunta en relación a la “gobernabilidad global” que la Asamblea General de la ONU corre el riesgo de marginalización, ante grupos como el G20. Por ello buscará el intercambio de informaciones y la comunicación entre ambos gremios.

Y también reiteró que aun cuando su vivienda en Nueva York es pagada por el gobierno helvético, él es independiente en sus funciones en las ONU, por las cuales no recibe salario alguno.

Y el hecho de que tenga a cinco suizos bajo su mando no significa, subrayó, que haya una influencia helvética en su trabajo. Por otra parte, Deiss resaltó la alegría que le confiere trabajar en un equipo internacional, al destacar el equilibrio de género en éste.

Delegación de su tierra natal

Antes de inaugurar el nuevo periodo de sesiones en Nueva York, Joseph Deiss recibió en sus oficinas a una delegación gubernamental del cantón suizo de Friburgo, encabezada por su presidente, Beat Vonlanthen.

Este consejero de Estado -uno de los siete que conforman el Gobierno de Friburgo-, resaltó el talento de Joseph Deiss por sus cualidades lingüísticas y por su habilidad para construir puentes, por lo que resulta, en su opinión, el hombre ideal para ocupar la presidencia de la Asamblea General de la ONU.

Durante su año de funciones en la ONU, Deiss quiere también mostrar que Suiza puede “hacer más sin correr el riesgo de perder soberanía”, explicó ante medios helvéticos.
Recordó que aquellos contrarios a la adhesión de Suiza a la ONU no tuvieron razón al expresar sus temores sobre esa pérdida de soberanía. Suiza no tiene nada que perder y solo que ganar con su participación activa” en la ONU.
Reiteró que en Nueva york es el presidente de los 192 miembros de la ONU, “esa es mi tarea”, independientemente de su nacionalidad.

La Asamblea General ocupa un lugar central como principal órgano deliberativo, de formulación de políticas y representativo de las Naciones Unidas. La Asamblea está integrada por los 192 Estados Miembros de las Naciones Unidas y proporciona un foro para el debate multilateral de toda la gama de cuestiones internacionales que abarca la Carta. La Asamblea celebra en forma intensiva un período ordinario de sesiones cada año, de septiembre a diciembre, o durante más tiempo si fuese necesario.

(Traducción: Patricia Islas)

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