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La campana de una iglesia de Mosul repica de nuevo siete años después del EI

La nueva campana de la iglesia cristiana siríaca de Mar Tuma en Mosul, Irak, el 14 de septiembre de 2021 afp_tickers

Bajo la atenta mirada de fieles, la campana de la iglesia de Mar Tuma repicó este sábado en la parte antigua de Mosul, la primera inaugurada en la gran metrópoli del norte de Irak, siete años después de la llegada de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

Frente a unas pocas decenas de personas, la mayoría cristianos que se desplazan desde localidades vecinas, el padre Pios Affas hizo sonar la campana del templo católico sirio, todavía en reconstrucción, constató un corresponsal de la AFP.

Instalada gracias a las donaciones de la oenegé francesa Fraternité en Irak, que ayuda a las minorías religiosas, la campana de 285 kilos se fundió en Líbano y se transportó desde Beirut en avión y luego en camión a Mosul.

“Después de siete años de silencio, la campana de Mar Tuma sonó por primera vez en la parte derecha de Mosul”, afirmó el padre Pios Affas en una alocución.

Los yihadistas de EI convirtieron a Mosul en su “capital” en Irak en el verano de 2014, antes de ser expulsados por el ejército iraquí y una coalición internacional en 2017.

“Es un gran día de alegría, y espero que esta alegría aumente aún más cuando no solo se reconstruyan todas las iglesias y mezquitas de Mosul, sino también toda la ciudad, con sus casas y sitios históricos”, declaró este sacerdote a la AFP.

El regreso de esta campana “abre el camino, si Dios quiere, para que los cristianos vuelvan a su ciudad”, agregó el párroco Pios Affas.

La iglesia de Mar Tuma, que data del siglo XIX, fue utilizada por los yihadistas, que la transformaron en prisión o tribunal. Las obras de restauración continúan y su suelo de mármol ha sido desmontado para rehacerlo por completo.

Nidaa Abdel Ahad, una de las fieles que asistió a la inauguración, afirmó que había regresado a su ciudad natal desde Erbil, la capital de la región autónoma kurda, para poder ver que la iglesia “volvía a la vida”.

“Mi alegría es indescriptible”, manifestó la maestra de unos cuarenta años. “Es como si el corazón del cristianismo volviera a latir”, prosigue la creyente.

Para el fundador y director de la oenegé francesa Fraternité en Irak, Faraj-Benoit Camurat, “todas las representaciones de la cruz, las cristianas, fueron destruidas”, incluidos los altares de mármol.

“Esperamos que esta campana sea el símbolo de una especie de renacimiento en Mosul”, aseveró a la AFP por teléfono.

La comunidad cristiana de Irak, que contaba con más de 1,5 millones de personas en 2003 antes de la invasión liderada por Estados Unidos, se ha reducido a unos 400.000. Muchos huyen de la violencia recurrente que ha devastado el país.

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